Antes de ir directo a la oficina de Ethan, hago una pequeña parada para preparar el café.
De vuelta a la oficina y con el bebé dormido en mi pecho, abro la puerta.
―Lamento haber tardado tanto, pero como puede ver, no es nada fácil hacer café con una sola mano― Ethan se acerca y toma a Demián en brazos, lo acomoda en el sillón rodeándolo de almohadas, para luego tomar el café y sentarse tras su escritorio ―¿Cómo ha ido la reunión?
Suspira y coloca sus dedos masajeando las sienes― No ha ido como esperaba, la señora Hudson ha sido muy exigente respecto a sus puntos de vista, esa mujer es cerrada y obstinada, si no fuera su dinero un gran aporte para la empresa, te juro que declinaría su oferta y diría a seguridad que nunca más la dejen entrar. ―Se recuesta en la silla otorgándome una sonrisa de medio lado.
―Si me permite dar mi opinión.― Hace una seña para que continúe, antes de hacerlo, tomo asiento frente a él, sólo con el escritorio de por medio― Esa mujer es un caso perdido, y deberías dejar eso de lado, ―Me dirijo a un gabinete, saco una pastilla y vierto un poco de agua en un vaso, tendiéndoselo a Ellison ―porque al parecer te están dando grandes migrañas y se te nota un poco tenso.
―Lo notarás tú, querrás decir, no me quitas la mirada de encima, sé que estoy ardiente, pero te puedo dar una foto, ¡Siento que me vas a gastar, mujer!― No retengo la carcajada y mi cara se torna roja, me mira directo a los ojos― ¿Qué te parece ir a cenar este viernes? ― Vaya, eso me tomó por sorpresa.
―¿Cómo una cena de negocios?― Me hago la tonta
―Ella, sabes muy bien a lo que me refería, si bien quieres declinar mi invitación sólo hazlo, no des vueltas al asunto.
―En lo absoluto, sería un placer cenar contigo― Me mira con cara de "Dime la verdad" ―Hablo en serio, no es algo que haga por compromiso― Sin esperarlo, o algún movimiento que lo fuera a delatar se inclina sobre el escritorio y besa rápidamente mis labios, es la primera vez que lo hace desde aquella noche, quedo perpleja, este hombre me va a salir matando un día de estos, y estaría eternamente agradecida si lo hace de esta manera.
―¿Qué? ¿Esperas que te deje mirarme sin descaro y no recibir nada a cambio?― Mira el reloj ―Bueno, creo que ya es tu hora de salida, llevaré a Demián directo a casa, ¿Quieres que te pase dejando?
―No, gracias― Sonrío y me levanto―Estaba pensando en pasar por un poco de comida. ―Me dirijo a la puerta con él siguiendo mis pasos, posa su mano en la perilla, pero dura en abrirla, me toma de la cintura dándome la vuelta y me vuelve a besar. Nunca podría cansarme y es un gran besador, su mano baja de poco a poco y cuando está por tocar mi trasero, la subo hasta la cintura, me separo y musito un "Buenas noches" le doy un beso corto y salgo por la puerta.
Muerdo mi labio, Ethan podría ser perfectamente el hombre de mis sueños y no es algo de lo que me podría quejar.
―Hey, Matt ¿Cómo te va?― Saludo al cajero, que en meses se volvió mi amigo, claro, llevaba tiempo en conocerlo, pero antes no era tan cercano. Hoy no tenía ganas de comer pizza, era alérgica al camarón y quería algo ligero, comida china, era mi mejor opción, también pedí un trozo de pastel de chocolate y un refresco de piña. A estas horas el local no se llena mucho, así que mientras estaba mi pedido seguía hablando con Matt. ―Así que, Matty― Apoyo mi codo en el mostrador ―¿Qué me dices de ti y Ramón? ¿Cómo están yendo las cosas?― Esboza una sonrisa digna de un comercial Colgate.
―El sábado conoceré a sus padres― Hace un gesto extraño con sus manos ―Estoy tan nervioso.
―No te preocupes, todos te adoran, nadie podría odiar al gran Matty Almont― Mi pedido está listo, así que me despido y salgo directo a casa, no es micho lo que tendré que caminar, tal vez una cuadra.
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Eres mi maldito problema
Teen FictionElla aceptará una idea descabellada sin saber las consecuencias que esta traerá. No sabemos si para bien o para mal. Muchos dicen que para el amor, lo menos importante es la edad, pero hay personas que no comparten esa idea.