9| Entumecida

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Hace media hora habíamos arribado cerca de la hermosa Venecia, un lugar majestuoso a mi parecer, lleno de canales y mucha historia por saber. En el auto en que viájabamos reina el silencio, un incómodo y agotador silencio, Ethan Ellison no despegaba la vista de su celular, y yo, en cambio, mientras miraba por la ventana, me convencía cada vez más, de estar en este lugar con el tipo que está sentado a mi lado iba a ser exhausto.

Pasados unos veinte minutos, el auto estaciona frente a un lujoso hotel, salí del auto después del "gran" señor, sarcasmo, agradeciéndole al hombre que nos había llevado hasta allí.

Se podría decir, que si por fuera el hotel lucía lujoso, por dentro era el doble, Ethan ya se encontraba en la recepción, con una secretaria devorándoselo con la mirada y la llave de los dormitorios en mano, me acerqué a paso normal hasta llegar a su lado.

Me entrega la llave de la habitación, sus dedos rozan mi palma, provocando ciertas cosquillas en ella, —Ten, está frente a la mía, por si necesito algo.— Su voz arrogante me hace olvidar de que el hombre causa estragos en mi y hace que quiera pegarle en su perfecto rostro. 


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El viaje fue agotador, así que lo primero que hice fue tirarme a la cama, una muy suave, me saqué los zapatos y los tiré por algún lugar, ya luego los buscaría, me levanté con todo mi pesar y empecé a indagar por toda la habitación, una pantalla de por lo menos cuarenta pulgadas, una alfombra muy grata, pero la sorpresa la llevé al entrar al baño, ¡Era inmenso!

Las cuatro paredes forradas en mármol, un lavabo doble, una ducha y al lado una tina, a la cual le sacaré brillo, sí, señor. De vuelta a la cama, noté que debajo de la pantalla había un mini refri, lleno de diferentes zumos, cervezas y demás, en el estante de al lado, una cajita llena de galletas, papas y otras chucherías, le sacaría provecho, después de todo, esto no lo pago yo.

Me puse lo suficientemente cómoda, como para quedarme dormida, por lo menos dos horas.

Al despertarme miré el reloj, y procesé un rato información.

¡LA CENA! ¡La cena es en media hora! De camino al baño intenté bajarme un poco los pelos de loca, miré la tina, luego seremos tu y yo, te lo prometo, entré a la ducha y tomé mi jabón, ni loca me bañaría con los que hay aquí, no sé por cuántos cuerpos ha pasado eso.

Acortando la historia de mi baño, luego de eso me enfundé en un vestido negro, a media rodilla, con un lindo recogido al lado, una pequeña trenza en el cabello, y un poco de maquillaje, claro, sin exagerar, al apenas terminar, mi puerta ya estaba siendo tocada por mi exasperante jefe, al abrirla el hombre está de espaldas, dándome una excelente vista de su trasero siendo envuelto por ese pantalón que le queda de maravilla, al darse la vuelta, aún con su vista en celular, como siempre, noto su cabello arreglado, su barba recortada, dándole un aspecto más pulcro, llevaba una camisa de vestir, manga larga, color gris, el pantalón ya mencionado de color negro, el cual hacía juego con su saco, el cual le acentuaba sus bíceps, ¡Dios! Líbrame del pecado, por más bueno que se vea.

Cuando su mirada chocó la mía, juro que vi una pequeña chispa pasar por sus ojos —Andando— Se fija en su rolex —Se nos va a hacer tarde.


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La reunión fue en un lugar muy lindo, lujoso, como todo por aquí, está demás en decir que fue aburrida, hablaron de cifras, contratos, y digo hablaron porque yo sólo entraba en la conversación cuando era necesario, y fue pocas veces, al final, se llegó un acuerdo, y el señor cuyo apellido no recuerdo, viajaría en unas semanas a la empresa para pactar lo acordado sobre una hoja, iba concentrada buscando cierta información en la tablet, que no fui capaz de notar la enorme y honda piscina que se encontraba frente a mi, por lo que al dar un paso en falso, quedé empapada de pies a cabeza, y ni hablar que en nadar era un fiasco y el agua estaba helada, el miedo se apoderó de mí, los músculos se me entumecieron, no recuerdo cuánto tiempo había pasado, pero lo sentía una eternidad. 


Eres mi maldito problemaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora