En forma de indio en mi sofá es como me encuentro, Ethan me había otorgado la tarde libre, y si mis cálculos no fallaban, aún faltaban tres horas para verlo.
Oprimo minimizar a la aplicación de Netflix en mi laptop y busco "Ethan Ellison", rápidamente el computador tira mucha información y alguna que otra foto, entro a Wikipedia.
Estaba intrigada por el accidente.
En el buscador resaltaba el nombre de Abigail Ellison, di click en la primera nota.
"El día miércoles 28 de septiembre del 2017, sucedió una colisión entre una van y un camión, el pequeño auto quedó bajo las llantas del "Monstruo" nombre que se colocaba al costado izquierdo del contenedor, cobrando así una vida.
Abigail Ellison, era el nombre de la víctima, una joven de 21 años de edad, madre de un niño de tan sólo meses.
Falleció en el lugar, al no poder ser rescatada a tiempo, el volante incrustado en su pecho, ocasionó una terrible hemorragia, lo que fue una salida de compras se convirtió en un trágico desastre, el hombre quien manejaba el camión, fue arrestado el 30 de este mes"
Cierro la laptop. Ahora entiendo la rudeza de Ethan, perder a su esposa a tan sólo un día de su cumpleaños, dejándole a cargo de un bebé y una empresa a cuestas, definitivamente es un hombre digno de admirar, comprendo que sea un punto difícil de hablar para él, y ahora teniendo eso en cuenta sabré evitarlo y no meter la pata.
El reloj marcaba las seis y treinta, suficiente tiempo para alistarme, tomé una corta ducha, me enfundé en un largo vestido, nada ostentoso, un maquillaje sencillo, pero no inexistente, base, polvos, sombras de tonos suaves, rubor, rímel y un poco de delineador, no tan cargado, y aún faltaba media hora, así que me tiré a mi camita con el celular en la mano.
No sé en qué momento me dormí, pero desperté al oír la puerta siendo tocada, me reincorporé y a brinquitos iba poniéndome los tacones.
―Buenas noches.― Ethan ríe ―Al parecer había algo más importante que cenar― con las mano intento bajarme un poco el frizz del cabello.
―Lo siento, tengo cara de dormida, ¿Verdad?― Sigue con su sonrisa intacta.
―Sólo un poco. Ven aquí. ―Me jala hacia él y pasa sus manos por mi vestido ahora arrugado, me estremezco ―Mejor. ―Pasa su brazo por mi cintura y nos encaminamos al elevador.
Ethan había hecho la reservación en un lindo restaurante, me corrió la silla, es muy caballeroso, estábamos viendo el menú cuando recibe una llamada.
―Créeme, lamento mucho esto― Se levanta de la silla y me mira con pena.
―¿Qué sucede? ¿Ocurrió algo?― Estoy desconcertada.
―Mi hermana va camino al hospital con Demián, parece ser que cayó por las escaleras― se le mira preocupado, me pongo de pie.
―Pues iré contigo― es lo último que digo para salir del lugar y parar justo al frente del auto, no espero que me abra la puerta cuando ya estoy dentro, espero que no haya pasado a más.
De camino Ethan se había remangado la camisa y esa es una imagen que nunca quisiera olvidar
―¿Sabes? Nunca había tenido una cita en un hospital, alégrate por haber sido mi primera vez― lo miro.
―Parece ser que he sido tu primera vez varias veces― Una sonrisa traviesa se asoma por sus labios, bajo la cabeza para evitar el sonrojo, era cierto, también fue mi primera vez sexualmente, pero tan solo tengo veinticinco, siempre me he enfocado más en los estudios más que para preocuparme por perder la virginidad, sólo no me desvelaba.
Ethan parqueó el auto en el estacionamiento del hospital y caminamos lo más rápido que pudimos.
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Eres mi maldito problema
Fiksi RemajaElla aceptará una idea descabellada sin saber las consecuencias que esta traerá. No sabemos si para bien o para mal. Muchos dicen que para el amor, lo menos importante es la edad, pero hay personas que no comparten esa idea.