Capitulo 46

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Al otro día, Connor no le dirigió la palabra a Thomas, solo tomo su desayuno junto a su medicamento y salió de la casa, dejando a un ojeroso y claramente devastado albino con las palabras en la boca.

Ver el estado del de ojos verde/café hizo que los mayores se sintieran mal por haber hablado con su nieto, pero realmente habían pensado que era lo mejor.

—Ustedes...— tomó aire para pensar en qué iba a decir para no sonar mal —¿Saben lo que paso? No los culpo, solo quiero saber que pasa— fue lo primero que dijo Thomas en todo el día.

Ambos ancianos se miraron un momento, pensando en si decirle o no, pero a esas alturas era bastante claro para ellos que él de verdad no entendía nada.

Ninguno de los dos parecía saber qué decir, o probablemente no querían decirlo. Esto Thomas lo notó y lejos de hacerlo enojar o algo, lo hizo sentir más mal de lo que ya estaba.

Tenía un revoltijo en el estómago que le quitaba el apetito, como si tuviese el estómago lleno de polillas que lo hacían querer vomitar. al no poder comer simplemente se levantó de la mesa, no sin antes decir que no tenía ganas de comer a los dos mayores para no ser una falta de respeto.

Thomas volvió a la habitación y paso allí hasta la hora del almuerzo, Connor todavía no había vuelto, el almuerzo fue silencioso y el ambiente estaba tenso, pero por lo menos esta vez si comió un poco, aunque parecía ido, sin prestar atención alguna a su alrededor.

—Tom— lo llamo Manase, aun sin saber bien que decirle, pero consciente de que tenían que hablarle.

—¿Si?— dijo con la voz ronca, sonaba espantosamente mal, demacrado, como si hubiese reprimido un montón de gritos dañando su garganta en el proceso.

—Yo... Nosotros tenemos que explicarte lo que paso— habló el mayor, tropezándose con sus palabras —la verdad, como habrás notado todo esto empezó el día que peleaste con Abigail.

—Ese día, te golpee mas fuerte de lo que debía, pido perdón por eso, usé una fuerza capaz de noquear a un humano— siguió la mayor con un tono de culpa pero serio.

Estuvieron un rato explicándole, se notaba que Thomas estaba en shock por lo que escuchaba, para cuando los mayores terminaron de explicar, el albino estaba llorando en silencio otra vez.

—Perdónanos Tom, pero realmente estábamos preocupados, no queríamos que nada le pasara a Connor— dijo para finalizar Abigail.

—No, esta bien, lo entiendo, yo habría hecho lo mismo en su lugar— dijo antes de suspirar y esconder su rostro en sus manos, exhausto —pero juro que yo no sabia nada, mi madre jamás me lo dijo, o sea... Dio algunas pistas, pero pensé que estaba delirando...— talló sus ojos fuertemente haciendo una mueca, sus ojos picaban y sus párpados estaban empezando a irritarse debido a la sensibilidad de su piel.

—Tommy, te ves devastado ¿Quieres un te o algo?— le pregunto Manase mientras apretaba ligeramente su hombro, en señal de apoyo.

—Si, esta bien— necesitaba tomar algo, calmarse y empezar a pensar como iba a solucionar las cosas con Connor. 

Una vez el mayor fue a la cocina a preparar el té, Tom miro a Abigail y le dijo.

—No me va a creer aunque le diga la verdad ¿No?— la mirada triste de la anciana hizo de le doliera el corazón ¿Realmente no había nada que pudiera hacer para que por fin confiara en él?.

—Le va a tomar un tiempo volver a confiar, sabes que ha pasado por cosas horribles— fue lo que atinó a decir la mayor, con pena —será mejor que esperes un poco a que se le pase el enojo antes de intentar hablar con el— Thomas sentía rencor, no hacia la abuela de su pareja, si no hacia su madre por obvias razones.

Manase finalmente llegó con la humeante taza de té, dejándola frente al albino y yendo junto a su mujer, quedando los tres en silencio, mientras Thomas pensaba qué hacer, sin poder encontrar una solución razonable.

El día pasó y otra vez Connor solo volvió para dormir, cosa que Tom no hizo, así que se escabulló para mirar a su amado, no muy de cerca para no alertarlo, pero si lo suficiente para verlo por lo menos por un momento.

—Perdóname, sé que es difícil creerme ahora y lo siento, realmente no tenía idea y quiero que me creas, pero no quiero forzarte a hacerlo tampoco— suspiró —ojala pronto vuelvas a confiar en mi— susurro con la voz cada vez más quebrada, notándose también el desgasto y la falta de esa esencia tan propia de el en la misma.

Secó rápidamente las nuevas lágrimas y volvió a su habitación, completamente inconsciente de que Connor lo había escuchado, había pasado por alto un detalle muy importante. Connor no necesitaba dormir.

Claro que lo había escuchado muy claramente, al no necesitar descanso, pero no se movió, en su lugar se enojó, se enojó consigo mismo, porque a pesar de que se sentía furioso y traicionado por Thomas y que sabía que lo había utilizado, seguía yendo a la casa pretendiendo dormir solo para que el albino pudiese descansar tranquilo.

Lo que más lo frustró, fue que de hecho, una parte de él realmente quería creerle a Thomas, quería creer que él realmente no lo sabia, volver a estar juntos como si no hubiese pasado nada, pero no podía permitírselo, ya lo habían lastimado una vez y no creía ser capaz de soportarlo una segunda.

Se quedo allí toda la noche, con el corazón dolorido, hasta que amaneció, así que como había hecho el día anterior, solo se tomo su medicamento y se fue sin dirigirle la palabra a nadie, no se sentía de animo para eso. 

Cuando salió de la casa, se teletransporto al mismo lugar donde había pasado sus días desde la pelea, en cuanto llego, se sentó en el suelo, sintiendo que al fin podía respirar tranquilo y estar solo.

White Demon (Cancelada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora