White Demon (Cancelada)

capitulo 34

Al despertar empezaron a arreglar lo último para mudarse definitivamente, claro también tenían que entregar la llave del otro, pero eso ya lo harían después.

Mientras guardaban los libros en la estantería, uno de los libros cayó al suelo, cuando Connor lo levanto se dio cuenta de que se trataba de su libro de las sombras, decidió abrir una página al azar.

La página en cuestión le pareció muy rara, no recordaba haber escrito nada así, ni siquiera era su letra, parecía como si alguien externo hubiera puesto esa página allí, pero eso no tenía sentido, nadie había tocado ese libro, incluso le había prohibido a Tom tocarlo.

—¡Amor!— gritó para llamar su atención, puesto que este estaba en otra habitación —¿Sabes si alguien tocó mi libro?

—No— contestó extrañado mientras caminaba a donde se encontraba su novio —siempre estuvo contigo ¿Por qué preguntas?

—Hay una página rara, no la escribí yo— dijo empezando a leer el contenido —Parece ser una especie de ritual para... ¿La inmortalidad compartida?

Thomas pudo ver cómo los ojos de Connor brillaban al leer la página, no era un secreto que uno de los mayores temores de este era el que Thomas envejeciera, ya que él no podía hacerlo y aunque no lo dijera, ese también era uno de los miedos del albino.

—¿Es muy complicado de hacer?— pregunto sin saber muy bien como reaccionar.

—No mucho... Aunque habría que revisar que sea real— dijo antes de cerrar el libro y mirar a su novio —tu... ¿Estarías dispuesto a hacerlo?

Tom no tuvo que pensar mucho antes de contestar.

—Si hace que pueda pasar la eternidad contigo, si— la determinación en su voz hizo que el de ojo cambiante sonriera.

—Entonces hagámoslo— se notaba en su voz que estaba muy decidido a hacerlo y era obvio ¡Su mayor miedo ya no estaría gracias a lo que sea que hubiese escrito eso!

Se acercó a Tom y lo abrazó con fuerza —gracias— susurró en el cuello de su pareja sintiendo como el contrario lo abrazaba igual de fuerte, transmitiendo las mismas emociones.

Era un momento mágico, solo de ellos, no querían que se acabará, pero un mensaje del teléfono de Tom los interrumpió.

Suegrito:

Lamento interrumpir su momento, pero creo que lo mejor sería que empiece a revisar el ritual cuanto antes ¿Me harían el favor de pasarlo para que lo revise?

12:30PM

Leyó Tom, le causaba una mezcla rara entre gracia y escalofríos el que Darío siempre supiera cosas, pero tampoco es como si se fuera a quejar, él era muy amable con Tom después de todo.

Connor (mucho más acostumbrado que Tom) solo se rió y le mando una foto de la dichosa página, ahora solo tenían que esperar una respuesta, así que siguieron ordenando las cosas como si nada.

Terminaron lo más rápido posible para ir a su cita con Sheila, la psiquiatra de Connor, llevaba ya unos meses con ella y gracias a esta y unos cuantos cambios en sus pastillas, ahora estaba mucho más estable, cosa que hacía que Tom se sintiera muy orgulloso de su pareja.

Sheila era una chica muy agradable y eso era parte de lo que le gustaba a Connor, a lo largo de su vida había tenido algunos psicólogos y psiquiatras que no habían terminado de convencerlo, algunos llegaban a hacerlo sentir mal e incluso atacado durante las sesiones, por eso ver que ella era paciente y usaba un tono amigable fue un buen respiro para él.

Una vez todo listo se encaminaron a la consulta de Sheila.

(...)

Al llegar al lugar ambos se sentaron en unos asientos que había, esperando a que la psiquiatra lo llamara.

—Connor— llamó Sheila desde la sala de consulta, viendo como este le hablaba algo a Tom y se paraba para entrar.

—¡Hola Connor! ¿como has estado? toma asiento— empezó a hablar Sheila de forma simpática.

—¡Hola Sheila! He estado bien este tiempo— contestó mientras se sentaba.

—¿Has seguido el tratamiento como corresponde?— pregunto con una sonrisa.

—Tom me ayuda en eso ¡Pero si!— comentó orgulloso de si mismo.

—Oye... Algo que quería que habláramos era sobre las cicatrices ¿Crees poder?— pregunto despacio, sin intensión de perturbarlo.

—Yo...— su cuerpo dejo de responder, apesar de los años, seguía congelandose al pensar en eso.

—¿Quieres que llame a Thomas para que estés más tranquilo?— ofreció.

Lo primero que pensó era que no, no quería que él supiera sobre eso ¿Que pasaba si lo odiaba? Las palabras de aquél sujeto volvieron a su mente "Tu me perteneces y ahora no te irás ¿Quien querría a alguien con cicatrices tan horribles?" Era cierto ¿Como podría Thomas amarlo tras saber eso?

Sin darse cuenta, mientras pensaba en eso, asintió con la cabeza, así que Sheila fue a buscarlo y cuando lo vio entrar, supo que sus pensamientos no tenían sentido, Tommy lo amaba y no iba a dejarlo por algo así.

—Sheila me dijo de que van a hablar ¿Estás bien?— pregunto mientras tomaba delicadamente su mano, dándole a entender que estaba allí.

—Yo... Si, en algún momento tenía que hablar de eso ¿No?— dijo dando una pequeña sonrisa que más parecía una mueca rara.

—Tomate tu tiempo Connor, pero no mucho que tengo más pacientes— comento en broma haciendo reír al mencionado.

—Bueno, recuerdo que en ese tiempo tenía... ¿Nueve años? Más o menos, catorce en lo legal— comenzó a contar.

—Como desde mi creación parecía un adolescente, tuve que saltarme unos años y en ese tiempo ya estaba en media, los últimos cuatro años antes de ir a la universidad— se intentó centrar en los detalles para retrasar la llegada a aquellos recuerdos tan dolorosos.

—En ese tiempo ser gay no era lo mejor del mundo, tampoco ser Mapuche resulta que ser parte de cualquiera de esos grupos era prácticamente un suicidio— apretó la mano de Tom buscando apoyó, esa era una parte de su pasado que solía evitar.

—Recuerdo que en mi escuela todos los que perteneciamos a uno de los grupos teníamos que permanecer juntos, incluso si no nos llevábamos bien, sabíamos que si alguno se quedaba solo... Digamos que no terminaba bien— su voz se rompió al tocar ese tema, el rostro de su amiga Alondra volvió a su mente, no debió dejarla sola.

—En esos años lo conocí... Su nombre— trago grueso intentando aclarar su garganta —era Tadeo