Zack miró a Connor pensando en como decir lo que pasaba por su cabeza.
—Qué decirte, ya tenía sospechas desde que Oto-san dijo que quería conocerlo, pero cuando vinieron a mi casa, fue tan obvio, al menos para mí, ese chico no solo está enamorado de ti, él es tu end game— al terminar de hablar, sonrió, mientras que por otro lado, el híbrido quedó estático ante lo dicho por el mayor.
Los poderes de Zack estaba basados en el amor, era capaz de saber si alguien estaba realmente enamorado con solo verlo, pero eso no fue lo más impactante, si no, el que usara el término "end game", el cual solo usaba para parejas que parecían estar destinadas, aquellas parejas que estarían juntas hasta la muerte e incluso, después de ella.
Connor miró con los ojos muy abiertos a Zack y se quedó callado, se sentía un poco mejor por saber que quizá y se había equivocado, pero peor por hacerle la ley del hielo a su pareja, dejarlo solo y no dejarlo hablar las cosas y por costarle tanto confiar otra vez.
—Él... ¿Lo dices en serio?— pidió una confirmación, a pesar de saber que Zack no bromearía con eso.
El asentimiento de el asiático, fue lo que lo hizo reaccionar de una vez por todas, empezando a reír mientras lloraba, pensando en como disculparse con Tommy.
(...)
Yaroslav estaba sentado en el sofá de su casa, intentando procesar lo que su casi hijo le había dicho.
—Entonces... ¿Se pelearon porque su abuela conocía a tu madre y pensó que lo estabas usando por eso?— intentó simplificar lo explicado por Tom, hacía movimientos cortos con las manos para "guiarse" mientras lo abrazaba, intentando que dejase de llorar.
—Es un poco más complicado que eso, pero en resumen, si, algo así— dijo una vez pudo hablar de forma entendible.
—Solo estoy intentando simplificarlo, el tema de las criaturas sobrenaturales es algo nuevo para mi— comentó el mayor. Le estaba costando mucho digerir la información pero de a poco se podía ¿No era broma que Thomas era una especie de enviado divino?.
—ugh... Esto es horrible— enterró la cara con frustración en el pecho de su mentor, restregando su cara fuertemente como si eso fuese a borrar sus pensamientos o lograr pensar en otra cosa.
—De acuerdo ¿Qué te parece si duermes un rato y después vamos a la pista? Eso siempre te anima— ofreció mientras acariciaba la espalda de su contrario, intentando apaciguar un poco su dolor.
—Claro, yo... Tal vez sea lo mejor— contesto, empezando a ser consiente de su demacrado estado.
Mientras iba a la habitación de visitas (en la cual se quedaba cada vez que iba a casa del ruso), un pensamiento cruzo por su mente, si estaba débil y cansado no podría enfrentarse a su madre, no iba a dejar las cosas así, ella no podía simplemente arruinar todo lo bueno en su vida y esperar que no hubiese consecuencias.
Al entrar a la habitación se acostó en la cama, sintiendo como sus músculos se relajaban muy lentamente. Seguía pensando en qué haría con su progenitora, sentía demasiadas emociones en ese momento, todas tan negativas que hacían el ambiente tan pesado que se sentiría hasta la otra punta de la vivienda.
Cosa que así fue, Yaroslav tenía una sensación desagradable, que casi no se notaba pero que ahí estaba.
(...)
Thomas venía despertando de la corta siesta que había tomado, saliendo del cuarto con un aspecto...no mucho mejor, pero pasable a comparación de cómo estaba antes.
—¿Nos vamos a la pista o vamos después?— preguntó el mayor sentado en el sillón dirigiéndole la mirada al albino.
—Vamos ahora, tengo ganas de patinar—trató de sonreír levemente.
—Vamos entonces— se levantó de su lugar y dijo —ve por tus cosas— empleo su clásico tono amistoso.
Una vez Thomas estuvo listo fueron rumbo a la pista. El camino hasta allá fue tranquilo y al llegar, Thomas empezó a calentar como normalmente hacía para no romperse algo.
Para los demás patinadores no paso desapercibido el estado del albino, cosa que Yaroslav solo aclaraba diciendo el nombre de su madre a cualquiera que preguntara, cosa que parecía ser suficiente para que estos dejasen de preguntar.
Thomas parecía un poco más animado una vez en el hielo, empezando a soltar el cuerpo cada vez más y disfrutando del frío y la sensación de volar. La acción inconsciente del albino de sonreír mientras iba de allá para acá, saltando, haciendo trompos e incluso permitiéndose hacer un mortal hacia atrás, hizo sonreír a Yaroslav, sabía que eso le ayudaría y si que lo estaba haciendo.
Pasaron un buen rato ahí hasta que empezó a oscurecer, así que optaron por volver al hogar del más viejo. Pero pasó algo que desagradó demasiado a Thomas, de nuevo su ánimo se había ido a la mierda.
Y si, ahí estaba Anahera, caminando en sentido contrario, o sea, hacia ellos.
Yaroslav miró de reojo a su acompañante, lucía enojado, pero no un enojo a flor de piel como el que muestra un niño o adolescente sin permiso para salir o algo por el estilo, era una sensación de amenaza en la mirada, con el rostro serio y apretando la mandíbula tan fuertemente que podría romperse un diente.
Frío, como un depredador que observaba a su presa.
La mujer no tardó en notarlos a ambos, no había por donde cortar camino así que Yaroslav no podía llevarse a Thomas, quien tensaba lentamente cada músculo de su cuerpo. Lo notó sobre todo al ver que su paso se hacía más silencioso, como si se contuviera para no correr hacia ella y no precisamente de una buena manera.
Caminó más lento tomando el brazo de su tutor, estaba haciendo todo lo que podía para atrasar el momento de pasar al lado de ella, y también para no lanzarse contra ella en plena calle, saldría espantosamente mal y estaba agotado, tanto física como mentalmente.
Evitó mirarla a toda costa, en otro momento la encararía. O ese era el plan hasta que sintió un agarre en el brazo, maldita sea, ¿En serio no se iba a quedar tranquila? ¡Ya le había dicho lo que tenía que decir sobre su estúpida ideología cuando ella misma lo echó de la casa!
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White Demon (Cancelada)
Paranormal"Un médico con muchos secretos y un patinador de hielo dispuesto a descubrirlos" Connor es un chico de 23 años quien, trabajando como médico, conoce a un chico que da vuelta a su mundo, ¿será por el estrés que conlleva su estilo de vida y forma de c...