Los días desde estos hechos han estado transcurriendo sin ningún problema, todo es tan perfectamente normal. Los ángeles van y vienen, los menores estudian y el cielo parece muy alegre pero también algo atareado. Todos se preparaban para que los más pequeños entre los ángeles finalmente pudieran alcanzar la perfección a la que estaban destinados. Así bajo una agradable arboleda se encontraba el grupo de Aziraphale.
— Muy bien, hoy les hablaré sobre una lección importante, eso es el amor.— Declaró a todos los presentes, hablando con una tranquilidad que a todos les parecía agradable.—El amor es algo de suma importancia para nosotros, debemos amar a quiénes nos rodean porque todos provenimos del mismo lugar, fuimos creados por el mismo Dios y eso nos hace hermanos. Por eso tener tratos y palabras cariñososas hacia otros ángeles es perfectamente normal.—
— ¿Entonces si tratamos con cariño a todo lo que nos rodea estamos haciendo lo correcto?— Dijo Aziraphale mientras levantaba la mano.
— Así es.— Declaró el mayor.— Este aprendizaje es algo que debemos poner en práctica todos los días. Nos detendremos hasta aquí, pero recuerden que deben prepararse, la ceremonia donde sus dones serán revelados está más cerca de lo que creen.—
Se trataba de un evento sin igual, era una ceremonia donde los ángeles más importantes se reunirán para oficiarla y ser testigos de el ascenso de los menores. Finalmente podría reinar solo la perfección y todos juntos podrían trabajar por el plan futuro. Pero como era de esperarse, esa ceremonia involucraba entre otras cosas: volar. Lo que era una gran preocupación para cierto ángel en particular.
* * *
— Hola Ángel.—
Dijo Aiwass llegando hasta donde Aziraphale parecía perdido en la nada.
Esta ocasión se habían encontrado en un campo cercano, había una gran variedad de plantas y flores de todos los colores existentes, lo que producía una bella vista.— Hola... ¿Algún día me llamarás por mi nombre?—
— Quizá, pero eso no es importante, pareces triste.—
Aziraphale pensó por un momento antes de responder, debía estar tan mal que su cara estaba reflejando su sentir en ese momento, cosa que le preocupaba, pero estando a su lado sentía que podía hablar sin ataduras y expresar todo lo que sentía.
— Lo que pasa es...— Otra repentina pausa se apoderó del momento, tomó aire y cerró sus ojos hasta que el valor de hablar se hizo presente.— ¡Me siento frustrado, imperfecto, como un error! ¿Cómo es posible que un ángel se sienta de esa manera? Hasta ahora nos han enseñado que somos perfectos por naturaleza pero no me siento así en absoluto, no puedo hacer nada, ni siquiera creo ser digno... además nací siendo del único grupo de ángeles que se ha mantenido por tanto tiempo como niños. ¡El creador debe sentirse decepcionado de mí!—
Cómo se mencionó antes estos pequeños tienen mucha similitud con lo que ahora se llaman humanos, sentían este tipo de sentimientos pero todo desaparecería con el tiempo en cuanto alcanzaran su grandeza; sin embargo, era para ellos un tipo de trago amargo, es bien sabido que las cosas no se obtienen fácilmente y este era un proceso que debían enfrentar para recibir su recompensa, pero aún no comprendían ese hecho.
Aiwass se mantuvo en silencio escuchando la explicación que el otro menor daba, podía sentir claramente la forma en que había vivido hasta ahora y le dió la sensación de que ambos habían estado solos hasta ese momento. Sin romper el silencio movió su brazo para recargar la cabeza ajena sobre su hombro. Al mismo tiempo pasó sus manos suavemente por los cabellos dorados de Aziraphale.
— Si el hecho de que no puedas volar es el problema entonces ven a verme aquí y yo te ayudaré.— Dijo Aiwass con voz serena y con ciertos tintes de seriedad.
En medio de toda la obscuridad que podía estarse formando dentro del corazón de Aziraphale un rayo de luz brilló dispersando toda penumbra. Esto se dejó ver en el exterior gracias a que sus ojos se iluminaron pero también se formó en su rostro una expresión de sorpresa, seguida por una de calma. Las manos de Aiwass reposando en sus cabellos le daba una gran tranquilidad pero al mismo tiempo le hacía sentir seguro; no había duda, contarle fue la decisión más acertada.
— Muchas gracias, querido.—
— ¿Que fue eso?—
— Lo aprendí en la clase de hoy.—
Así pasaban los días, el tiempo se acercaba más, todo debía suceder tal y como estaba predicho. El tiempo no se detiene, pero había algo que estaba naciendo y que si sería imposible detener. Del otro lado en medio de todo lo que no conocemos se estaba escribiendo la senda de lo que sería el futuro de los ángeles, hasta ese momento todo había sido paz y tranquilidad, pero algo enorme se estaba acercando para turbar el estilo de vida que habían llevado durante milenios.
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Sempiterno [Good Omens]
FanfictionLa historia que aquí se cuenta comienza desde el principio de los tiempos, cuando existía todo y nada. La creación de los ángeles y la gran guerra, el origen de todo lo que ahora conocemos. Pero en especial, el origen de la peculiar relación entre u...