¿Un ángel que no vuela?

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"Un ángel que no vuela", definitivamente había escuchado bien. Por más que trataba de entender cómo se había enterado de ese hecho no lograba dar con la respuesta.

— ¡Por favor! Dime cómo sabes.— La curiosidad iba en aumento, deseaba escuchar la explicación que el otro ángel pudiera darle.

— Hagamos un trato, todo se decidirá con una carrera, si ganas te lo diré.—

No daba la impresión de ser la condición más justa pero necesitaba saberlo, hasta ahora había hecho todo lo posible para no dejar en evidencia ese pequeño defecto. El único ser que sabía de esa limitación era su maestro, y esto debido a que fue testigo de dicho hecho. Estaba por aceptar cuando reparó en esa cuestión...

— Pero sabes que no puedo volar.— Comentó un poco cabizbajo, era un detalle que le había estado afectando más de lo que parecía.

— ¿Quién dijo que íbamos a volar? Por algo el Creador nos dió piernas.—

Esas palabras fueron como luz para el pequeño Aziraphale, no estaba seguro si era solo su impresión pero parecía que Aiwass era muy bueno con las palabras, que sabía elegir las correctas en el momento preciso para poder animar a quien lo escuchase. O quizá sólo era así para él, pero eso no importaba, el ser que estaba frente a él no había parecido darle importancia a algo que le había acomplejado desde que fue creado.
Existen momentos en qué hay cosas que a nosotros nos atormentan, pero ciertas existencias son capaces de cambiar la forma de percibirlo y hacer sentir que ese complejo o problema es algo insignificante; algo así fue lo que pasó en ese momento entre estos dos ángeles.

La carrera comenzó pero como era de esperarse, ninguno de los dos estaba muy habituado al hecho de correr, al ser ángeles no necesitaban ir a prisa (exceptuando a Aiwass que siempre llegaba tarde, pero las distancias que recorría usualmente no eran tan grandes) A pesar de esto Aiwass terminó ganando, aunque ese triunfo había sido con una muy mínima diferencia, sin contar que estaba completamente agotado. La condición de Aziraphale no era mejor tampoco. La carrera había sido recorrer la ribera del río lo más lejos posible pero ¡Era un río enorme!
ninguno de ellos podía dar un paso más.

— Volvamos a donde dejaste tus cosas.— Dijo Aiwass con bastante esfuerzo.

— De acuerdo.— Respondió Aziraphale sin rastro alguno de energía.

Es verdad, ambos eran ángeles y pueden preguntarse ¿Cómo un par de seres perfectos pueden cansarse? La respuesta es clara, ellos aún eran pequeños y estaban en proceso de adaptarse para poder usar su poder por completo, es por ello que aún tenían limitaciones en comparación con ángeles adultos.

— ¡Aiwass, no quiero caminar!— Aziraphale se dejó caer en la suave y fresca hierba que crecía en la orilla del río. Se negaba a dar un paso más.

— No puede ser ¿Cómo esperas que regresemos? Yo también estoy cansado ¿Acaso piensas que te llevaré cargando o algo así?—

No están seguros de como terminaron de esa forma pero con dificultad Aiwass trataba de mantener el vuelo llevando a Aziraphale entre sus brazos. Aún no tenía la suficiente experiencia volando como para llevar un peso extra pero en la situación que estaban no parecía haber otra opción.

— ¡Por el amor de Dios, Ángel! Deberías dejar de comer tanto.—

Aziraphale soltó una risita ante ese comentario, estaba más concentrado en la sensación de volar por primera vez. Era algo maravilloso que hasta ahora no había podido experimentar pero Aiwass le había permitido ese privilegio.
Cuidadosamente llegaron hasta el lugar donde se habían encontrado al inicio, Aziraphale se bajó y fue a buscar sus pertenencias que previamente había dejado.

— ¡Aiwass, mira esto!—

No tuvo respuesta alguna por lo que devolvió su vista hacia el otro pequeño, de inmediato notó que se había quedado dormido (sí, los ángeles pequeños tenían muchas similitudes con los humanos)
Aziraphale le dedicó una sonrisa y buscó un pequeña manta entre sus cosas para arropar a Aiwass.

— Muchas gracias por todo.—  Dicho esto se recostó a su lado e instintivamente llevó la mano hasta los bucles rojizos donde paseó una y otra vez dando suaves caricias a ellos hasta cerrar los ojos igual que el otro infante.

Ambos estaban tan cansados que Aziraphale terminó restando importancia a su objetivo inicial, pero en algún momento se terminaría resolviendo ese misterio, no había por qué tener prisas y menos cuando se es inmortal. Por otro lado los ángeles mayores no tenían descanso, todos estaban muy atareados con los preparativos para completar un gran plan del que el Todopoderoso les había informado, por ello debían darse prisa en cuanto a la preparación de los ángeles que se encontraba en estado infantil. Estos habían sido los últimos en ser creados por lo que una vez estuvieran listos todo el conjunto de ángeles estaría completo.

Sempiterno [Good Omens]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora