Sempiterno

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Acompañado de risas internas Lucifer avanzaba después de haber terminado la pequeña conversación con el ángel de cabello bermejo. La verdad es que también tenía prisa, pero haberle revelado aquella información al joven había resultado mucho más divertido de lo que esperaba.

— Tardaste bastante, ¿Está todo bien?—  Pronunció la voz que pertenecía a su joven pupilo.

— Mejor que nunca, por cierto hay algo que me gustaría preguntar.—

—¿No habías  venido a felicitarme?—

— ¿Por qué habría de felicitarte?—

— Por favor, Sr. Perfección sabes bien a lo que me refiero.— Respondió con tono sarcástico.

—Primero resuelve mi duda.—

—Bien ¿De que se trata?—

—¿Por qué elegiste a ese ángel para abrir la ceremonia? Lo hiciste intencionalmente ¿No?—

Gabriel se quedó pensativo antes de responder, finalmente unos segundos después comenzó a hablar nuevamente.
—Si se equivocaba entonces Sariel sería responsable, de lo contrario...—

—Sariel te mostraría que estaba en lo correcto al apoyarlo y que tú eras quien estaba equivocado ¿No? justo lo que pensé.—

—Nunca has quitado de ti la costumbre de hacer preguntas de las cuales ya conoces la repuesta desde el inicio. Como sea, el final ya lo conoces.

—Entonces ¿Acabas de aceptar que estabas equivocado?—

—Aún no estoy convencido, de cualquier forma dudo que ese asunto te interese, solo estás tratando de molestarme.—

—En absoluto, solo quería entender por qué eres tan duro con él.—

—Estás muy curioso hoy, demasiado sobre eso, vamos a celebrar, además no olvides felicitarme, hice un gran trabajo hoy.—

*  *  *

Esa palabra solo podía provenir de alguien en específico.

— ¡ESPERA!—
Con un tono casi suplicante brotó aquella expresión.

— Creí que tenías prisa.—
En ese momento Aziraphale pudo contemplar claramente el rostro de su amigo, el cambio era sorprendente que posiblemente hubiera resultado algo difícil reconocerlo, excepto por aquellos cabellos rojizos que habían aumentado en longitud pero el tono seguía igual que antes, gracias a ellos podía saber que se trataba de él.

—¡Por Dios, Ángel no seas ingenuo, vamos tengo mucho que hablar contigo.— Dicho esto tomó la mano de Aziraphale y juntos levantaron el vuelo hasta llegar a ese río donde muchos de sus encuentros previos habían tenido lugar.

Dos siluetas podían apreciarse sentadas a la par, acompañándose en silencio y quietud, hasta que uno se atrevió a tomar la palabra.

—Sólo quería decirte que lo hiciste bien.—

«"¿Lo hiciste bien?", Oh, pero que palabras tan conmovedoras, Aiwass» Se recriminaba internamente al no ser capaz de expresar lo que realmente deseaba en ese momento.

Hubo otra pausa silenciosa entre ambos. Aziraphale bajó la mirada y no respondió nada, acto que comenzó a preocupar al pelirrojo.

— No me malinterpretes, no quise decir solo eso... es decir, lo hiciste bien, muy bien como se esperaba de ti.—

Aziraphale esbozó una sonrisa después de escuchar eso, a pesar de que el otro no lo decía directamente con palabras podía sentir exactamente a lo que se refería, por ello solo pudo decir una única palabra:

—Gracias.—
Mostrando una sonrisa posó la mirada en el amigo que permanecía a un lado y colocó una mano sobre la ajena.

—Pude lograr llegar hasta aquí gracias a el apoyo que Sariel y tú me dieron,  incluso si agradeciera miles de veces siento que no sería suficiente.—

Aiwass de nuevo se quedó en blanco ¿Había alguna manera de responder a estas palabras sin que esa respuesta pareciera patética? Nunca había tenido tal problema, por lo general las palabras en su ser fluían como manantial, pero ahora no era más que un desierto.

—Oh, casi lo olvido, tengo algo para ti.— Entonces el rubio sacó una pequeña planta que comenzaba a florecer, el recipiente que la contenia estaba hecho de piedras de colores y tenía una inscripción en él.
—Esta flor es muy especial, cuando no está en condiciones adecuadas o le falta algo se protege formando en sus pétalos unas líneas rojas, de alguna manera siento que se parece a nosotros, siempre apareces cuando las cosas no van bien y de esa manera me siento protegido. Así que quiero que la conserves, de esa forma podrás recordar lo especial que es nuestra amistad aún si estamos lejos.— Finalizó ofreciendo otra encantadora sonrisa.

Aiwass tomó la planta entre sus manos sin decir palabra alguna, únicamente estuvo observando el regalo como si quisiera descifrar algún enigma en el, más a su vez los ojos del joven ángel brillaban con ilusión, solo él sabe que es lo que había en su mente en ese momento.

—Mi maestro me pidió que me reuniera con él, así que creo que debo irme ahora.— Avisó Aziraphale levantándose al instante, más una mano detuvo su acción.

—Aunque ya no necesites mi ayuda por favor no dejes de reunirte conmigo.—

—Lo prometo.—

Finalizaron esas palabras sellándolas con un dulce abrazo, fue entonces que Aiwass notó la inscripción que estaba en la maceta donde venía la planta.

—¿Sempiterno? ¿Que significa?— Preguntó con creciente curiosidad.

Aziraphale sonrió antes de responder a la pregunta.
—Significa que es algo que no tiene fin, jamás terminará, es como nuestra amistad ¿No lo crees?—

Aiwass asintió sonriente ante aquella declaración. Después de que Aziraphale se despidiera observó como se iba alejando, fue entonces cuando recordó lo que quería preguntar, también en ese momento comenzaron a invadir su mente muchas opciones de como felicitarlo adecuadamente.

—Incluso mis ideas llegan tarde ¡Aiwass! ¿¡Cuando cambiarás!?—

Bueno, habría otras oportunidades de hablar más tranquilamente, ahora también debía reunirse con Salem para estar al tanto de cuales serían sus funciones ahora que había crecido.

Sempiterno [Good Omens]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora