Escuchemos la composición de Beethoven: >; para así poder embriagar de nostalgia nuestros corazones, a la par de ir leyendo tontos escritos de un alma que se encuentra vagando en el abismo. Un alma que existió y pasó por nuestro lado sin siquiera pe...
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7 Marzo del año 2017
Midoriya Izuku
Alguna vez me hablaste sobre las estrellas; sobre el cielo, y dijiste que era un tormento no estar con ellos.
¿Sabes que me atormenta a mí? No poder reflejarme en tus brillantes y lindos ojos color rubí. Tu esencia es mi delirio y yo no sé que pasará conmigo. Me gusta ver las estrellas porque así te siento más cerca. Me enamoré del cielo porque es como ver una parte de ti ahí.
Ahora, te diré algo amor. ¿Recuerdas lo que mi madre decía y alguna vez te dije que lo haría nuestro?
Te amo de aquí al cielo, ida y vuelta, dos vueltas a Saturno; tres a Urano, cinco a Júpiter, siete a Neptuno, una al sol e infinitamente al universo.
El amor que siento por ti, no tiene límite; te amo desenfrenadamente y tanto el cielo como las estrellas, tienen envidia de ello.
[Nombre rayado]
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El tener que ser fuerte ante situaciones que lo requerían era casi imposible, a menos que tuvieras una razón verdadera y un corazón de hierro.
Mi cabeza estaba totalmente perdida en el mar de recuerdos que habían llegado a mi mente. La figura del hombre con traje que dejaba costosas y lindas flores en tu tumba y la de la chica hizo que mi interior se conmoviera ante tan noble gesto.
De cualquier manera, había estado tanto tiempo bajo la lluvia que solo dejarlo ir era un desperdicio. Me acerqué con cautela hasta el hombre de la sombrilla negra e hice una reverencia apresurada.
—¿Puedo hablar un momento contigo, TenyaIida?
La única persona con vida que aseguraba; sabía más que la verdad.
