1 Agosto del año 2016
Midoriya Izuku
Esta noche lloraré. Cubriré mi rostro de vergüenza, sintiéndome nuevamente impotente ante las reglas y órdenes de los de arriba. ¿Qué puedo hacer si tan solo soy un crío? Estoy destinado a no ser nadie en la vida, estoy siendo empujado a la infelicidad en este mugre mundo.
Me cansé. Me harté de la hipocresía que puede haber entre la sociedad y es que, ¿cuán miserables hay que ser como para darnos cuenta de los errores y pecados que han cometido los otros pero no nosotros mismos? Me fastidia sentirme aprisionado ante tanta gente inculta, hipócrita, habladora y sin sentimientos por los demás. Estoy agotándome de escuchar las mismas y sucias frases. <<Yo te di>>, <<Por nosotros>>, <<Gracias a>>, <<Sin nosotros no serías nada>>. Si das algo, que sea de corazón y no por obligación porque de ser así, prefiero no obtener nada y morir; total, es el mismo infierno con disfraz.
No soy nadie especial. La relevancia se les da a los guerreros y yo soy frágil. Soy tan débil, tan fácil de quebrar. Suelta mi mano y déjame ir, construye una nueva vida lejos de mí, vete. Soy un peligro.
Fuertemente desahuciado.
Me estoy armando de valor pero no puedo salir. Esta muy oscuro aquí abajo. ¿Podrías darme un poco de tu luz? Tengo miedo. Esto contradice todo lo que he dicho, pero porfavor; no te vayas.
¿Serías capaz de darme una sola oportunidad? Porque te lo juro amor, estoy feliz de haberte encontrado, no quiero dejarte nunca más.
Realmente tenía miedo de confesarte que estaba enamorado de ti, tenía miedo que al decírtelo me ignoraras o ya no me hablaras, que sintieras asco de mí, que sintieras incomodidad y todo terminara.
No sé qué decir, estoy feliz; me siento aliviado de hablar sobre mis verdaderos sentimientos. Desde hace algún tiempo que me percaté de mi enamoramiento hacia ti, ¿estas feliz por ello? Porque yo no me arrepiento. Fue una buena forma de perder mi tiempo.[Nombre rayado]
[Nombre borrado]Sequé el sudor de mi frente, soltando un suspiro de agonía por haber leído la carta unos minutos antes del recital de piano que debía salir a tocar. Mi curiosidad era como la de un gato con 7 vidas, solo que yo estaba jugando con la realidad; porque yo solo tenía una.
Irremediablemente fúnebre.
El público me aclamó con furor cuando las luces apuntaron a mi señal de salida, esperando a que hiciera acto de presencia el mismo Shoto con una sonrisa falsa; intentado de esa forma agradecer su presencia. En lugar de ello; salió un Shoto real, de carne y hueso, con emociones verdaderas a sentarse en el respectivo banquillo frente al reluciente piano color negro para cambiar las notas que me habían pedido tocar a Gymnopédie n.º 1 de Erik Satie.
En las publicaciones del día siguiente habían dicho que mi rostro se veía tan pálido y vacío, sin expresión alguna que creyeron que estaba al borde de la muerte. Las suaves notas que toqué ese día, cada que presionaba alguna tecla del piano en presencia; sentía que estaba en el cielo, dando un recital a los ángeles y que tú eras el invitado de honor.
Sentí que cada vez que me acercaba al final, era una nueva forma de despedirme de tu alma y solo, por ese entonces, quise no parar de tocar el piano jamás, para así poder seguir delirando por tu dulce y llenadora existencia.
ESTÁS LEYENDO
Veinte cartas antes del suicidio ✓Tododeku
Fiksi PenggemarEscuchemos la composición de Beethoven: >; para así poder embriagar de nostalgia nuestros corazones, a la par de ir leyendo tontos escritos de un alma que se encuentra vagando en el abismo. Un alma que existió y pasó por nuestro lado sin siquiera pe...