➧2.

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𝓢𝓪𝓵𝓲𝓭𝓪 𝓭𝓮 𝓪𝓶𝓲𝓰𝓸𝓼.

Todos los héroes, a excepción de Fargan y Alexby, estaban en la gran sala de la mansión de Vegetta. Todos estaban en sus respectivos asientos junto con miradas serias, parecía las reuniones que tenían lugar siempre antes de una misión.

Un carraspeo llamó la atención de todos, dirigiendo sus miradas al principio de la mesa donde Vegetta estaba sentado, con su manos entrelazadas sobre la mesa y su mentón en ellas.

— ¿Alguna novedad?

Preguntó seriamente a los presentes, recorriendo con la mirada a cada uno esperando alguna respuesta positiva, pero al no recibir nada suspiró agotado. Se frotó los ojos con sus pulgares para quitar todo rastro de cansancio.

— Esto no puede seguir así. –demandó Vegetta– ¿Qué tan difícil es hacer que esos dos se confiesen que se aman el uno al otro?

— Fargan es un caso perdido.

La voz del albino de la boina verde destacó en la estancia al estar sumergida en silencio, eso hizo que la mirada del pelinegro se dirigiera al albino sentado a su izquierda, observando como se estiraba nada más decir lo anterior.

— Es un bobo que no sabe utilizar la neuronas que le han sido concedidas. Ni siquiera diciéndoselo a la cara se entera. –explicó Willy irritado ante ese hecho.

— Eso es cierto. –afirmó Auron con fastidio– El otro día se lo dije y lo único que hizo fue reírse y decirme que deje de decir tonterías.

— Necesitamos una idea definitiva, una idea que haga que esos dos se confiesen.

Recalcó Luzu, los presentes se pusieron a pensar en diferentes ideas, pero ninguna era lo suficiente convincente para asegurar que sus planes funcionaran, cuando una voz llamó la atención de todos hacia la entrada de la sala.

— Y por qué no hacemos una salida de amigos. –ofreció Mangel apoyado en el marco de la puerta– Así podéis vigilar lo que hacen.

— ¡Esa es una maravillosa idea! –exclama Vegetta levantándose de la silla con las manos en la mesa– Eres un genio, Mangel.

Dos días después, y su plan ya se había puesto en marcha. Hoy sería el día de la salida, habían quedado en el cartel de Karmaland para después dar una vuelta por el pueblo y comer helado y, por último, ir a cenar a algún restaurante. Todo estaba planificado y nada podía salir mal o eso eran lo que creían nuestros queridos héroes.

Primero intentaron que los "objetivos", como ellos los llamaban, quedaran juntos en su caminata y se rozaran las manos o algo, pero Rubius fue demasiado bruto empujando a Fargan que hizo que este cayera directamente al suelo. El segundo intento se realizó en la heladería, quisieron que los "objetivos" compartieran un helado, incluso hablaron con los trabajadores, pero resultó que Alexby no quería ningún helado, por lo que se pidió una limonada. El tercer intento surgió en el mismo lugar, sacando un tema de conversación respecto al amor para haber si ellos dos hacían algo, pero Fargan se la pasó, junto a Willy, intentando darle a Rubius con una pepita de chocolate del helado del albino. Ese hecho ocasionó que a la salida de la heladería Willy se llevara una colleja de parte de Vegetta.

Los chicos al ver que nada de lo que hacían funcionaba, directamente desistieron y empezaron a disfrutar al completa del resto de la salida.

La velada había llegado a su fin y cada uno se fue yendo hacia sus respectivos hogares, en ese momento fue cuando Fargan y Alexby se quedaron solos caminando tranquilamente por la pradera, disfrutando de la noche.

— ¿Cuándo le diremos que todos sus esfuerzos no hacen nada? –preguntó el híbrido con una sonrisa ladina.

— Dejemosle más tiempo, a ver cuando se dan cuenta. Además, así las cosas son más excitantes.

— Así que excitantes. –repitió Fargan rodeando la cadera del más bajo y pegándolo a él.

Un escalofrío recorrió la espina dorsal de Alexby, dejando soltar un pequeño jadeo.

— Creo que esta noche me quedaré en tu casa. –dijo Alexby mientras se mordía el labio inferior y miraba a los ojos ambar de su acompañante, a través del casco, esperando su respuesta.

— La mejor decisión y no te arrepientirás. –le guiñó un ojo para después apretarle una nalga, recibiendo un manotazo en su hombro por la acción.

Fin.

⇢𝑻𝒉𝒆 𝑭𝒂𝒓𝒈𝒆𝒙𝒃𝒚 𝑴𝒐𝒏𝒕𝒉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora