➧22.

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𝑪𝒐𝒏𝒐𝒄𝒊𝒆𝒏𝒅𝒐 𝒂 𝒍𝒂 𝒇𝒂𝒎𝒊𝒍𝒊𝒂.

Fargan no entendía porqué iban caminado dirección a la mansión de Vegetta, cuando, supuestamente, su novio y él iban a ir a por los padres del menor. Giró su cabeza en dirección al más bajo, con claro signo de confusión cuando estaban delante de la famosa puerta de Vegetta, intacta sorprendentemente.

— Alesby, ¿por qué estamos aquí? ¿No íbamos a recoger a tus padres?

Alexby suspiró, sabía que no iba a salir bien, pero Vegetta le había insistido desde que se enteró que sus padres no podían venir que al final terminó cediendo.

— Mis padres tuvieron unos problemillas y no podrán venir, así que Vegetta ha adoptado el rol de padre.

— Eso explica porqué estamos aquí, pero, ¿que tiene que ver Willy aquí? –apuntó al albino a su derecha, el cual estaba bastante relajado.

— Vine para observar la masacre que habrá. –la sonrisa que tenía Willy no le inspiraba muy buena confianza al castaño, sabiendo lo que era capaz su hermano oscuro.

En ese momento si que sintió los nervios por toda su piel, sabía como era el amante del morado cuando se ponía en modo padre sobreprotector, había sido golpeado algunas veces por haberse excedido con Alexby delante de Vegetta.

Sintió como la pequeña mano de su pareja se entrelaza con la suya, mirando hacia el menor quien le ofrecía una sonrisa y una pequeña risita.

— Tío, que no son mis padres, es solo Vegetta.

— Y eso es lo que me preocupa. Vegetta cuando le invade el instinto de padre da miedo.

El azabache volvió a reír, poniéndose de puntillas y dándole un pequeño beso en la mejilla del híbrido. Dándole apoyo, el cual necesitaria bastante, antes de entrar a la mansión del de ojos morados.

Estaban los cuatros sentados en la mesa del salón, comiendo en un silencio bastante incómodo para Fargan. Todos los de la mesa eran sus amigos, pero la mirada que le estaba echando Vegetta le ponía los pelos de punta.

— Entonces, Fargan, ¿qué intenciones tienes con mi pequeño?

La risa de Willy se escucho de fondo, mientras Alexby rodaba los ojos exasperado.

— Yo, bueno, eh... –al estar tan nervioso las palabras se quedaban atascadas en su garganta– Hacerlo lo más feliz que puedo.

— ¿Casamiento?

— No llevamos tanto tiempo para pensar en eso, pero no lo descarto.

Alexby sintió sus mejillas calentarse, dirigiendo toda su atencion a su comida.

— ¿Lo engañarías? –aquella pregunta de parte de Willy sorprendió a la pareja, y por la sonrisa divertida que demostraba sabían que le gustaba.

Vegetta cruzó los brazos y carraspeó al no escuchar ninguna respuesta de parte del castaño.

— ¿Y bien? –sabían que Vegetta ya se estaba imaginando las dientes muertes que Fargan podría sufrir, pero no le culpen, la pregunta le había pillado tan desprevenido que se quedó sin habla.

— ¿¡Qué!? Nunca le haría eso a mi Alesby. –al ver como una sonrisa se formaba en el rostro del azabache mayor, suspiró tranquilo. "Willy cuando salgamos de aquí me las vas a pagar, rata." Pensó mientras le dirigía una mirada seria al albino, quien solo rió ante ello y volvió a comer.

La noche pasó entre más preguntas, comentarios para añadir más leña al fuego de parte de Willy, alguna que otra conversación normal y las miradas juzgadoras que Vegetta le echaba a Fargan. Hubo un punto en el que Alexby no aguantó más y le gritó a Vegetta y a Willy al ver como su pareja no sabía donde meterse de lo nervioso que estaba por si se equivocaba en algo y Vegetta le dijera que no era digno del menor.

Al fin la cena había terminado, Vegetta se disculpó por su comportamiento, pero no evitó que amenazara a Fargan mientras que el albino solo reía. Ya con la pareja caminando hacia la casa del menor, donde desde hace unas semanas vivían los dos juntos, el castaño pudo quitarse todos esos nervios que tenía encima.

— Por favor, dime que tus padres no son así. –por su voz se notaba que estaba completamente cansado.

— Tranquilo, mis padres son más calmados y seguro que les caerás genial.

[...]

A la mañana siguiente, Fargan buscaba desesperado sus minas de tortuga, no recordaba donde las había metido y dentro de un día o dos tenía que ir a una misión de los dioses que requería dichas minas. Con Rambo y Jimmy detrás de él, jugando entre ellos, empezó a buscar en todos los cofres de la habitación yendo al salón para buscar en lo de allí y de paso preguntar al azabache.

Antes de que pudiera siquiera decir el nombre de su pareja, el híbrido fue llamado por el contrario para que se acercara.

— Fargan, ven. –exclamó, el castaño se recargó en el respaldo del sofá justo detrás del menor– Fargan, te presento a mi madre.

— Encantado, señora Bravo. –sonrió el castaño a la mujer al otro lado de la pantalla.

— Por favor, llámame Mamaléfica. –el azabache rió ante el nombre, recordando cuando su madre vino de visita– Eres mucho más guapo de lo que mi hijo me contaba.

— ¡Mamá! –exclamó Alexby avergonzado ante lo mencionado.

— Así que su hijo ha estado hablando de lo guapo que soy, ¿qué más me ha contado? –la sonrisa que tenía su madre y el castaño en sus rostros solo significó que esa tarde Alexby sentiría una de su mayores vergüenzas gracias a su madre y a su estúpido novio.

Fin.

Hola a todos, solo vengo a decir que ya solo faltan nueve días para que termine este hermoso mes, cosa que me da mucha pena.

Bueno, lo que en verdad venía a decir era que muchas gracias por el apoyo que le estáis dando a la historia, y que os este gustando tanto. Sin vosotros tal vez esta historia no serio nada.

⇢𝑻𝒉𝒆 𝑭𝒂𝒓𝒈𝒆𝒙𝒃𝒚 𝑴𝒐𝒏𝒕𝒉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora