➧16.

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𝑪𝒂𝒔𝒂 𝒅𝒆 𝑷𝒂𝒑𝒆𝒍.

El menor estaba harto, llevaba una semana entera  intentando que su novio le hicera caso, aunque solo sea para ir al mercado, pero nada. En esos momento, maldecía al castaño con el mechón amarillo y a la maldita serie que veía su novio.

Por un momento se sintió desplazado y recurrió a sus amigos, grave error tengo que destacar. En la reunión improvisada estaban Luzu, Rubius, Vegetta y Auron, el último solo estaba por la comida, en casa del amante del morado.

— ¡Ey! Deja de echarme la culpa a mí. –se quejó Auron, ya era la tercera vez que lo escuchaba insultarlo– No es mi culpa que la serie sea buena, cara nabo.

Como respuesta Alexby le sacó el dedo de enmedio y lo miró seriamente, suerte la de Auron al tener el menor puesto el casco y no ver esa mirada.

— Llevo una semana entera sin que me haga caso, y por una vez que tengo dias libres no lo puedo pasar al lado de mi novio.

— Vamos que quieres follar.

Y Rubius recibió una colleja de parte de Vegetta mientras Auron se reía dentro de su sudadera y Luzu negaba con la cabeza del par de bobos que tenía como amigos.

— ¿Has utilizado a Lely? –preguntó Luzu, tenía un plan en mente, pero sabía que el menor se moriría de vergüenza y el azabache lo mataría a él y a Fargan si se enterara de la idea y del fetiche que tenía aquella pareja.

— No, y no pienso utilizarla. –negó el azabache menor con cierta vergüenza.

Estuvieron un rato hablando y buscando alguna que otra solución, pero ninguna convencía al ma bajo. Así que, resignado, salió de la casa del de ojos morados junto a Luzu.

— Tengo una idea que te puede funcionar para que deje de prestar atención a la serie. –Alexby lo vio curioso y una sonrisa apareció en el rostro del castaño– Utiliza su debilidad.

Y sin más se fue, dejando al azabache pensando de que debilidad hablaba hasta que la respuesta le vino a la mente sintiendo como todo su rostro se tornaba rojo y caliente.

Un nuevo día comenzaba en Karmaland y esa tarde el azabache iría a la casa de su novio como una visita sorpresa. Estaba nervioso no iba a mentir, y cada vez que se acercaba más a la casa del híbrido, sus dedos a la mochila que colgaba en uno de sus hombros. Ya delante de la puerta de su destino, metió el código requería y entró, viendo como su pareja seguía enganchada a esa serie.

Suspiró resignado, miró la puerta del baño y después su mochila, sin pensarlo más se metió en aquella habitación. Unos minutos después salió dirigiéndose únicamente a la espalda del búho, rodeando suavemente su cuello y rozando sus labios con la oreja del contrario.

— Daddy. –susurró el azabache con lujuria en el oído del híbrido, observando como su cuerpo se tensaba– Te necesito.

Rodeó el sofá y se posó delante del híbrido, dejando que el contrario apreciara esa pequeña falda rosa pastel ajustarse tan bien en la cintura de su pequeño, los listones de la lencería, también rosa, que rodeaban sus piernas lechesas, luciéndolas más apetitosas. Alexby notó el brillo de deseo que se formaba en sus ojos ámbar al observarlo, con una sonrisa ladina se sentó en el regazo del mayor, rozando su trasero con el miembro del contrario.

— ¿Y esto? –fue lo único que salió de los labios del castaño.

— Mi último recurso para que dejaras de ver la maldita serie.

— Oh, así que el ratoncito estaba celoso de una serie, porque no le prestaba atención. –su tono en la voz demostraba lo gracioso que le hacia sentir la situación, posando sus manos en las caderas del menor incitándolo a que siguiera con el movimiento contra su miembro– Creo que la serie puede esperar ahora mismo, el niño necesita que le de atención.

Después de eso, atrapó los labios del menor con los suyos. Disfrutando de las sensaciones que recorrían sus cuerpos, empezando una tarde llena de gemidos y placer.

"Alexby: 1, Casa de Papel: 0"  fue lo que pasó por la mente del azabache cuando estaba acurrucado en el pecho del mayor, disfrutando el calor que le era brindado a su piel desnuda.

Fin.

⇢𝑻𝒉𝒆 𝑭𝒂𝒓𝒈𝒆𝒙𝒃𝒚 𝑴𝒐𝒏𝒕𝒉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora