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𝓒𝓸𝓽𝓲𝓭𝓲𝓪𝓷𝓸.

Desde hace dos semanas que Alexby se hospedaba en la casa de Fargan gracias a que en su hogar había una plaga de lepismas, que no hacían más que reproducirse teniendo que abandonar su preciado hogar.

Esa mañana empezó como todas las anteriores desde que se mudó. Se levantó perezoso de la cama matrimonial gracias al despertador, se puso sus pantuflas y dio un pequeño beso en la frente del castaño, que seguía durmiendo. Salió de la habitación para dirigirse a la cocina donde saluda a Dulce y a Jimmy, con una sonrisa la castaña le ofrece un café recién hecho para poder despertarse más rápido.

Hablan un rato mientras le dan de comer a Jimmy, el pelinegro observa la hora y deja la taza vacía en la encimera. Se encamina de nuevo hacia el dormitorio donde, con tiernos besos por todo el rostro del que descansaba, despertó a Fargan para poder ir a trabajar. Mientras Fargan se tomaba su café, Alexby se alistaba para el trabajo con tranquilidad.

Ya con el uniforme puesto, se encamina hacia la cocina donde ve a Fargan cabecear y a Dulce riéndose mientras le intenta despertar. Con una sonrisa tonta niega y se acerca a ellos para quitar la taza vacia de las manos del castaño y guiarlo hacia el dormitorio para que se alistara.

— ¡Nos vemos, Dulce! –grita el híbrido desde la entrada a la castaña que se encontraba en la cocina.

— ¡Vosotros tener cuidado! –exclamó la castaña a los dos agentes con cierta preocupación, teniendo como respuesta una afirmación. Cuando escuchó la puerta cerrarse, esperó unos segundos para ver a entrar a Amidala recién despertada.

Alexby observaba el paisaje mañanero que se presentaba delante de sus ojos. En ese momento se puso a pensar en lo cotidiano que se había vuelto estos días, pero no le molestaba y menos si estaba al lado del feo búho, como él solía decirle a veces.

— Sabes. –habló el del casco de Stormtrooper, llamando la atención del más alto, haciendo que lo observara– No me importaría vivir así una vida entera.

Entrelazó sus manos con las de su pareja junto a una tierna sonrisa, Alexby admitía que su vida había dado un giro de 360º, pero no se quejaba, en realidad lo agradecía.

— Si es contigo, haría de todo, Alesby. –mencionó Fargan con una enorme sonrisa, sacandole una tierna risa por parte de Alexby.

Fin.

⇢𝑻𝒉𝒆 𝑭𝒂𝒓𝒈𝒆𝒙𝒃𝒚 𝑴𝒐𝒏𝒕𝒉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora