La vida de Alexandra Fey-Coulson fue marcada por un acontecimiento importante: el asesinato de sus padres, a manos de H.Y.D.R.A., cuando era una niña, y su salvación a manos de alguien conocido como El Soldado de Invierno, quien es controlado por la...
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Era imposible librarse de las cadenas. Cuando creía que comenzaban a aflojar, Pietro se lanzaba a la velocidad del rayo y, en cuestión de milésimas de segundo, volvía a sentirlas apretando su cuerpo contra el muro.
—Ahora—relató Strucker, quien parecía disfrutar con el espectáculo—, cuando Wanda acabe con tu amiguita, le diré que te mate a ti también y acabaremos con esto. —¡No tan rápido!—exclamó una voz.
Steve suspiró de alivio al ver llegar a Alexandra. No sólo estaba viva, sino que iba acompañada por la tal Wanda y no parecían llevarse precisamente mal.
Esta última, que había sido quien pronunció aquella exclamación, miró a Pietro. Su hermano volvía a encontrarse junto a su jefe y tenía el escudo del Capitán América en la mano.
—¡Pietro, no hagas daño al Capitán!—le dijo. —¿Wanda?—Él le devolvió una mirada de extrañeza. —Ellos son los buenos. Créeme.
Había algo en el gesto de Wanda que hizo que el de su gemelo se iluminase. Sólo necesitaban una mirada, un gesto ínfimo entre ambos para contarse toda una historia. Y Pietro supo, al mirar a los ojos de Wanda, que estaban luchando contra el enemigo equivocado.
Steve se vio liberado de sus cadenas, y entonces todos se posicionaron contra Strucker.
—Sólo puedes optar a rendirte—le dijo Alex, y en esos momentos hizo aparecer un par de bolas celestes de energía sobre las palmas de sus manos—. Luchar es una opción, pero no durarás ni medio asalto contra nosotros.
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Volaban de vuelta a Estados Unidos.
Habían recuperado el cetro, y atado y encerrado a Strucker en la zona de carga del quinjet. Lo entregarían a S.H.I.E.L.D. en cuanto pisaran suelo norteamericano.
Steve puso el piloto automático minutos después de haber despegado, y salió de la cabina para reunirse con los demás, que estaban de pie rodeando la mesa, sobre la cual se encontraba el cetro.
—Esto es lo que usó Loki para controlar la mente de Matt, Erik y parte su equipo—explicó Alex—, y es lo que os da poderes, ¿verdad?
