"¿Aún romantizaras todo esto luego de que la policia venga y le disparen directamente a la cabeza?"
Los miembros del club de elite son asquerosamente ricos, mimados, irrazonablemente atractivos y hacen cosas horribles solo para su entretenimiento pe...
"Era la vida misma, salvaje y libre, maravillosamente caótica, un desastre perfectamente organizado".
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La luna brillaba en el cielo, mientras que caminaba viendo cómo las nubes giraban, como si casi bailaran alrededor de esta, la cual no hacía más que iluminarlas y llenarlas de un blanquecino resplandor.
Era algo extraño para mi esta noche, jamás asistía a estos eventos, y aún más con aquel miedo de ser reconocida por quien realmente era; Kim Yeon Hee.
Desde el día donde me han dicho que la policia dejaría el caso de mis padres sin resolver, algo cambio dentro de mi. Algo surgió, haciendo que también mi confianza y valentía creciera.
Ya no era aquella Yeon que solo utilizaba el sarcasmo para defenderse y era intimidada por las miradas. Ya no era aquella chica que lamentaba la forma en la que su vida había transcurrido hasta el día de hoy, porque no es el pasado lo que te define, sino como tu lo haces.
Ya no tenía más lágrimas para derramar.
¿Desde cuando me había atrevido a tanto en mi vida? ¿Cuando fue que decidí desafiar a una de las redes de ilegalidades más grandes de Seúl?
Jamás había sido un ángel, pero tampoco me había atrevido a llegar tan lejos, como cuando secuestramos al señor Choi, oyendo de el en todos lados, en las noticias, redes sociales y más sobre cómo había sido atacado.
Mi mente repasaba el plan de esta noche que incluía a una de mis amigas, mientras que daba pasos firmes a través del gran pasillo en la entrada, mientras mi vestido rojo de seda, fluía junto a el viento que entraba a través de las columnas que daban a un gran patio a mi derecha con una gran piscina. En mi mano, mi teléfono, el cual recién había utilizado para responder la llamada de mi amiga, que se encontraba dentro del gran salón.
El hombre frente a mi no hizo más que verificar mi entrada y sonrió, abriéndome la puerta. Era hora, en la noche de hoy, debía conseguir la mayor cantidad de información posible. Una vez que las puertas se abrieron camine con aquella confianza que jamás solía tener, mientras era acompañada por el ruido de los tacones. Varias miradas se enfocaban en mi y no hice más que sonreír y caminar directamente a donde mi mejor amigo se encontraba, quien se giró apenas oyó la puerta, acomodando su traje y recobrando su postura al verme.
Mi mirada se desvió a la izquierda, notando a el club de la elite girarse a verme. Uno de ellos faltaba allí y no era nada más que, Lee Félix quien aún no había llegado, debido a un inconveniente con algo del trabajo que le había otorgado a su padre, atrasándose al menos por un rato. Mis ojos se encontraron con los de Lee Minho, quien me miro atentamente, yo luego girando sobre mi misma antes de verlo sonreír para sí mismo y mirar el suelo.
