"¿Aún romantizaras todo esto luego de que la policia venga y le disparen directamente a la cabeza?"
Los miembros del club de elite son asquerosamente ricos, mimados, irrazonablemente atractivos y hacen cosas horribles solo para su entretenimiento pe...
'¿Que provoca más dolor? ¿El haber confiado ciegamente o el haber sido traicionado?'
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Las reglas jamás existieron en el mundo oscuro de Seúl, al menos por un tiempo.
Era algo obvio de decir, pero aunque no lo crean, se podría decir que las reglas comenzaron a existir con la toma de la mafia Lee de la ciudad de Seúl. Fue allí cuando comenzaron a haber reglas, alianzas, tratos, traiciones y hasta cadaveres de quienes no respetaban las reglas impuestas en el mundo oscuro de Seúl. No había nadie quien no supiese de aquello y hasta todos sabían quienes eran los corruptos que ayudaban a la mafia salir impunes con su tráfico de drogas y el resto de ilegalidades que llevaban a cabo. No había nadie más con más poder que la mafia Lee desde hace años.
Es por eso que el caso donde mi padre, quien acusaba al padre de Minho y al padre de Félix, era demasiado conocido en Seúl entera. Todos sabían que podía llegar a terminar con mi familia muerta y sin embargo nadie tuvo el valor para ayudar a afrontarlos.
Cómo siempre, las personas no hacían más que huir ante el peligro antes que arriesgarse a deshacerse de este para no pasar el resto la de vida huyendo de ellos. Y es por eso que yo debía deshacerme de Lee Minho.
Jamás debía involucrarse, jamás debía saber quien era, pero ahora que no puedo sacármelo de encima, jamás debe saber la verdad de porque busco mi venganza. Jamás debe saber que mi objetivo principal es asesinar a su padre.
Mi mirada iba directamente a los reflectores que iluminaban el lugar, mientras que observaba más allá de aquellas resplandecientes luces, notando como el cielo de la noche se encontraba completamente nublado, luego desviando mi mirada a otro lado, al mismo tiempo que suspiraba algo aburrida.
Mi mente no dejaba de recordarme en cómo nuevamente un Lee representaba peligro para mi, solo que esta vez yo estaba decidida a luchar y no darme por vencida.
Recorría el pequeño estadio del campus de mi universidad atentamente, viendo cómo algunas personas nos miraban con plena curiosidad a nosotros, quienes competíamos.-¡Yeon! ¿Piensas participar?
Me giré a Lia, quien sostenía un arco y una flecha, observándome con curiosidad ante mi silencio luego de que ella me gritara para que volviera a el mundo real.-¿Por que me has anotado a este estupida competencia Lia?
La pelinegra no hizo más que sonreír y suspirar.-Pensé que te gustaban los deportes y Yuna no quiso venir conmigo. Ahora deja de ser una niña y quejarte...
-No es necesario que lo hagas si no quieres.-Hablo Chan a mi lado, mientras me observaba atentamente.-Tienes el privilegio de ser nueva en esto, así que no dirán nada si no...
Mi ceño se frunció cuando el chico de bonitos hoyuelos sugirió que me rindiera de manera discreta y me acerqué hacia el, a tal punto de estar a sólo centímetros de su rostro.-Pues ahora que lo dices de esta forma, quiero hacerlo.
