GUARDIANES | LA OSCURIDAD: FASE 1, PLUTON

Rosas mortales

URANO

Cuando abrió los ojos la nave ya había aterrizado, se levantó pesadamente, el planeta en el que estaban era bastante helado, salió del cuarto en el que había pasado la noche, en la sala de mando no había nadie, camino a la esclusa extrañado por la ausencia de las discusiones habituales entre Marcus y Sara.

—Despertaste, ¿Cómo amaneciste?

La voz de Tarquín lo sobresalto, había olvidado por completo el día anterior, había olvidado que su familia eran semidioses guardianes, había olvidado que su hermano había muerto en manos de Keith, que conoció a Martha, Marcus, a Sara, a Tsuky y a Tarquín, que se había molestado con Martha y que Tarquín lo trato mejor de lo que su hermano —Que lo había intentado matar en varias ocasiones —Lo había tratado en toda su vida.

—Estoy bien, gracias ¿Y tú?

—Muy bien

—¿En dónde están los demás? —Dijo Marcio

—Fueron a cortar flores —Le respondió sarcásticamente —Perdón, juntarme tanto con Marcus hace que comience a ser sarcástico.

—No te preocupes —Le respondió —Y ¿Por qué tu no fuiste con ellos?

—No lo sé, quería ver si estabas bien, así que decidí quedarme —Dijo con una sonrisa.

Ambos caminaron a la compuerta y salieron al exterior, algunas aves sobrevolaron por las flores que cubrían todo su alrededor. A lo lejos se alcanzaba a divisar un pequeño pueblo, bastante colorido. Un pequeño portal se abrió y de él salió una mano, Marcio reconoció las uñas rosas de Martha. La mano dejo un montón de flores y cerro el portal.

—Bueno al parecer sí estuvieron cortando flores —Dijo Marcio —Vaya, quien lo diría.

Atravesaron velozmente el páramo hacia el pueblo, cuando algo les llamo la atención, una rosa blanca iba directo hacia ellos. Le dio en la pierna derecha a Marcio e inmediatamente se pintó de un rojo sangre, lo que hizo que este cayera inconsciente, Tarquín sintió el pulso de Marcio, seguía vivo aunque no por mucho tiempo.

Las rosas eran lanzadas por una arquera encapuchada que se encontraba frente a ellos, su cabello era blanco ligeramente plateado como la luna. Tarquín se levantó y fue hacia la arquera que no paraba de disparar rosas. Tarquín ya no podía seguir las rosas lo debilitaban, pero él no se iba a dar por vencido fácilmente. Nunca lo haría.

«Eres valiente y tienes coraje, Tarquín, eso es lo que te ha mantenido con vida hasta ahora, pero ese coraje es el que te terminara matando» En su cabeza se oyó la voz de Sharman su mentor.

La arquera saco un lirio blanco y lo lanzo suavemente, el lirio cambio de color en el aire, ahora un lirio negro se acercaba, dando justo en el corazón de Tarquín, quien cayo pesadamente sobre sus rodillas. Escupió sangre antes de caer por completo.