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Angel Dust había entrado a su habitación, mientras acariciaba su mejilla por una cachetada que le había dado Valentino.

Angel Dust; Ya que. La costumbre. -susurró, desinteresado y una vez estando dentro de su habitación encontró una radio antigua y al lado de ella había una nota- ¿Hmm?

Él se acercó, curioso y agarró la nota dónde se encontraba lo siguiente:

Mi querido amigo afeminado, tranquilo, si piensas que Tn está mal, no lo está. Ahora solo sigue con tu trabajito. Espero que el beso que te di en la mejilla a la fuerza lo aceptes como una «disculpa». En esta nota te dejaré algunas cosas para que sepas qué puedes hacer con la radio y con ella te podrás comunicar con Tn.

Angel Dust parpadeó varias veces recordando el corto beso que le dio y que luego después de varias horas estaban en el estudio.

Angel Dust; Bueno. Qué logro recibir un beso de la proxeneta. ¿Qué cosas, eh? -pensó, juguetón y por curiosidad se sentó frente a la radio tocando varias cosas.

Yo aún seguía en la cama de Alastor, ya iban a ser las seis de la mañana. Todo estaba tranquilo a mi alrededor aunque en el fondo sentía que llevaba un solo infierno por lo que Alastor había hecho.

Mientras seguía con mis pensamientos, se empezó a escuchar una interferencia de radio hasta que...

****: ¿Eh... Hola? ¿Acaso esta mierda funciona?

Me senté de un solo reconociendo esa voz. Me acerqué a la radio y me puse los auriculares antiguos que habían y acomodé el micrófono que esa radio tenía.

Tn: ¡Angel...!

Angel Dust: Ah, vaya, si funciona.

Tn: ¿Estás bien? -pregunté, preocupada.

Angel Dust: Obvio, nena. Tú sabes ya... estoy acostumbrado a las mierdas de Valentino. -suspiró sin interés- ¿Puedes creer que me dejé llevar por la fresa proxeneta gracias por un beso que me dio en la mejilla? ¡Quién diría que me trajo a este lugar solo para sacarte de aquí!

Tn: ¿Qué? ¿Cómo que un beso?

Angel Dust: Puff, me dio un corto beso para que lo aceptara como una disculpa por traerme aquí. Me siento feliz, nena, y extraño a la vez porque fue él quien me dio un piquito.

Tn: ¿Qué? ¡No! ¡No pienses en pendejadas, Angel! -exclamé histéricamente

Angel Dust: Lo siento; muy tarde.

Llevé mi mano a mi frente de manera malhumorada.

Angel Dust: ¿Y mi Fat Nuggets...?

Tn: Ah, el hijo de puta de la radio me tiene en su puta casa... No sé cuándo saldré de este basurero. -murmuré- Pero ha de estar bien.

Angel Dust: Eso espero... Con tal que la pulguita aseadora no le dé carne de cerdo.

Me iba a reír pero de inmediato la conexión se cortó haciendo que me quitara de un solo los auriculares.

Angel Dust: ¿Qué? ¿Qué rayos pasó? -pensó, confundido volviendo a tocar los varios botones de la radio hasta que se rindió y se quitó los auriculares.

Tn: ... ¿Angel?

****: Tienes que limpiar los cortes de tu mejilla. -escuché una voz divertida y baja cerca de mi oído.

Me volteé para encontrarme con la sonrisa de Alastor.

Nuevamente mi lanza apareció en mis manos por el enojo que me causó su presencia.

Alastor: ¡Ja! Querida, deja eso. -dijo, burlón.

Tn: Mira que ahorita me puede valer un pepino tu poder. -murmuré, poniendo la punta de la lanza bajo su barbilla.

Un brillo rojo salía de sus ojos, mientras me miraba con superioridad.

Tn: No bromeo. -musité empujando un poco la lanza haciendo que él diera un solo paso hacia atrás.

Alastor: ¡Ja, ja, ja! Qué cosas las tuyas, Tn. Ven. Te ayudaré con los cortes que te hizo Valentino. Aún no se te han regenerado del todo y te será doloroso si se te infecta.

Tn: Me vale tres pingos.

Alastor: ¿Qué? ¿“pingos"? ¿Se come?

No pude evitar reírme por lo que dijo y mi lanza desapareció.

Me fijé que Alastor amplió su sonrisa por mi risa y eso me alteró, y me tranquilicé.

Alastor: Oh, ¿qué pasa? Estaba amando tu...

Tn: Ya. Cállate. -murmuré esa vez enserio y mi lanza apareció nuevamente.

Alastor: Querida, ya. -susurró bajando con delicadeza la punta de la lanza- Olvida el pasado; cosas nuevas vienen. Solo date cuenta que falta poco para 2020. Quién sabe qué cosas buenas vendrán y quizá algo bueno para ti; y si sigues con esa actitud no obtendrás nada.

Tn: Uy sí. Ya está muy creíble. -pensé.

Él me quedó viendo y agarró mi mejilla.

Alastor: Solo mira toda la sangre seca que tienes... Debería de hacer algo. -susurró y yo hice a un lado su mano de mala gana.

Tn: Solo vete. No estoy de humor para tus trampas. -llevé la punta de la lanza a su abdomen. Entonces el ambiente se sintió algo pesado y frío- Alastor, no pienses que te tendré miedo... -musité.

Alastor: Querida, solucionemos esto como demonios CIVILIZADOS. -amenazó- Porque yo no estoy de humor para lastimar a alguien. ¡Ah, la culpa me ha desgarrado internamente, mi pequeña suicida...! Y todo gracias a Rosie y sus malditas palabras y por eso te traje aquí para que estés mejor.

Él me intentó quitar la lanza pero, rayos, al parecer este tipo no tiene mucha fuerza física.

Tn: ¿Vas a seguir forcejeando, niñita? -burlé teniendo una mano en mi cadera.

Entonces uno de sus tentáculos me arrebató la lanza y él la agarró.

Alastor: Ven. Ya te dije qué haré con tu herida, querida. -dijo, tranquilo, dándome la espalda- Oh, si quieres te puedes dar una ducha en mi baño y luego bajas. -dijo señalando una puerta que había en su habitación y se fue con mi lanza.

No fue algo difícil hacer que mi lanza apareciera nuevamente en mis manos y la hice desaparecer.

Tn: Jódete, maldito canalla. -musité, y agarré la maleta que Valentino me había dado y allí estaban todas mis cosas y me fui a asear.

Alastor no dijo y ni pensó nada cuando la lanza desapareció de sus manos y solo agarró algo de alcohol para las heridas de su compañía.

Alastor: Quizá no sea una mala idea hacerle el desayuno a mi querida. -canturreó, dejando el alcohol a un lado y se dirigió a la cocina pensando en ella.

...

Espero que les haya gustado :'3

¡Mᥙᥱ́strᥲmᥱ ᥙᥒᥲ soᥒrιsᥲ, qᥙᥱrιdᥲ! ~Aᥣᥲstor x Tᥒ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora