Cállese vieja conchuda

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Me desperté al instante cuando sonó la alarma y miré la hora sin abrir los ojos del todo.

7:25.

Odio los lunes y más aún si hay clases. Sí, hoy empieza la tortura de nuevo. Mi primer año de bachillerato.

Había elegido la especialización físico-matemática. Se preguntarán qué carajo es eso y la respuesta es que no lo sé.

Mateo debe saberlo, porque fue él el que eligió ésta mierda. Yo solamente quería tenerlo a mi lado por un tiempo.

Abracé su camiseta como lo hacía cada mañana y finalmente decidí levantarme de la cama.

Esa camiseta la conseguí cuando estábamos en la clase de gimnasia. Se la robé y desde entonces no la lavé porque aún tiene su olor característico.

Me miré al espejo y llegué a la conclusión de que tenía una cara de orto.

Igual quedarme hasta las tres de la mañana mirándolo desde su balcón no era la mejor opción.

Miré el reloj de nuevo y marcaba 7:40.

Corrí rápidamente hasta el baño y me lavé la cara. Me vestí con lo primero que encontré y me monté en mi coche.

Me miré en el retrovisor y seguía teniendo la misma cara de mierda

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Me miré en el retrovisor y seguía teniendo la misma cara de mierda.

No tengo el carnet de conducir, pero no pasa nada, nadie lo sabrá.

Odio tener que ir en el transporte público, tener a tanta gente cerca de mí me da ansiedad.

Llegué a mi instituto e ignoré a toda la gente. Sé perfectamente a quien quiero ver, los demás me dan igual.

¿Dónde estás Mateo?

Me pone triste no verlo, aunque entiendo que esté cansado porque se acostó muy tarde.

Se la pasó hablando con alguien, aunque no logré ver bien de quien se trataba.

Entré en el aula sin ganas y sin saludar a ninguno de mis compañeros.

Ellos piensan que soy rara, pero yo no lo creo. Ellos no me entienden.

Me senté en el último banco como siempre y saqué mi teléfono para mirar a qué hora se había conectado por última vez.

3:47 a.m.

La profesora entró y todos mis compañeros la saludaron, yo no. Me la suda su presencia.

Mientras ella hablaba yo solamente observaba la puerta para ver si él llegaba o no.

Pasaron algunos minutos y cuando pensé que no iba a venir alguien tocó a la puerta.

Era Mateo.

- ¡Pase! - gritó la vieja amargada.

Háblale bien imbécil.

Ahora tendré que pincharle las ruedas del coche para enseñarle que con mi niño no se juega.

Quedaban solo dos asientos libres, uno en la primera fila y otro ... A mi lado.

Aquí no Mateo, por favor.

No me siento preparada para estar tan cerca de él. Al menos no ahora.

Él miró los dos sitios y nuestras miradas se cruzaron por un segundo.

¡Él me había mirado!

- ¿Se quiere sentar o no Palacios? - le preguntó sarcásticamente la vieja.

Él la miró con cara de orto y finalmente vi que se dirigía al sitio que estaba a mi lado.

No por favor, no me hagas esto.
















Decidí que iban a ser capítulos cortos porque así me sale del coño JAJAJAJA

Iba a subirlo mañana, pero no pude aguantarme las ganas 😂

Espero que les vaya gustando ❤

𝘝𝘢𝘭𝘦𝘯𝘵𝘪𝘯𝘢; 𝘛𝘳𝘶𝘦𝘯𝘰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora