Ha pasado una semana desde cuando salgo con Mateo. Aún no somos nada, pero no me importa mientras pueda tenerlo cerca.
A veces me cuesta hacerme la sorprendida cuando me cuenta cosas sobre él que ya conocía desde hace tiempo.
Ahora estoy acostada en mi cama, como siempre pensando en él.
Últimamente he intentado no controlar tanto las cosas, ya no me paso las noches espiándolo.
Durante el día estamos casi siempre juntos, así que no tengo porque preocuparme.
Quiero que sea él mismo el que me busque, no quiero obligarlo a nada. Pienso que estar un poco más alejada de la situación me hace bien.
Puedo ser una buena persona por vos Mateo.
Mientras me fumaba un pucho mi teléfono sonó. Era Mateo.
- ¡Hola! - me saludó tan contento como en todas las mañanas.
- Hola. - le dije un poco tímida.
Sí, aún sigo poniéndome nerviosa cuando estoy con él.
¿Cómo podría evitarlo si solo su presencia provoca en mí miles de sensaciones que nunca antes había experimentado?
- ¿Te pinta conocer a mis amigos hoy?
Ya los conozco y la verdad es que no me interesa relacionarme con ellos.
- Sí. - le dije para no ser ortiva.
- En quince minutos me paso por tu casa linda.
- Dale, te espero.
Le colgué y me levanté de mi cama de mal humor como todos los días.
Me vestí y me maquillé rápidamente.
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Mateo tocó el timbre y le abrí al instante.
- Cada día estás más linda boluda. - me dijo sonriente.
- Mira quien habla. - le dije y me reí.
Me tomó de la mano y fuimos a la plaza que está cerca de su casa. Al llegar me encontré con tres rostros muy conocidos : Manuel Vainstein, Valentín Oliva y Daniel Ribba.
- ¡Hola! - me saludaron todos a la vez.
- ¡Hola!
- Ella es Valentina, mi amiga. - dijo Mateo y me miró para ver mi reacción.
Al fin y al cabo eso es lo que somos por ahora, amigos.
- Se frindzoneo solo. - dijo Valen y nos reímos todos.
Nos sentamos y encendimos dos porritos para pasarlos entre todos.
- Se me hace conocida tu cara Valentina. - dijo Dani.
- Estudia con nosotros pelotudo. - dijo Manuel girando sus ojos.
- Sí, no soy muy social que digamos.
- Manuel tampoco. - dijo Mateo.
- Cállate tonto. Soy social solo con la gente que me importa.
Me caes bien Manuel, definitivamente vos sos el mejor de los tres.
Mateo me daba picos de vez en cuando o jugaba con mi cabello enredándolo entre sus dedos.
Dani y Manuel no nos daban bola, pero Oliva no dejaba de mirarnos.
¿Qué le pasa a éste pelotudo?
Vi que Nicole le había mandado un mensaje saludándolo y él lo ignoró completamente.
Muy bien mi amor. Ya me encargaré yo de esa estúpida.
- Hoy hay joda en casa de Mauro, ¿Vamos? - preguntó Ribba.
Mateo me miró por unos segundos para ver si yo estaba de acuerdo y asentí.
Obviamente no lo voy a dejar solo con todas las perras de nuetro aula.
- De una ñeri. - dijo Valentin.
Pasamos toda la tarde con sus amigos y finalmente nos despedimos para ir todos a nuetras casas y prepararnos para la joda.
- Nos vemos en la joda linda. - me susurró Valentin.
Lo miré con cara de orto e intenté ignorar su comentario.
Teo me acompañó a mi casa en silencio como siempre. Yo no soy muy comunicativa, pero a él no parece molestarle.
Puse mis manos alrededor de su cuello y le di un pico antes de entrar en mi casa.
Él acarició mi espalda y finalmente llegó a mi culo, apretándolo fuerte.
Me separé y lo miré divertida.
- Te veré en la joda, amigo. - cerré la puerta en su cara y él se quejó detrás de ella.
Me entran ganas de pausar ésta fanfic, es que me parece una mierda yoqsé 😪
