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Él estaba tranquilo en su habitación, acostado,viendo las estrellas reflejarse en el espejo que tenía las puertas de su placard, era una noche fría, tranquila y acogedora.

Antes de irse a acostar, había tenido una discusión con su madre como todos los días. Siempre pasaba lo mismo, cada mínimo comentario hacia que el pelirubio se quebrara, de alguna forma, y mordiendo sus labios contenía las lágrimas hasta ir a su habitación, para gritar, chillar y llorar todo lo que quisiera ahí dentro. Nadie lo escucharía si lloraba en silencio.

Tenia su Pijama, era de madrugada y la ventana de su habitación daba al mini pasillo qué había entre la casa de JiMin y la de su vecino, sutilmente salió de su cama y abrió su armario, agarrando un buso holgado y nada más. No iba a cambiarse, tenía su pantalón holgado y pantuflas calientes. Estaba bien así, no le importaba si alguien lo veía, al fin y al cabo no lo conocían de seguro.

Una vez listo, con cuidado abrió la ventana, aquella era de caño y al abrirse hacia un ruido increíble,le mandó un mensaje a JiSoo,para que está se fijara que las madres estaban dormidas. La castaña le respondió al instante con un si, y que no se preocupara. Que sea rápido y silencioso.

JiMin abrió la ventana, pasó una pierna y luego la otra quedando así sentado en el marco, dio un suspiro y contó hasta tres. Cuando terminó se lanzó a las plantas, era un poco alto,por ello cayó de culo y se levantó al instante, limpiando el pasto que le había quedado en su trasero, con rapidez dio un saltito y empezó a cerrar la ventana, su altura no ayudaba, era bastante bajo por ello debía dar saltitos en algunos casos para cerrar bien la ventana. Después de varios saltos pudo cerrarla, pero lamentablemente su teléfono había quedado dentro de su habitación, ¡Era tan distraído! Ahora no tendría noción de a que hora podía llegar.

Caminó despacio hasta la habitación de JiSoo,allí vio a la castaña acostada Jugando a un Juego en su computador. Había olvidado mencionarlo,La castaña aparte de estudiar se la pasaba Jugando en la computadora o en su teléfono. Era toda una gamer. JiSoo al escuchar los golpes se dió vuelta asustada, dio un suspiro al ver que era el rubio y con cuidado abrió la ventana.

-¿Qué Pasa ahora?-Susurró mientras se apoyaba en el marco de la ventana, mirando desde arriba al enano De Park.-Ja,te ves enanito.

-Ya soy enano,JiSoo-rodó los ojos el rubio.-Olvidé mi teléfono,¿Podrías buscarlo?

-Agh eres un distraido-Dijo. Pero aún así se alejó de la ventana y abrió la puerta para dirigirse a la habitación de Park.

El rubio esperó unos minutos,en ese tiempo empezó a observar la habitación de la Castaña, por pura curiosidad. Allí vió los pósters animados que tenía en la pared, parecían de Videojuegos. A un lado había una especie de mueble color azúl, este estaba llenos de libros. En uno de ellos pudo leer un manga qué él anteriormente había leído. JiSoo era bastante diferente a lo que JiMin pensaba, él siempre creyó que la castaña era una estudiosa y vivía en el mundo rosita. Pero no, la chica era lo contrario a ese estereotipo. Ahora que lo recordaba, JiSoo no era de traer amigas o amigos a la casa,siempre fue bastante solitaria en ese modo..ahora que se Lo preguntaba ¿Qué será De la vida Social de JiSoo? Ahora quería saberlo, seguro se lo preguntaría mañana antes de ir al colegio.

La puerta se abrió, dejando ver a La castaña con el teléfono grisáceo del rubio, este sonrió al tenerlo, sus ojitos se escondieron. Eso a JiSoo le ocasionó ternura y una pequeña risita salir de su garganta.

-No vengas tan Tarde JiMinie, puede ser peligroso,¿Está Bien?-dijo con preocupación y protección en sus palabras.

-Tranquila Noona, estaré bien. Gracias por ayudarme.-Le dedicó una última sonrisa y la castaña cerró la ventanilla.

El rubio suspiró,guardó el celular en el bolsillo de su buso grande y empezó a caminar por el barrio, el parque estaba cerca. Por lo Cual empezó a caminar en dirección al lugar.

Miraba sus pantuflas color azuladas claro, más bien celestes. Recordaba qué aquellas eran regalo de TaeHyung, el chico había olvidado El cumpleaños de JiMin, por ello al otro día vino con unas pantuflas color celestes. JiMin sabía que no era mucho, pero aún así se sintió feliz por el simple regalo. Le pareció muy tierno la preocupación y culpa que se veían en los ojos del menor al no tener nada como regalo. Ahora que lo pensaba, Tae era bastante gentil. Era un buen amigo.

Agua inundó sus Ojos de un momento a otro,podía ahogarse tranquilo. Sin decirle a nadie ni molestar a nadie, era tan reconfortante. Se sentía tan libre, cada lágrima que salía de sus ojos era como un ladrillo menos en su espalda. Pensar que con esta simple caminata estaba sacando muchas cosas dentro de él.

El divorcio de sus padres, el fallecimiento de su abuela, Se estaba guardando todo el dolor que eso le ocasionaba y ahora lo estaba liberando como plumas,plumas Blancas que al liberarse se van con el aire. Había escuchado todo, como su padre Le gritaba a su madre infinidades de cosas, de todo tipo. Mientras ella atinaba a decirle todo lo que había y hacia mal. Lo que más le dolió fue escuchar a su padre decir "Ahora sé por qué Nuestro hijo salió puto, nosotros dos Juntos formamos desgracias y eso es JiMin". Las palabras fueron como agua caliente, con lentitud quemaba poco a poco el corazón del pelirubio, dejando marcas rojizas que debía aguantar.

Aquella noche todo había sido un loquero, sus padres gritando, mientras el estaba encerrado en la habitación llorando por Las palabras que decían su Progenitores, aparte del cachetazo que le había dado su padre al ver como JiMin llevaba un labial rosado en sus labios. El Señor Park parecía satán al ver a su hijo con labios rosados, de hecho él era el mismo satan. Que con una palabra, e incluso golpe te arruinaba la vida. Te quemaba con mínimos comentarios y con lentitud iba dejando marcas en el corazón de JiMin, incluso dejaba marcas de golpes aveces.

Pero lo que más le dolía era que Su madre no hacía nada en ese entonces, tampoco lo hizo ahora. La señora Park se callaba cuando su marido tomaba el mando sobre JiMin, de hecho después de la separación ella no se disculpó ni pidió la custodia completa de su hijo. Aveces lleva al menor con su padre como una especie de castigo o cuando se enoja demasiado con el menor.

JiMin antes creía que su padre era el malo, el egoísta y agresivo. Que su pobre madre era la que sufría siempre y no podía hacer nada en contra de los maltratos del señor Park a su hijo. Pero El pelirubio al crecer se dió cuenta que su madre también tenía la culpa, ella en ningún momento se preocupó por él, tranquilamente podría haber parado aquellos insultos y golpes pero no lo hizo, JiMin se preguntaba el por qué, pero era bastante sencillo; No quería dejar su vida de mantenida. Vivía bien con que la mantengan y eso era suficiente. El menor sentía pena por su madre en algunas ocasiones, pero ella también fue cruel con él, y no tenía por qué tenerle pena. Ahora qué lo pensaba mejor, sus progenitores eran una mierda. Satán y Lilith, eran tan iguales a aquellos demonios.

Mientras sus ojos eran ahogados en lágrimas, se dio cuenta qué llegó al parque. Vió aquél banco blanco, y con una sonrisa entre tristeza se dirigió hacia él, para sentarse en él y estar más cómodo. Sus pies dolían de tanto haber caminado.

Pero grande fue su sorpresa al ver un chico Pelirojo al igual qué el, con lágrimas en los ojos y Una remera a rayas azules y blancas. El chico se veía triste, y JiMin también lo estaba. Ambos al ver qué estaban así y querían sentarse en el banco se miraron a los ojos avergonzados.

Ambos se sonrieron con complicidad.

JiMin juró haber sentido un golpecito en su corazón, como si aquel chico pelirojo estuviera uniendo las mitades de su corazoncito para cuidarlo.

Y con esa simple mirada; ambos sintieron una conexión en su pecho.

En ese momento; los dos Jóvenes creyeron en la leyenda del hilo rojo del amor.

Por que sus meñiques sintieron una corriente eléctrica, algo se conectó.

Tal vez..¿Su hilo rojo se unió?

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Nights with you ⤚ HopeMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora