Había conocido a su alma gemela cuando solo tenía 15 años; tenían un noviazgo de envidia apenas ingresaron al bachillerato. Estaban destinados, conocían todo sobre el otro y los días apenas parecían trascurrir conviviendo juntos.
Jeon Jungkook estaba malditamente enamorado, Kim Sowon amoldaba perfecto con él; y viceversa. Ella no era como otras personas; tenía tiernos mohines, pero podía llegar a un carácter de temerse. Aquello fue lo que atrapó a Jungkook en un inicio, esa seguridad. No tenía temor a ser juzgada por no seguir los tontos estándares de las chicas pintadas como tiernas, delicadas y de finos modales.
En su lugar, pasaron días jugando en la consola y comiendo frituras. No había alma dentro del colegio que estuviera lejos de desear algo tan puro como lo que tenían. Ingresaron a la universidad, siendo vecinos de facultad y con planes de pasar una vida eterna en compañía del otro.
—Pero ahora, se va a casar con alguien más —arrastra las palabras con dificultad; apenas siendo consciente en medio de su embriaguez que habla hacia el aire.
No hay mucho público dentro del pequeño bar de mala muerte que se cruzó por su despechado camino, bastante lejos de casa; al otro lado de la ciudad rozando peligrosamente una frontera invisible fuera de la capital.
¿Qué más podía hacer? Ahora no tenía nada para perder; la única persona quien no deseaba tener lejos, está organizando una boda a millas de ahí; en Daegu. Puesto que, Kim Sowon padecía un defecto, del cual Jungkook no fue consciente hasta hace dos mañanas cuando despertó con una carta junto a su cama —bastante dramático para una chica como su novia; bueno, ahora ex—, y ese era, tener padres adinerados.
"...No podremos vernos más, mi padre cedió mi mano en matrimonio al hijo de un socio suyo. Adiós" había concluido en seco el episodio más importante de una historia de amor. Justo después de prometer pasar tiempo juntos, disfrutar una hermosa cena y... Hacer aquello que siempre hacían.
—No pudo decírmelo antes —se lamenta dando un profundo trago al recién servido shot de soju; sería un lujo para un perdedor como él embriagarse con cualquier otra bebida. — Pudimos solucionarlo. Debimos luchar.
El barman luce apenado del pesar del joven; pero, a estas alturas, no le extraña. Así que le deja ahogarse en lo más hondo de su dolor, mejor así. Incluso si éste ebrio no luce como alguien desdichado, se trata de un muchacho apuesto; piel nívea, hebras azabache y ropaje decente. A simple vista puede catalogarse como bonito, está fuera de lugar. Es evidente que no embona con la pobre decoración del bar; espesas pestañas ceden a la confusión del alcohol, poco al tanto de quienes cruzan por ahí. Llama la atención, un chico con pinta de Gangnam; y en este lado de la ciudad.
Una oleada de frío otoño sacude al lugar cuando un muchacho de expresión severa ingresa en aquel desabrido local, Jungkook ni siquiera se estremece mientras sirve otro trago. El recién llegado, en pantalones rasgados y sudadera con capucha, camina en perfil bajo hasta la barra y el barman le sonríe, parece familiarizado.
—Whiskey con hierbabuena —pide con calma lanzando una fugaz mirada alrededor.
Es una tarde de jueves, sólo un grupo reducido de hombres mayores son clientes. Cree que es un día común hasta deparar en el azabache de mejillas sonrojadas, quien sigue balbuceando al aire.
—¿Y ese quién es? —cuestiona a su amigo tras la barra recibiendo el trago que ha pedido.
—Llegó hace unas horas, ha estado hablando sobre una prometida o alguien que se casará. No entendí bien —explica; ambos dándole una mirada indiscreta a Jungkook, quien está lejos de adivinar su curiosidad.
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Road To Love
Fanfiction--¿Hasta dónde estarías dispuesto a llegar por amor?-- Cada persona tiene un concepto diferente para delimitar al amor; hay quienes lo consideran una pérdida de tiempo, otros que relacionan una gran variedad d...