03화

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Jungkook se siente cómodo dentro de la sudadera que su compañero de habitación le presta, tampoco le molesta sentarse en su cama correspondiente a ver la TV mientras comen frituras. Incluso si siente una amarga nostalgia al recordar buenos momentos, tal cual este.

        —Sabes demasiado sobre mí —apunta Jungkook viendo al pelirrojo cambiar los canales sin prestar real atención. — Merezco saber sobre ti.

        —Nunca te pedí contarme tu vida —murmura dejando en sintonía un programa musical, donde se reproduce el último éxito de Red Velvet; Psycho.

        — Pues yo sí te lo estoy pidiendo —insiste, poco importándole la severa mirada que recibe.

        — Eres un verdadero dolor en el culo, ¿sabías? —se lamenta, antes de decir. — No hay mucho sobre mí.

        — Bueno, cuéntame un dato relevante. Lo que se te ocurra.

        Taehyung sabe que no irá a detenerse hasta obtener un poco de información; en cierto punto, lo entiende. Nadie viajaría con un desconocido, pero él ni siquiera lo invitó.
¿Es su culpa? No debería siquiera hablar con él, está lejos de ser el tipo de compañía que frecuenta.

        Aún así, se decide por decir:

        — Compré mi departamento con la recompensa de una carrera clandestina que gané, el chico que me golpeó fue corredor también... Ya sabrás por qué me odia. Era una jugosa cantidad —no es muy profundo, pero tampoco encuentra más qué decir para evitar verle husmear dentro de su vida. Y en cierto punto, cree prudente hacerle ver que no va por la vida creando problemas. No tantos, al menos.

        — ¿Conduces motocicleta? —abraza sus rodillas, mirándole curioso.

        Taehyung asiente.

        — Desde los doce años.

        — Siempre quise aprender, pero mi padre decía que si era peligroso en dos piernas, sería peor sobre ruedas —siempre fue torpe; un rasgo que sólo aminoró con los años.

        — No lo dudo —sonríe ante su enfurruñada expresión— A mí me enseñó la pareja de mi abuela, él solía ser corredor también.

        — ¿La pareja de tu abuela? —está curioso, Taehyung apenas es consciente cuando la lengua se deja ir sin cuestionar.

        — Ella enviudó pocos años después de casarse, estuvo mucho tiempo sola, hasta que conoció a ese hombre —una sonrisa suave se ilumina ante el recuerdo. — No convivimos mucho, pero era bueno con ella.

        — ¿Siguen juntos?

        — Me gustaría creer que sí —muerde su labio, mal hábito. — Fallecieron hace ocho años, en un accidente.

        Jungkook se siente apenado ante la lúgubre expresión que regresa al chico, no sabe cómo enmendar ese entrometimiento. Antes de poder decir palabra, Taehyung recobra la compostura.

        —Eres un cotilla —gruñe regresando a cambiar los canales, es un tic nervioso para mantenerse ocupado.

        —Lo lamento —se encoge en su sitio, arrepentido.

Jungkook solía ser sensible respecto al mundo que le rodea, presentaba gran facilidad entendiendo sentimientos ajenos como si estuviese conectado a las personas. Podía ser partícipe de su felicidad o tristeza, quizás por eso era buen complemento para Sowon, quien solía ser bastante hosca. Y en unas horas, Taehyung adivinó aquel rasgo.

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