Road To Love

OUTRO : MIKROKOSMOS

« La luz que vimos el uno al otro,
guardaban cosas
con el mismo significado »

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Cada que cruzamos con una persona se realizan millones de conexiones, quizá teniendo como resultado una compatibilidad instantánea, o un repele indeleble. Sin embargo, Jungkook siente que desde un inicio estuvo conectado a Taehyung, y cuando cruzaron únicamente activaron los sensores.

       No explica otra razón para sentirse tan cómodo, incluso si le conoce de poco. Parece que han compartido más de una vida juntos, y si no es así, quizá esta sea la suya. Es difícil pensar.

       —¿No piensas hablarme? —le escucha decir, y suspira por enésima vez.

       Jungkook había arrastrado al rubio hasta su rincón favorito, mínimo, de su ciudad de orígen. Espera que la luminosidad del atardecer consiga darle consuelo, incluso si sus mejillas estaban ruborizados por la baja temperatura que se sentía a tal altitud. Posiblemente eran los únicos capaces de tolerar invierno, disfrutando la vista desde su preciada Torre Busan.

       Cuando le mira de soslayo, Taehyung aún mantiene un vaso de humeante café entre sus manos, tratando de concentrarse en aquel paisaje con estética anaranjada. El mar se traga al sol allá en la distancia, mientras estrellas artificiales les seguían desde los edificios a sus espaldas.

       —No sé qué esperas oír —son las primeras palabras que le dedica desde que subieron al elevador. —Te acabaste mi repertorio de frases predeterminadas para momentos así.

       Le escucha suspirar.

       — ¿Sabes? Nunca te culpé por tener miedo, mucho menos te odié —termina por decir. Cree que es mejor momento ahora, aún con la frase marcada del libro en sus pensamientos. —Aunque tampoco puedes odiarme tú a mí sí no quiero intentar ahora.

       —Ahora todo será diferente... Yo-

       —No lo sé, Taehyung —es difícil enfrentarle. Igual lo hace. —Tú puedes prometerme un millón de cosas, pero quizá mañana estés tan asustado que no quieras verme otro mes. Y al siguiente dirás que quieres intentarlo, y yo te creeré; pero a la semana regresaremos al mismo punto. Y estaremos en ese bucle constante.

       —Eso no sucederá —es firme, y al azabache le sorprende esa decisión que brilla en sus ojos. —Todo cambió.

       —¿Y exactamente qué cambió? ¿Por qué ahora?

       Taehyung se encoge de hombros, casi ansia que el sol se oculte al final del paisaje.

       —Un amigo me dijo que todo sucede cuando es debido —no halla más argumento. Hay un silencio remoto que parece irreal. —Y en todo caso, ¿qué puedes perder ahora si lo averiguamos?

       Jungkook le mira, ceñudo.

       —Ya te he roto el corazón, ¿no? Seguramente la siguiente vez no será tan terrible —pero bromea, consiguiendo oírle bufar antes de darle un pequeño golpe.