05화

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Después de todo, no es tan terrible compartir reducido espacio con un chico que, no sólo es en serio parlachín, sino que aparte horrorosamente curioso. Es extraño ver a alguien interesado en quién pueda ser él, así que acepta sus inusuales preguntas porque le distraen del tedio que es conducir. El tiempo pasa rápido cuando tienes un copiloto como Jungkook, descubre que no le molesta.

        Nada en realidad.

        —Bien, supongamos que hace demasiado calor y solo hay una heladería en todo el mundo. En la cual, venden nada más que helado de chocomenta... ¿Qué haces? —sabía que darle pie a hablar era pésima idea, pero rumbo al mediodía, se acostumbró.

        Un poquito, sí.

        —No comprarlo —bufa el piloto. — ¿Por qué te complicas tanto la vida?

        —Pero hace mucho calor, y quieres helado —réplica haciéndolo ver como una verdadera desgracia.

        —Si no me gusta, no lo compro y problema resuelto —simple como eso. — Me resignaré a no comer helado por el resto de mi vida.

        —¿Así de malo es para ti? —es su sabor favorito, nunca conoció a nadie que dijese cosas tan viles sobre él.

        Taehyung entorna la mirada bajando velocidad para estacionarse frente a una pizzería muy mala pinta. De igual forma, almorzaron una gasolinera atrás. Pero hay que estirar las piernas, aparte, su querido vehículo necesita un respiro.

        —No creo que sea terrible, pero igual evitaré comerlo —se encoge de hombros apagando el motor para salir.

        —¡Ahí está! Dijiste evitar, eso quiere decir que dadas circunstancias adecuadas, lo comerías —esa sonrisa parece haber sido ganadora del Super Bowl.

        Taehyung le calla poniéndole una mano directo al rostro. Es ruidoso.

       —Eres irritante —se queja, el pelirrojo alcanza solo a ver el ceño fruncido del otro.

        Tierno.

Van a dar las 2 pm, el clima es agradable a mitad del otoño en máximo apogeo. Todo el aire que respiran huele a gasolina, asfalto caliente, neumáticos quemados y pizza en el horno; es curioso, Jungkook siente que así debe oler la tranquilidad. Por lo tanto, se recargan sobre la cajuela del coche mientras Taehyung enciende un cigarrillo que debió comprar su dongsaeng hace más o menos dos gasolineras; lo necesita para aplacar esa ansiedad que le provoca convivir con él, es su argumento, al menos.

        —¿Desde hace cuánto fumas? —mira curioso, agradecido de verle lanzar su humo en otra dirección; es un lindo detalle.

        —No sé. ¿Los diecisiete?, quizá.

        —¿A tus padres no les molesta? —no sabe si es prudente preguntar, pero al verle reír secamente, duda.

        —Vivo solo desde los 15 —la similitud resulta abrumadora porque pese a vivir en lados opuestos de la ciudad es como si los dos compartiesen guión.

        —¿Puedo saber...por qué? —ha entendido que aquel joven no es fan de relatar su vida, y lo entiende, pero eso no aminora la curiosidad.

        Taehyung suspira, termina con aquel arma letal para dejar la colilla caer al suelo y la extingue con sus converse desgastadas. Aspira, considera con seriedad las palabras para decirle.

        —Mi madre me dejó con mis abuelos cuando tenía 12, y desapareció —es una explicación sin gran detalle. Pero Jungkook puede hilar un par de cosas, si sus abuelos fallecieron, bueno... No debió tener a nadie más.

Road To LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora