Sinopsis.
Ryujin murió a causa de un accidente automovilístico hace 10 años, viendo antes de fallecer los ojos de una niña pequeña asustada, pidiendo que no muriera. Desde entonces, Ryujin, decidió cuidarla a medida que ésta crecía, siendo un fanta...
Ryujin, su fantasma, se estaba volviendo loca con cada uno de los chillidos de su pequeña. Desde el primer segundo los nervios se habían apoderado de ella, haciéndole perder la cordura.
Miles de imágenes pasaban por su cabeza. Cuando ella estaba viva, cuando era una niña y siempre la dejaban apartada del mundo. Cuando la golpeaban, la humillaban...
El simple hecho de saber que su bebé estaba en aquella situación, hacía que su ryujin humana muriera de desesperación. Rogando por dejar de sentirse inútil en ese mismo momento.
-Ryujin... Eres una inútil... Deja de hacer el idiota... ¿La ibas a proteger, cierto? - se decía a sí misma, mientras de fondo se escuchaba la campana para entrar a clase y los chillidos de su bebé alejarse.
¿A dónde se llevaban a su peque? ¿Quienes eran? ¿Por qué no tan sólo iba detrás de ellas?
Simplemente todo de ella se había paralizado.
FLASHBACK (importante leer ;-;)
Aquella pequeña niña de pelo castaño iba de camino a casa junto a su mejor amiga, Hwang Yeji.
Ambas reían de forma tierna mientras explicaban sus aventuras.
-Oye Yeji...- la pequeña miró a su mayor algo sonrojada.
-¿Hm?- sonrió mirándola mientras la escuchaba atentamente.
-A mí... Me gustan las mujeres. -alentó con un gran sonrojo- P-pero... Lo malo... Es que no puedo conseguir ser activa.
Su mayor empezó a reír a carcajadas.
-¿Para qué quieres ser activa?- sonrió de lado burlona.
-Bueno... Yo...- la menor se puso más nerviosa- Creo... Que a ti no te gustan las pasivas...
Yeji se puso repentinamente frente a ella con una sonrisa, haciendo que ryujin frenara en seco sus pasos.
-Shinnie... No finjas ser algo que no eres- sonrió posando las palmas de sus manos en los hombros de la azabache.- Y para tu información... Las pasivas son las mejores, sobretodo en la cama.- le guiñó un ojo sonriendo.
La pequeña Ryujin, en aquel entonces conocida como Shinnie, llegó a su instituto.
Ella empezó a leer su libro favorito, Bajo la Misma Estrella.
Sonreía dulcemente disfrutando cada una de las letras impresas en aquellas finas y delicadas ojas de papel.
De un momento a otro, se escuchó un golpe en la mesa provocando que Shin diera un bote en su asiento.
-¿Qué le hiciste ayer a mi novia, marimacha?- el contrario la miró fijamente para luego observar a toda la clase como si fuera un rey- Señores, aquí tenemos a la bollera del año.
Todos empezaron a reir, mientras ella sólo lo miraba a él de forma vulnerable.
¿Por qué se reían de ella? ¿Ella era mala? ¿Había hecho algo mal?
-Hostia, tía, y sólo sabes leer novelas para maricas. - empezó a reír más fuerte.- Chicos, ¿veis a esta come-tortillas de aquí? Pues... Me temo que quería robarse a mi novia Yeji.
La menor sólo empezó a mirar al suelo mientras un nudo se formaba en su garganta. Sus grandes e inocentes orbes empezaron a inundarse de lágrimas y ella sólo cerró el libro para abrazarlo fuertemente.
* FIN DEL FLASHBACK *
Ese día no simplemente la golpearon en un callejón hasta dejarla en el suelo. No, ese día fue el principio del fin de su inocencia. Donde aquella feliz, inocente, vulnerable, amistosa y tierna niña, desapareció lentamente.
Pero ahora Ryujin ya no podía cambiar nada. Todos esos recuerdos quedarían grabados en ella por el resto de la eternidad.
¿Pero qué ocurría con TN? ¿Qué había de su bebé?
-Definitivamente, si hay alguien en este mundo que me importa más que a mí misma... Eres tú. - sonrió.- Y prometí que te protegería de ellos, de la sucia humanidad.
Fue en ese entonces cuando Shin abrió los ojos para reincorporarse y mirar concentrada a su alrededor.
-Mi corazón une un lazo de sangre con el tuyo... Pequeña, déjame entrar en ti... En tu corazón...
Empezó a sentir una fuerte presión en su pecho, y como si fuera por arte de magia, empezó a correr hacia donde su alma le pedía ir.
Cada segundo que pasaba, el dolor se hacía más y más fuerte, al igual que las ganas que tenía de abrazarla y llenar su cuerpo de besos.
-Mi vida... Estoy llegando a ti... Aguanta, TN...
Corrió más rápido, hasta que llegó a un descampado, donde a un par de metros de sus pies vió a su pequeña en el suelo llorando. Ya no había nadie, sólo estaba ella mientras lloraba descarradoramente abrazándose a sí misma.
-TN... - la mayor empezó a acercarse a ella para agacharse a su altura realmente preocupada.- cariño...mi vida... -Se le aguaron los ojos al ver su estado.- No llores mi bebé, no llores...
La tomó en sus brazos con suavidad y la abrazó con cuidado sentándola en su regazo.
-U-unnie... - susurró la menor abrazándola fuertemente llenando el pecho de su mayor de lágrimas.
-Unnie es muy mala por dejarte sola... Unnie es una tonta- Quitó con cuidado las lágrimas de TN mientras se le hacía un nudo en la garganta.- Perdóname... Por favor pequeña, todo estará bien...
Sin más Ryujin no lo soportó más y rompió en lágrimas haciendo que la contraria temblara en sus brazos preocupada.
Pero con tan sólo pensar, que TN podría pasar por lo mismo que le ocurrió a ella, la abatía por completo.
El simple hecho de pensar que ella dejaría de sonreír, de ser tan dulce, de encerrarse mucho más en sí misma... O incluso acabar desangrada en una carretera, le hacía darse cuenta que literalmente TN era su esperanza.
Desde aquel momento, TN era su mundo, el mundo que Ryujin construiría para ella. El mundo que le hubiese gustado tener.
Fin
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Ok no, esto aún no acaba. Aún os tengo que matar de amor❤
