No le permito a mi cuerpo entumecerse e impedirme accionar cuando me impulso en dirección al chico de la silla. Danthaniel ha corrido a donde está su padre y se ha puesto de rodillas en el piso para comprobar sus signos vitales. Lo escucho repetir en voz alta los pasos en primeros auxilios para un traumatismo, pero el estado de shock le bloquea la mente y le impide ver por dónde empezar. He llamado a emergencias y mi voz sonó tan temblorosa que temo no me hayan entendido.
Entonces ocurre.
El movimiento es tan fugaz que apenas nos da tiempo de reaccionar.
Frederick, en su estado de gravedad, parece escuchar los sollozos de su hijo y queriendo aliviar su dolor, le da un ligero apretón a la mano de Dan que no deja de tomarle el pulso. Nuestras miradas se cruzan y evito no romperme al ver sus ojos llenos de brillantes y burbujeantes lagrimas. La luz de esperanza es visible en sus cristalinos ojos.
Está consciente.
Frederick está consciente.
Nunca había visto a Danthaniel de esa forma tan vulnerable. Por lo general, siempre se muestra como una persona fuerte e invencible a los problemas, pero en esta ocasión no tiene la intención de seguirlo demostrando mientras susurra palabras de aliento a su padre.
Una fuerte exhalación es liberada por mis pulmones al centrar mi atención en Ryden, a quien han amarrado con cordones de zapatos, cuyos nudos están tan estrechos que lastimo las yemas de mis dedos al tratar de desatarlos. Lo han sujetado con tanta fuerza que el cordón ha dejado profundas marcas rojas en su piel. Logro desatarle los tobillos y procedo con las manos.
Me obligo a ser fuerte y protejo mi corazón cuando sollozos lastimeros brotan de la boca de Danthaniel. Su rostro se ha llenado de rastros húmedos por las lagrimas y no deja de observar la sangre que cubre sus manos. Me arrastro sobre mis piernas para llegar a él y lo sujeto por las mejillas para que me mire.
—Todo saldrá bien, ¿si? Ya pronto llegaran los paramédicos y tu padre se pondrá mejor. No dejes de estar pendiente de su pulso, Dan. Necesito que te concentres.
Asiente, sorbiendo por la nariz. Regreso con Ryden y continuo en el proceso de desatarle las manos. Sigue inconsciente, con la cabeza guindando hacia abajo.
—Tessa... —solloza Dan—. Mira. Mi padre lo tenía en su mano.
Alzo la vista y observo el pequeño papel que extiende en mi campo de visión. Trago en grueso y con las manos temblorosas y sudorosas, recibo el papel mojado por la sangre. Lo abro con cuidado, porque se ha humedecido tanto que está a punto de romperse y contengo la respiración al leer las líneas con esa reconocida caligrafía.
"Di tu secreto...
antes de que sea tarde".Arrugo el papel en mi mano y tenso mi mandíbula por el enojo que ha aparecido en mi sistema. Esto es mucho. Aquella persona ha cruzado los límites. Aiden tenía razón. Las cartas se han vuelto peligrosamente amenazantes y no quiero esto. No quiero saber nada si a su paso implica que le hagan daño a personas inocentes. No creo que un secreto valga más que una vida humana.
Procuro calmarme, tiro el papel a la cesta de la basura y procedo con mi tarea para terminar de desatar las manos de Ryden. Doy suaves golpes en las mejillas para que despierte, pero nada funciona y continua dormido.
Corro a abrir la puerta cuando la ambulancia llega y rodeo en un abrazo a Danthaniel antes de marcharse con los paramédicos. Le he prometido que una vez Ryden despierte, iré a verlo en el hospital y él asiente en una débil sonrisa. Busco el botiquín que recuerdo haberlo visto en algún lado y al encontrarlo, tomo una botella de alcohol, un envoltorio con algodón y un desinfectante.
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DARKNESS II ©
Misterio / Suspenso[Libro II: Bilogía Penumbra.] Cuando la luz se convierte en oscuridad, cuando el amor se transforma en odio y el perdón se esfuma por dar paso a una dulce venganza, tal vez solo la muerte puede acabar con tanto sufrimiento. Después de todos los terr...