Capítulo 14

1.5K 142 56
                                    

Pataleo todo lo que puedo y la persona finalmente me libera. Tomo el arma que cargo en el arnés y le apunto fijamente a la cara con el corazón martillando de pura ferocidad.

—¿Ryden?

El chico eleva la comisura izquierda en una sonrisa y se cruza de brazos, recostándose contra la pared. Mi cuerpo tiembla por el horrible miedo y las alarmas en mi cabeza no dejan de pitar por alerta, pero finalmente bajo el arma y la guardo de nuevo en el arnés sin soltar los tacones. Mis pies ya han empezado a tornarse fríos por la baja temperatura.

—Me metiste un susto de muerte.

Llevo la mano al pecho para sentir los fuerte latidos.

—¿Te gusta perseguir personas? —pregunta, ignorándome.

—¿Y a ti te gusta darle sustos de muerte a las personas?

Se encoje de hombros.

—Tal vez.

Resoplo por su sinceridad. Relajo un poco más mi cuerpo y froto la parte trasera de mi cuello para liberar tensión. Ryden va vestido con traje, sin corbata y con la mascara de la purga sobre su cabeza. Algunos mechones negros de su cabello le yacen sobre la frente, dándole un aspecto más rebelde y desliñado.

—El mundo es muy pequeño, ¿no crees? Nunca pensé que volvería a ver al zombie del bosque.

Aquello me saca una sonrisa.

—¿Y qué haces aquí?

—Lo mismo que tú, quizás.

Asiento, sin tratar de analizar sus palabras.

La poca luz resalta el contorno de su cara, la manera en como tensa la mandíbula y le da un retoque de brillo a sus pupilas. Hace que su piel se vea de un tono color durazno y que sus labios se vean más rojitos de lo normal.

—¿De dónde saliste? —inquiero con cautela—. Cuando entré, no había nadie más en el pasillo.

Ryden dobla la mano detrás de su espalda y el sonido de una apertura genera eco en todo el pasillo. Acto seguido, se abre una puerta y él la empuja con la mano para abrirla completamente.

 —Un lugar grande con muchas puertas secretas —masculla, respondiendo a mi pregunta.

En la habitación todo está oscuro, por lo que no puedo atisbar qué hay dentro de la misma.

—¿Qué hay dentro?

—Libros y cuadros bastante viejos.

Suena bastante convincente, ya que Olivia había mencionado que este lugar en un tiempo fue la biblioteca de la Academia.

—¿Y qué hacías merodeando por aquí?

—Simple curiosidad —responde son desdén.

Me paro debajo del umbral de la puerta y aspiro el olor a humedad que hay dentro del cuarto. Huele a un lugar que ha vivido el paso del tiempo y que fue olvidado para consumarse por si mismo.

—¿Por qué no saludaste en vez de taparme la boca y meterme ese gran susto?

—Pensé que no querías que aquella pareja te pillase. 

Volteo a verlo. Él, por su parte, tiene las manos en los bolsillos de su pantalón con la vista puesta en la pared. Tiene la barbilla tan tersa que parece recién afeitado y hasta aquí, percibo el olor a perfume que emana su ropa.

—No sé con qué confianza te creíste para tomarme de esa forma —sentencio tratando de sonar amarga.

Esta vez, Ryden me mira. Sus ojos me dan a entender que está a punto de soltarme la retahíla respecto a lo que acabo de decir, pero contrario a eso, me dice:

DARKNESS II ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora