EL CHICO EN MIS SUEÑOS

¿COLOR ARCOIRIS?

Tomo la receta y salgo de allí, camino muy rápido y trato de alejarme lo más posible de ese lugar.
Una vez afuera me apoyo en la fachada del hospital, observó todo a mi alrededor está tan triste, el ambiente es frío, oscuro y tan solo como yo. La melancolía del momento me devuelve a mi realidad e intento comprender que pasó allí ¡Paty dijo todo esto! ¡Will me está coqueteando! ¡Alexánder desapareció! —solo puedo cerrar mis ojos e intentar tranquilizarme; en el fondo de mi corazón lo llama, solo espero y rezo porque conteste mi llamado ¡Realmente te necesito mucho, demuestrame que eres real!

Al decir esas palabras no puedo evitar llorar, de nuevo estoy sola y posiblemente loca.

Es díficil admitir lo que siento y hasta ahora no lo había hecho, por miedo. Sí, miedo a que no seas real y mi amor por tí, se convierta en otro recordatorio de que estoy sola y que la vida no es fácil... Entre tanto problemas solo puedo pensar en ti y en lo díficil que es aferrarme a la realidad cuando en ella no soy feliz.

Al abrir mis ojos, la luz afecta mi visión e intento acostumbrarme a ella, cuando siento a alguien a mi lado, dicha persona se acerca más a mí.

—¿Está bien señorita?—me dice y tiene una leve sonrisa— Estás un poco pálida.
—¡No se preocupe estoy bien!—digo; sonrió para calmar a la señora que está a mi lado.
—¿Segura? Si quieres puedo acompañarte hasta que te sientas mejor—dijo, para intentar convencerme.
—Estoy bien, gracias—le dije con simpatía— ya tengo que irme.

Me enderezó y comienzo caminar, alejándome de dicha señora.
El ambiente es frío, tanto que me estremezco un poco por la falta de mi abrigo y me abrazó a mí misma, para alcanzar un poco de calor.
—¡Señorita! —escucho que grita y se acerca a paso apresurado.

—Creo que se te callo esto.—dice, señalando un trozo de papel y continua—Espero que te mejores —tomo la nota y la mujer se aleja de mí. Comienzo a leer...

No quiero que estés triste, ¿acaso ya no soy el motivo de tus sonrisas?

Te espero en el parque cerca al hospital.

Ale...

Al terminar de leer mi rostro se iluminó con una sonrisa, ya nada estaba gris, mi mundo volvió a tornarse de color arcoíris anunciándome que la tormenta de mi vida había pasado o al menos eso quise creer.

¡Está vez podré ser feliz!