EL CHICO EN MIS SUEÑOS

ACEPTACIÓN

—¿Qué te trae por aquí?—me pregunta él sicólogo. Entonces se me hizo un tanto extraña su pregunta.
—Vengo por lo de mi chequeo general ¿Acaso, tampoco fue notificado?—interrogó para poder saber que sucede, siento una gran desconfianza con respecto a todo está situación.

El doctor Flores me mira un poco nervioso y entonces fijo mi mirada en él, pero como descubriendo mi estrategia, se levanta de su asiento y finge buscar algo.
¿Qué me ocultan? Sé que algo traman pero no sé que puede ser.

—¿Quieres contarme acerca de ti?—me dice, y realmente se hace extraño para mí tener que contarle sobre mi vida, jamás lo he hecho con nadie excepto con Paty pero solo un poco. Sí, le cuento la verdad ¿Qué pasará?

Las palabras empezaron a dejar mis labios, creo que lo necesitaba, el poder desahogarme.

—Tengo una familia perfecta... - el  Doc flores me observó sin ninguna expresión y sé que sabía que mentía.

—Doc, creo que esto no es bueno—él solo me sonrió.
—William, solo Will. Sé que es díficil pero puedes confiar en mí todo lo que me digas es secreto profesional ¿Lo olvidas?—sonrió y yo solo asiento.
—Will... Mis padres me creen muerta—una lágrima rebelde se me escapa, pero continuo.
—Ellos saben que vivo realmente, pero el hecho de venir aquí para progresar en mi profesión, lo ven como una traición a la familia—con cada palabra que digo siento el ardor en mi garganta y la necesidad de gritar, sacarlo todo.
Aunque quiera no puedo evitar que me duele son mis padres y a pesar de todo no puedo odíarlos o algo parecido.

—Esta bien, sácalo todo - me dice Will e intento sacar una sonrisa pero no soy capaz.
—He estado muy sola desde que llegué a México, pero una vez, llegaba del hospital y frente a la puerta de mi apartamento, me encontré con un cachorrito en una caja. Desde allí lo adopte y mi alegría volvió, tenía un motivo al llegar a casa; alguien que realmente le alegraba mi existencia, pero la vida no es tan fácil cierto...—empecé a sollozar al recordar todo.

No podía sacarla esas palabras, simplemente no lo creía aún.
—Lo encontré muerto—sentí la falta de aire y la soledad emergiendo en mi ser... El vacío había vuelto y el dolor se expandió, dejándome tan rota y temerosa de la vida.

Will, me abrazó y comencé a susurrar :
—¡Estoy sola! ¡Sola una vez más!—él trataba de tranquilizarme y nada funcionaba.

—Vamos Fer, desahogate—mis sollozos se convirtieron en pequeños gritos ahogados y poco a poco lo solté, por primera vez estaba sintiendo el dolor de su perdida, lo estaba aceptando.

Después de un rato llorando, me aleje de Will y le susurré:

¡La vida no es fácil!