Toro, el compañero de John Reid, tiene que colaborar con éste para deshacerse de un enemigo de Colby. SIn embargo, hay alguien que se interpone en su camino: la joven Mildred, a quien todos llaman La Reina de Corazones por una peculiar razón. Pero r...
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Cap. 6
La carrera iba a comenzar. Mildred seguía tratando de calmar a su yegua.
En tanto, Calvin realizaba sus apuestas.
- ¿Tanto a la yegua de la señorita Carter?- preguntó el que regía las apuestas.
- Claro...ese es el plan. Si ella pierde, todo eso será mío. Pero si ella gana, eso me servirá para convencerla que esté de mi lado.
El que estaba a cargo asintió y recibió el dinero de la apuesta.
Las demás personas también iban y apostaban a la yegua. Candie había obligado a otros a apostar a su caballo también.
La yegua estaba inquieta.
- Preciosa, cálmate.
El comanche llegó junto a ella.
- Ya te dije que procuraras que tu garañón deje en paz a mi yegua.
- Yo venir para cuidarte.
- No necesito que me cuides- replicó Mildred.
- Tú ser mujer necia...Wendigo Candie querer dañarte.
- Eso ya lo sé, pero yo soy quien lo vencerá. Pero, ¿por qué piensas que quiere hacerme daño?
- Kemosabe y yo saber que él ser cruel y buscar dañar gente. Tener negocios sucios en diferentes lugares.
- Es un pájaro de cuenta- comentó Mildred.- Pero será mejor que te vayas ahora. La carrera va a comenzar. Ya, Honey, cálmate.
Toro se acercó a Honey y le habló en su lengua. La yegua pareció comprender y se tranquilizó.
- Gracias- comentó ella- ahora, vete por favor.
- ¡Kemah!- gritó a Scout y se marchó corriendo hasta la cima del cañón.
Calvin llegó hasta el punto de inicio. Mildred se signó y comenzó a correr.
Diabolus corría rápidamente. Mildred trataba de apretar el paso. Por fin, logró la delantera, pero Diabolus también aceleraba. Candie golpeó el cincho de la montura de Mildred y ésta tambaleó. La yegua relinchó y tiró a su dueña.
Calvin siguió un poco más, pero Toro la ayudó a levantar y golpeó con fuerzas a la yegua, la cual corrió con su dueña en pelo hasta el final de la carrera, ganándole a Diabolus.
La joven llegó asustada pero contenta por haber ganado.
Candie le dijo:
- Bien jugado, señorita.
- Lástima que yo no pueda decir lo mismo, señor Calvin- observó.
- Oh, Mildred, no se asuste, en la guerra y en el amor...todo se vale.
