Cap. 12
En tanto, en la comandancia, Calvin se entrevistaba con otras autoridades.
- Ya van varios días que no ha vuelto la señorita Carter. Y por lo que sé ella no se presentará: tengo motivos fuertes para creerlo.
Los comisarios preguntaron:
- ¿Qué motivos tiene para estar tan seguro?
- Lo que sucede es que...el padre de la joven tenía negocios ilícitos, y yo tengo pruebas de ella. La señorita no quiere responder por esos crímenes, obviamente. Y aunque ella no es culpable, tendrá que explicar la procedencia de algunas propiedades.
- Entonces, usted cree que ella se escapó.
- Todo indica que sí- añadió Calvin.
Sin embargo, John Reid llegó.
- Disculpen, yo soy el abogado de la señorita Carter.
- ¿Usted sabe en dónde se encuentra? Nos han informado sobre ciertos negocios ilícitos. El señor Calvin indica que ella es quien realmente está prófuga.
- Si me permiten...voy a contestar esa pregunta en presencia de un juez. Mi cliente se presentará, solamente quiere el tiempo necesario para ello.
Calvin masticó el tabaco.
- Díganos, ¿acaso usted está protegiéndola?
- Recuerde, Calvin, soy su abogado...-añadió John Reid.
- Está bien, juguemos limpio- añadió Calvin Candie.
- No esperaba otra cosa de usted- ironizó.
Cuando él se marchó, Calvin llamó a otros de sus hombres.
- Ya saben lo que tienen que hacer...
Y en la noche, algunos hombres cubiertos de la cara tomaron la hacienda de Mildred.
El Llanero y Toro estaban al pendiente.
- ¿Tu gente está lista?
- Sí, por ahora no ser momento...
- ¿Y Mildred?
- Está muy bien cuidada. No habrá de qué preocuparse.
Cuando se marcharon, Toro fue a buscar a Mildred.
Ella se acercó a buscarlo.
- Toro...-dijo abrazándolo.
- Yo estar a tu lado...-musitó el indio.
Tras un beso intenso y apasionado, ella le preguntó.
- ¿Qué está pasando?
- Calvin tomar hacienda Carter...
- ¿Y ahora?
- Tú calmarte...Kemosabe y Toro tener todo bajo control- sonrió.
Ella asintió.
- Yo creo y confío en ti, Toro, pero tengo miedo de que Calvin les haga daño.
- Necesita ser más inteligente, pero Wendigo Calvin ser tonto...tonto y tener mala memoria.
- ¿Por qué lo dices?- preguntó Mildred.
- Porque creo que ya olvidarse que comanches no haberle perdonado muertes de inocentes hacer más de cinco años...
Mildred tenía temor. Toro la cobijó entre sus brazos.
- No temer, mujer de fuego...tú creer en indio comanche y en kemosabe...y ahora cenar.
Y tras haber comido algo, volvieron a encender la llama del amor en aquel lugar.
Mildred gozaba mucho de la fuerza y deseo del indio Toro. Él la iba guiando a disfrutar cada momento más de su entrega.
La joven sentía que de su ser salía un fuego extraño...como si la sangre comanche hirviera dentro de sí y la hicieran sentir toda una mujer. Toro dejaba todo el vigor y el deseo de que hubiera sido capaz.
Momentos más tarde, envueltos en la manta, Toro le dijo:
- Si alguien decirme que un día yo ser feliz al lado de hija de Chenoa...no creerlo. Pero ahora...ser feliz a tu lado.
- Tú eres un hombre libre, Toro. Y yo quiero ser libre para ti...pero no quiero coartar tu libertad.
- No hacerlo...cuando llegar el momento todo tomar su curso...-añadió entre besos.
Durante un mes, Mildred estuvo escondida y por momentos iba a ver al jefe comanche y él le contaba cosas de su madre.
La joven conoció un poco mejor las costumbres de los comanches y eso le permitió conocer a los suyos.
Pero sobre todo, el amor más grande de su vida lo había conocido en aquel sitio.
Y un gran secreto se gestaba: lo que cambiaría la vida de todos para siempre.
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TORO Y LA REINA DE CORAZONES
FanficToro, el compañero de John Reid, tiene que colaborar con éste para deshacerse de un enemigo de Colby. SIn embargo, hay alguien que se interpone en su camino: la joven Mildred, a quien todos llaman La Reina de Corazones por una peculiar razón. Pero r...