TaeHyung llegó a las grandes puertas del castillo unas horas después del mediodía.
El camino se había echo un poco más largo esta vez.Le encantaba aquel lugar, aunque con el tiempo se había convertido en una de sus mas grandes pesadillas.
El chirrido de las puertas al abrirse le produjo un escalofrío en la espalda que lo llevó a cerrar por un momento sus ojos y casi como si sucedería en aquel mismo momento observó como un Omega joven corría fuera del castillo.
Aquellos eran solo tristes recuerdos que albergaba aquel gran y solitario castillo donde conoció a quien ahora se había convertido en su esposo y amor de su vida.
Al final del pasillo lo esperaba un joven de cabellos oscuros y con una reverencia le ofreció los buenos días.
- Mis saludos príncipe - la voz sonaba tranquila - me alegra el tenerlo de regreso en el castillo - añadió abriendo las puertas para que TaeHyung logrará ingresar.
- Tuve que regresar antes - su voz en cambio sonaba apagada - ¿Alguna novedad? - en aquel momento tomó una postura seria.
- Ninguna príncipe, todo está tal y como lo dejó cuando se fue - mencionó mientras caminaba al lado de TaeHyung - ah, aunque el joven Baekhyun ha venido buscándolo varios días seguidos - recordó el joven observando el final del pasillo.
- ¿Alguna idea del por qué de su visita al castillo? - preguntó aguardando a que la puerta frente a él fuese abierta.
- No nos ah querido dar el mensaje a nosotros - afirmó con un poco de indignación - solo nos ah asegurado que es algo urgente - aguardó sosteniendo la puerta esperando que el Alfa pasara.
- De acuerdo - habló observando cada una de las puertas de aquel pasillo - si no tienes ningún otro recado puedes retirarte.
- Ya no tengo ningún otro recado y con su permiso pasaré a retirarme - anunció dando la vuelta para marcharse.
- Aguarda - la voz de TaeHyung lo detuvo casi de inmediato - ¿Alguien más se encuentra en el castillo? - preguntó con curiosidad.
- No joven príncipe - negó volteando a verlo - solo somos usted y yo en el castillo, el resto de los trabajadores aún no regresaron de sus días libres; tal y como usted se los ordenó - añadió recordándole a TaeHyung sus antiguas palabras.
- Oh, ya veo - comentó observando el techo del lugar.
- ¿Quiere que los mande a llamar para que retomen sus tareas? - preguntó el joven al no obtener una respuesta concreta de su alteza.
- No, no, déjalos que disfruten con sus familias, ya luego pueden volver a sus tareas - dictaminó mientras analizaba otras cosas - ahora que lo pienso bien - añadió - tú también tómate unos días libres, quiero estar solo unos momentos, ya pronto te diré cuando puedes volver a tus deberes - informó deteniéndose de su observación.
- Pero señor - replicó el joven escuchando atentamente a TaeHyung.
- No está a discusión - ordenó sin dar pie a más reclamos - desde hoy tienes el día libre, yo te mandaré a llamar cuando necesite de tus servicios.
Y con aquellas últimas palabras se despidió del joven y comenzó a recorrer aquel nuevo pasillo hasta encontrar las escaleras que lo guiaban a su alcoba.
Al llegar al final de las escaleras el sentimiento de tristeza golpeó fuertemente su corazón.Cerró sus ojos y abrió la puerta de su habitación. Aquella que tiempo atrás era cuna del amor de dos almas destinadas, las cuales fueron separadas vilmente por el deseo de poder que solo trajo dolor a su alma. Cruzó acercándose a la cama y empujó la puerta, la cual se cerró a su espalda.
Volvió a inspirar y el aroma a Jengibre parecía no querer abandonar jamás aquel lugar.
Torturandolo cada vez más.No quería abrir los ojos solo quería disfrutar del aroma de su Omega invadiendo sus sentidos otra vez.
Entonces los recuerdos llegaron a su mente y a su corazón como una cascada.- ¿TaeHyungie? - aquella voz que antes le era tan insufrible ahora se encontraba tras su puerta.
- ¿Qué quieres? No fue suficiente hoy con lo de la cena - preguntaba retorciéndose de dolor sobre la cama.
Si aquel Omega continuaba insistiendo tras su puerta tendría que levantarse a correrlo el mismo; aunque en aquel momento el dolor producido por su celo era mucho más fuerte de lo que podría manejar.
- ¿Te sientes bien? - preguntó la voz tras la amarronada puerta de madera - ¿Si quieres puedo traerte una cubeta de agua y unas toallas para bajar la fiebre? - continuó mientras planeaba como convencer al Alfa para que lo dejara entrar en la habitación.
- Estoy bien, no necesito de tu ayuda - gritó lo más alto que pudo, pero sabía que aquel testarudo Omega no se iría tan fácil.
El dolor se había vuelto mucho peor que todas las veces anteriores y no comprendía bien el porque; jamás había sufrido un dolor de celo como aquel.
Quizás aquel bello Omega tenía algo que ver. ¿Había dicho bello?
No, no, debía estar delirando por la fiebre.
Su aroma a Vainilla y Naranjas se intensificaba a cada segundo y poco a poco su lobo iba ganando la batalla contra su parte humana.No supo en qué momento había pasado pero se encontraba parado frente a la puerta de la habitación escuchando atentamente la respiración del Omega tras ella.
Sabía que no se había ido y que no se iría
Muy para sus adentros anhelaba que aquel muchacho no se fuera, que se quedará con él para siempre y lo ayudara a afrontar todos los dolores que tenía en su solitaria vida; aunque ese era el peor momento para tenerlo cerca.
Durante su celo podría llegar a lastimarlo, ya que nunca pasó uno de ellos con ningún Omega y el aroma a Jengibre, Tierra húmeda y Frutillas no ayudaba para nada.Al abrir la puerta se halló con la mirada inquieta del joven que lo observaba preocupado.
Entonces por primera vez desde que lo había visto lo sintió tan cerca que le ardía el cuerpo al sentir su contacto.
Aquello era peligroso. Demasiado.
El abrazo del Omega hacía que rechazarlo fuera cada vez más difícil.
Se separó un momento de su agarre para mirarlo a los ojos. Un brillo desconocido invadía los ojos del joven frente a él. Un brillo que no lograba descifrar.Una mano fría se posó sobre su frente y entonces escuchó una voz muy a lo lejos, a pesar de tenerlo tan cerca.
Se había perdido en los ojos del joven HoSeok.- Estás ardiendo en fiebre - le reprochó sin apartar su mirada de él - ¿Por qué eres así de testarudo? Podría haberte bajado la fiebre hace un buen tiempo atrás - repuso dándole un ligero empujón e ingresando ambos a la habitación.
El aroma del Alfa era demasiado fuerte y el lobo de HoSeok se había descontrolado bastante, repitiendole hasta el cansancio al humano que aquel era su Alfa destinado. A lo cual él joven seguía ignorando.
- Podrías bajarme la fiebre de otra manera - la voz sensual de TaeHyung salió de su garganta sin siquiera pensarlo, su lobo estaba tomando el control durante el celo y aquello no era bueno; al menos para el Omega.
- Te ayudaré, pero no de la manera que tú quieres TaeHyungie - habló el muchacho volviendo a colocar su mano sobre la frente del príncipe - ven te acompañaré a la cama - le dijo con un toque de nerviosismo en su voz.
- ¿Me acompañarás a la cama? - preguntó con sensualidad mientras se dejaba guiar por el Omega.
La risa tímida del joven provocó que los latidos de su corazón se aceleraran y cuando menos lo pensó se acercó más a él y pasó una de sus manos por la cintura del Omega.
Aquella sería una noche larga.
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The beast and HoSeok [Vhope Omegaverse]
RomanceUna historia basada en el bello cuento de "La bella y la bestia" adaptado al Vhope, con mucho amor de está escritora un poco loca, pero llena de ilusión. Espero y les guste tanto como a mí... Se permiten adaptaciones si antes consultaron con la auto...