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La noche había llegado tan rápido que casi no tuvo el tiempo necesario de descansar como deseaba.
Observó con detenimiento la habitación una vez más y se acercó al ventanal en su cuarto para mirar tras el cristal.
Ya estaba decidido. Regresaría a su hogar para compartir aún más tiempo con sus pequeños y disfrutar de ellos todo lo que pudiera.

Aunque en aquellos momentos se enfrentaba a algo mucho peor que el propio rechazo de su Omega o que sus hijos se enteraran de su verdadera historia. Su celo se acercaba y debía mantenerse lo más centrado que pudiese; aunque el dolor por no poder experimentar aquello con su pareja fuese cuatro o más veces peor que las veces anteriores.

El dolor comenzó lento desde su vientre hasta llegar a la parte superior de su panza.
Sus feromonas comenzaron a hacerse presentes mientras una de sus manos se apoyaban sobre el cristal de la ventana.
El aroma a Vainillas y Naranjas llegaba a asfixiar debido a su intensidad.
No podría volver a su hogar en aquel estado.
Si llegara a lastimar a su Omega debido a su condición no se lo perdonaría jamás.

«¿Cuánto tiempo más piensas obligarme a soportar este infierno, sin poder liberarme con un Omega» - la voz de su lobo le calaba hasta lo más profundo, podía comprender a la perfección su dolor

«No lo haré, moriría antes de engañar a Hobi con otro Omega» - su voz sonaba cada vez más entrecortada debido al dolor que invadía su pecho y su cuerpo.

«¿Y crees qué él ya no lo ha echo?» - preguntó su parte animal en un grito desgarrador - «Ni siquiera te ha permitido reclamarlo como tu Omega y ya no puedo soportar tantos celos en soledad, lo sabes» - aquello salió de los labios del lobo en tono lastimero, mientras intentaba ocultarse en su propio dolor.

Su Lobo actuaba como su conciencia y como su consejero en momentos de soledad y tristeza.
Ambas partes; animal y humano conformaban una misma persona la cual sentía exactamente lo mismo.

Desde pequeño había escuchado hablar a su madre la reina Kim Taeyeon, sobre lo que les sucedía a los lobos de las parejas destinadas que eran rechazados por éstas.
El primero que más sufría de ambos era el Lobo, el cual caía en una gran depresión que lo debilitaba poco a poco hasta el punto de ya no tener ningún tipo de contacto con su parte humana; llevándolo a ocultarse en el fondo de su subconsciente en la más profunda oscuridad.

Y luego era el turno de la parte humana. La cual luego de perder a su compañero de vida también sufría una depresión mucho más severa que la de su parte animal. Ya que ésta se manisfestaría lentamente y de una manera extremadamente dolorosa.

«No voy a engañar a Hobi. Él es mí destinado y lo sabes tú también. Si aún no lo he marcado es debido a que respeto su desición de aún no estar listo» - concluyó intentando soportar el dolor de su celo.

«Lo único que deseo es hacer feliz a mí Omega y así lo haré, aunque eso me cueste mí propia vida» - tras decir aquellas palabras su lobo se refugió en la oscuridad del subconsciente de Taehyung.

En aquel momento se hallaba solo y lleno de dolor.
Se encaminó lentamente hacía la cama y corriendo las cobijas se acostó sobre ella y cubrió su cuerpo para evitar así que sus feromonas se esparcieran más lejos; aunque aquello era algo imposible.
Sus ojos se apretaban de manera fuerte debido a las repetidas y dolorosas punzadas que golpeaban su bajo vientre.
Luego de soportar aquellos intensos dolores por más de veinte minutos seguidos su mente y cuerpo se rindieron ante los suaves efectos de morfeo acunandolo en un profundo sueño.

La voz del Alfa invadía la habitación de una manera única; jamás había imaginado encontrarse en una situación como aquella con aquel dulce, tierno y muy molesto Omega, pero nada de aquello importaba en esos momentos.
No, nada de eso era importante luego de observar como el cuerpo bajo suyo temblaba bajo su tacto y como los jadeos escapaban de los labios de el Omega.

Las manos de HoSeok paseaban desde su muñeca hasta sus hombros y de sus hombros hasta su espalda. Cada caricia propiciada por el Omega le quemaba la piel y lo envolvía en un deseo más ardiente que el anterior. Cada vez que sus ojos se encontraban, ambos podían apreciar la pasión, el deseo y quizás hasta el amor que no se animaban a profesarse.

Entonces se animó a mirar nuevamente los ojos y el rostro de aquel dulce Omega bajo su cuerpo.
Delineó suavemente cada parte del cuerpo de HoSeok con suma delicadeza. Su toque en la piel contraria era tan suave que temía pensar que si llegaba a realizar algún movimiento brusco podría herirlo o hacer que desapareciera.

- Ho... HoSeok no se que me sucede contigo - habló de manera entrecortada mientras continuaba con sus suaves movimientos.

- Tae... Príncipe yo... Yo - la voz del mayor sonaba tan sumisa que le era imposible no enloquecer con ella.

A pesar de que el Omega era dos años mayor que él, no lucía para nada de aquella manera; su voz, su actitud y su disposición hacía el Alfa lo hacían ver tan vulnerable y sumiso que no podía evitar sentir aquello por él.

- Shhhh, no me digas príncipe - susurró en su oído acariciando su cintura con una de sus manos mientras se hundía un poco más en el interior del Omega - déjame ser Taehyung, solo por esta noche - agregó sintiendo el aroma del contrario al acercar su nariz a su cuello.

- Serás mí TaeTae entonces por esta noche - habló HoSeok sobre la oreja del Alfa - dime qué no me dejarás solo - añadió en un susurro.

Sus estocadas se habían vuelto más rápidas pero menos suaves que antes. La respiración de ambos había pasado a ser más errática y sus dedos se apretaban con más fuerza sobre ambas pieles.
Taehyung batallaba con su lobo para no marcar a aquel dulce Omega bajo su cuerpo.

- Ah, ah TaeTae - la voz de HoSeok apenas lograba salir de su garganta - ¡Alfa! - logró gritar al sentir como su vientre se contraía preso de las miles de sensaciones que lo invadían en aquel instante.

- Mí, mí dulce Omega - gruñó Taehyung en su oído al llegar por fin a su liberación y observar el rostro bañado en sudor de HoSeok - Hobi, mí dulce Omega - agregó para echarse a su lado luego de salir lentamente de su interior y abrazarlo por el costado.

Definitivamente había algo más que un simple momento de celo.
Aquello era algo mucho más grande.
Y si estaba en lo correcto.
Se trataba de amor.

The beast and HoSeok [Vhope Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora