Capítulo 36

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Narrador omnisciente

—¿Quién era ese chico? — cuestionó Nathan cuando Elías se acercó

—Hola pequeño ¿te perdiste? ¿Donde están tus papitos? — se burló Elías

— Ojalá se te pegue algo y mueras solo, cerdo — refunfuñó

Elías tapó a Nathan, que caminaba al lado de su bicicleta con una mueca

—¿Te pasó algo?

—Que te importa

—Realmente me da igual — se encogió de hombros – Pero ya que no esta tú papá, me toca a mi tomar ese rol...

—Alto alto alto —Nathan de detuvo — Tu jamás vas a tomar el lugar de mí papá ni el de mi mamá

—Que alivio...

—Además, no creo que seas buen padre...

—Y en efecto, no lo soy —concordó Elías con tranquilidad

Nathan lo miró confuso

—¿No lo eres?

—No —Nathan ladeo su cabeza —¿Qué dice Zane al respecto?

Nathan recordó cuando Zane tachó de inútil a Elías por no saber hacer... Nada

—Pues...

—¿Mjm?

—Bueno...

—¿Ves? No miento...Soy pésimo en esto de cuidar niños... Se supone que yo no iba a criarlo en primero lugar

—¿Lo ibas a abandonar?

—¿Qué? ¡No! No me refiero a eso sino... —suspiró pesadamente — Iba a ser su madre quien lo llevaría por buen camino... —Nathan se tensó... Sabía que ese tema era delicado — Ella era una excelente alfa, mantenía a raya todo el odio y discriminación hacia los humanos y tampoco seguía las estrictas reglas conservadoras de los hombres lobo... Respetaba unas, otra las dejaba de lado... Aprendía ciertas cosas... Y vomitaba las demás

—¿Y por qué no haces lo mismo?

—No se que fue lo que Margot hizo para ser tan buen alfa, nunca me interesé en lo más mínimo por la manada... Yo solo la veía actuar — caminaron por una calle apenas iluminada — No sé que cosas son las que Zane debe aprender o lo que puede ignorar... No sé como educarlo... No sé absolutamente nada... Margot dijo que ella se haría cargo pero... —Nathan notó que cada palabra que pronunciaba Elías estaba cargada con una tristeza y dolor muy fuerte, él siempre era despreocupado, sonriente y sarcástico... Ver al hombre lobo fue algo duro para Nathan — Ella era una mujer gentil, amable, comprensiva y amorosa... Y muy rebelde —recordó con una sonrisa —Amaba tanto a Zane

—Elías... —este lo miró, tratando de recomponerse — ¿Q-qué le pasó a la mamá de Zane? A Margot...

Su camino los llevó al parque del pueblo. El lago artificial se había expandido por recibir tanta agua de lluvia. Los patos se refugiaban en las alas de su madre y las hojas y flores de los árboles, bailaban al compás del fuerte viento

—Hace tiempo la represa, cerca de la granja, se rompió —decía Elías, monótono — nuestra aldea fue la primera en ser golpeada... Zane jugaba a la orilla del río ese día y por alguna razón, se había alejado más de lo debido... Cuando las aguas llegaron, Margot nos ordenó a mi y a su beta, proteger a las personas, llevarlas a un lugar alto, lejos del desastre, mientras ella iba a por Zane — entramos al parque y seguimos la acera— Unas horas después todo se calmó, no habían señales de la alfa ni de Zane... Fuimos a buscarlos... Encontramos a Zane en un árbol, asustado y mojado pero ni rastros de Margot... Búscamos durante horas debajo de cada escombro, cada roca y... —Elías apretó la mandíbula — al fin la encontramos río abajo, muy lejos del pueblo... Se había ahogado

B' Shert (LGBT +18) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora