Capítulo 51: La Guarida de Un Monstruo

31 10 6
                                    

Narrador Omnisciente

-¡Contesten de una buena vez!- gritaba un Jonás muy alterado -¡Llevo 10 minutos tratando de saber que mierdas sucedió y hacen ni dicen nada!

-Jonas, Amarock trató de cazarlos, yo estaría igual - le decía Nina tratando de apaciguar la situación

-Yo no ví a nadie cuando los encontramos...- le susurró Chase a Penélope, inclinándose para que la humana lo escuchara

El olor a leña quemada de la chimenea salpicaba todo el lugar, si embargo, lo único que recidia en la nariz de Nathan y de Zane era el putrefacto olor de monstruo mezclado con lluvia.

Robin, el pequeño gato, no había sobrevivido a la fuerte lluvia y estaba todo mojado. Por lo general, se veía peludo y contento, ahora parecía una pequeña rata blanca mojada. Robin buscó la atención de su amo, el chico de pelo negro, el cual, estaba encerrado en su mente, con las palabras de Amarock repitiéndose una y otra y otra vez.

Cuando el gato se dió cuenta de que sus maullidos no estaban funcionando ya que su voz era como le canto de un grillo, frente a la voz fuerte, como una bomba, de un indignado lobo. Así que hizo lo que pocas veces había echó

Mordió fuertemente el brazo de Zane.

Hasta hace unos segundos, Zane había estado en el piso, reflexionado, hasta que Robin lo asustó, volviendo al mundo real.

-L-lo siento - se levantó con dificultadad, sintió sus piernas temblar pero...

¿Porqué?

Zane era bastante inseguro. Vivía a la sombra de la grandeza de su madre, incapaz de cumplir las expectativas de los demás, no era capaz de gritar una orden, actuar como un líder y tenía miedo de luchar...

Tomó a Robin, el pobre temblaba de frío y se aferró a la ropa que de Zane que, aunque estuviera igual de empapada, se sentía cálida por ser la de su amo

Zane escuchó a Nathan maldecir a Jonás por no dejar de gritarle. Nathan estaba harto de escuchar las quejas del rubio y pidió 5 minutos de silencio que, obviamente, no obtuvo. A pesar de su tamaño, se paró derecho frente a Jonás. La diferencia de altura era bastante grande, y aún así, la voz potente de Nathan sobrepasó la de Beta Líder

-¡¿Piensas que gritarnos va a ayudarnos?! ¡¿Por qué no puedes, en ves de estarnos jodiendo, ir a investigar cómo esa cosa me metió al pueblo?!

El pelinegro admiró la forma en que su compañero se mantenía firme... inquebrantable

¿Y él? Zane se sentía un inútil, esperaba que Nathan terminara de apaciguar a su amigo para abrir la boca... ¿Un alfa cómo él debía esconderse como un lobito asustado?

Nathan era demasiado increíble para él. Y lo amaba por eso. Nathan era todo lo que Zane jamás sería... No era nada y, aún así, su compañero si parecía un legítimo alfa.

Mordió su labio inferior, ocultando su cara de los demás y se apresuró a subir las escaleras.

Cerró la puerta de su cuarto con seguro y dejo a Robin frente a él. La espalda del alfa se deslizó por la puerta hasta que su trasero golpeó el piso, se encogió en su lugar y oculto su rostro entre sus piernas y sus brazos. Instantáneamente, el gato supo que hacer.

Se colocó en el agujeros que quedaba entre sus brazos y sus muslos y acarició con su cabecita mojada la barbilla mojada de su dueño. Gotas de agua salada cayeron sobre la nariz del gatito...

-Me odio tanto, Robin...

Su teléfono sonó

Abrió la pantalla, leyó el mensaje y suspiró. Escribió una rápida respuesta. Tomó al gato y lo abrazó, respirando lentamente. Cuando se calmó un poco, se levantó...

B' Shert (LGBT +18) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora