Capítulo 40

35 11 2
                                    

*Advertencia*
Contenido explícito y delicado

Nathan

—¡¿Si no voy yo, quién lo hará?! —le grité

—La policía

—¡Policía mis huevos!

Penélope estaba en peligro, había un maldito animal como el que había lastimado a Zane frente a su casa y aquí estaba Jonas, diciéndome que es un asunto de humanos, no nuestro

—Estos moustruos son nuestro asunto, no de ellos...

—Solo porque lograste derrotar uno, no significa que ahora eres todopoderoso

—¿Ah si? Rétame —me di la vuelta dispuesto a irme, pero su mano en mi hombro me hizo dar un giro. Su puño estaba a centímetros de mi cara. Cerré los ojos esperando un puñetazo que nunca llegó. Cuando los abrí, su mano había vuelto a su lugar —¿Qué haces?

—Debiste detenerlo —sentenció —Estás demasiado cansado. La abuela Mercy tenía razón, no estás acostumbrado a la adrenalina que involucra ser un hombre-lobo —estrechó sus ojos —Si vas solo, van a matarte, punto

—Insinúas que me quede aquí de pie, esperando a que esa cosa entre a casa de Penny y la mate— bufé —Estás muy equivocado — mantuve mi mirada fija en él, aunque empecé a ver borroso —No voy a morir sin dar pelea, además, solo necesito sacarla de ahí

Jonas analizó cada centímetro de mi cuerpo. No se equivoca, estoy cansado, pero eso no me va a impedir luchar por mi amiga. Ella tuvo la confianza para llamarme... Penélope confía en mí y no la voy a traicionar

—No

—Jódete burro carnívoro

—Líder —interrumpió Kana tomando del hombro a Jonas —Nosotros iremos con Nathan, tomaré el mando

—Pero, ¿qué dices Kana? —la miré duditativo

—Quédate aquí con Zane, protege a la aldea, evitaremos cualquier pelea innecesaria, solo iremos por la chica — aclaró Kana segura de sí misma

—Será rápido Jonas —habló Nina saliendo del la cabaña, con Chase detrás—Tú quédate y cuida a Zane, te avisaremos de todos nuestros movimientos, ¿si?

—Chicos... —tartamudee

Jonas suspiró y luego de frotarse la cara con ambas manos, asistió

Mientras ellos discutían detalles, me escabullí dentro de la cabaña para tomar mis cosas. Mi suéter estaba sobre una silla, los dulces seguían regados por el suelo, tuve cuidado de no pisarlos. Escuché un doloroso jadeo

Volví mi mirada a Zane. Su atractivo rostro estaba rojo, y respiraba con dificultad. Dejé lo que estaba haciendo y me acerqué lentamente.

Tanto su rostro como su pecho estaban bañados en sudor, parecía que le costaba mantenerse despierto. Elías, aún en su forma de lobo, lo miraba sentado con la cabeza gacha, sus enormes ojos no se separaban de su hijo.

—¿Z-zane? —llamé. No me respondió —¡Zane! —hablé un poco más fuerte, sin gritar, arrodillándome a su lado. Su cabeza giró y me dedicó un gesto cansado—¿N-necesitas algo? ¿Hay a-algo que pueda hacer? —no respondió —Zane...

Me sentí tan inútil en ese momento, no me había dicho absolutamente nada, mi mente fue la que contestó mi propia pregunta

B' Shert (LGBT +18) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora