Capítulo 6

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Yuri despertó muy temprano, no había podido dormir muy bien anoche al estar tan nervioso, después de todo lo que pasó en la tarde había olvidado por completo que tenía que ir a la escuela. Le asustaba más la idea de ir a ese lugar que quedarse en casa con Mila, cuando se levanto miro que en la puerta del closet ya se encontraba colgado su uniforme, era conformado por una falda color negro, camisa blanca con corbata negra acompañado con un saco negro y el complemento era un par de medias blancas que le llegaban hasta la mitad del muslo.

Se vistió rápidamente y bajo a la estancia, ahí estaba Mila sentada leyendo un libro.

—Buenos días— saludo tímido.

—Buenos días Yuri— respondió bajando el libro.

—Yo...lamento si te hice sentir incómodo ayer pero ¿cómo te pondrías al saber que ya no eres la única para tu novio?— dijo haciéndole una señal para que se sentara a su lado.

—Bueno....dejemos esas cosas en el pasado ¿OK? Pronto seremos familia y quiero que me empieces a considerar como tal— pidió la pelirroja con una sonrisa tomando la mano del rubio.

Yuri se pregunta si en verdad le hablaba en serio, ayer lo miraba con desprecio pero ahora quería arreglar las cosas con él.

—Te seré sincera...me saco un poco de onda tu aspecto pero respeto tus gustos y trataré de verlo lo mejor que pueda— dijo Mila con la mirada agachada y rascándose la nuca.

¿Qué clase de disculpa es esa? Bueno, al parecer no tenía de donde escoger, al menos dijo que intentaría comprenderlo y eso era suficiente para él. En ese momento apareció Otabek por la puerta de la cocina, traía un delantal puesto.

—Buenos días Yuri....veo que te quedó el uniforme— dijo limpiándose las manos con un trapo.

—Un poco grande...nunca me había dado cuenta de que tan delgado soy...es preocupante— respondió Yuri riendo.

—Te ves bien...bueno venia a avisar que el desayuno esta listo— anuncio quitándose el delantal.

—¿Lo preparaste tu solo?— pregunto el rubio sorprendido.

—Por su puesto que si...es uno de mis múltiples talentos— respondió el alfa cruzando los brazos.

—Si consideras que quemar la comida es un talento entonces si Beka— interrumpió Lilia saliendo de la cocina.

Yuri corrió hacia ella y la abrazo mientras que Mila se reía de su comentario. Desayunaron todos juntos, como una verdadera familia, se sentía tan feliz de que, al menos un poco, se hayan arreglado las cosas. Al terminar de comer, subió a su habitación a arreglar su mochila, estaba muy nervioso pero era algo que debía de superar, lo iba a hacer por su padre, su abuelo, su madre y ahora por Otabek.

Bajo y salio al patio esperando a Otabek, él se haría cargo de llevarlo a la escuela junto con Lilia. Estaba parado cerca de la puerta de la cochera cuando escucho un maullido, se asusto y pego un salto, giro hacia donde provenía el ruido y se trataba de un gato blanco aunque estaba muy sucio.

—Hola pequeño...¿Cómo te llamas?— se agacho para tratar de acariciarlo pero el gato retrocedió un poco.

—No tengas miedo...ven...— dijo arrojándole un pedazo de galleta.

Se acercó poco a poco, olfateo la comida que le dio y cuando estuvo convencido comenzó a comerla. Se acerco un poco para no asustarlo y lentamente coloco su mano sobre la cabeza del animal, lo miro olfateando sus dedos y por fin dejó acariciarse. En ese momento escucho a Otabek gritarle a Yuri y salió corriendo.

—¿Qué haces Yuri?— se acercó Lilia.

—Había un gato— respondió levantándose .

—Oh si...es Potya...de vez en cuando aparece por aquí pero nunca se deja atrapar— menciono Otabek.

QuimeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora