La noche siguiente, Paige se encontraba en su cama acostada y permanecía en silencio. Sus piernas estaban completamente estiradas y las sábanas le llegaban a la cintura, dejando que parte de su cuerpo se estremeciera por el poco frío que entraba por la ventana.
No escuchaba nada, tan solo su respiración acompasada y aunque había intentado averiguar si sus padres y Amy estaban durmiendo, le daba miedo abrir la puerta y que hiciera demasiado ruido.
La cabeza le daba vueltas. No dejaba de pensar en todo lo que había ocurrido en los últimos días. En Amy, en Bree, en Dan y Santi, en sus padres, en los exámenes, en el instituto. Estaba demasiado alterada para dormir y la cabeza le daba vueltas.
Se incorporó y buscó el móvil en la oscuridad. Sabía que si quería dormir, no le beneficiaba estar enviando mensajes a aquellas horas, pero le daba igual. Quería entretenerse.
Bree normalmente siempre estaba conectada, pero no ocurrió aquella vez. De todas formas, decidió enviarle un mensaje. No pasaba nada por probar.
De Paige:
¿Estás despierta?
Esperó a que le contestara, pero nada. Todos estaban durmiendo menos ella. Soltó un suspiro, resignándose a intentar dormirse una vez más.
Un sonido extraño logró sobresaltarla. Se levantó rápidamente, asustada. Alguien estaba tirando pequeñas piedras a su ventana.
«¿Quién es a estas horas? Como sea algún niño, me oirá. No se pueden ir lanzando piedras a las ventanas de las personas y mucho menos romper cristales. Y si es un ladrón que intenta colarse dentro, probablemente me paralice por el miedo.»
Se asomó con una mezcla de curiosidad y temor y para su sorpresa, allí estaba Bree, vestida completamente y mirándola con una sonrisa.
—¿Qué quieres? —preguntó Paige, susurrando con suficiente fuerza para que fuera escuchada por su amiga.
—Baja —respondió Bree.
—¿Estás loca? No pienso bajar.
Si sus padres se enteraran, se enfadarían y con razón. Paige no quería echar la confianza que depositaban en ella por la borda.
Vio durante unos segundos la desilusión en el rostro de Bree que sin embargo, rápidamente volvió a encenderse.
—Pues subo yo —decidió con determinación.
Antes de que Paige pudiera protestar, Bree empezó a trepar como un mono, dejándola sorprendida y admirando sus habilidades para escalar cuando debería estar prohibiendo la entrada a su habitación.
—Hoy estaba pensando en algo, Paige y es que me he dado cuenta de algo.
La joven sintió curiosidad por lo que su amiga tenía que decirle.
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Dime que me quieres ✓
Teen FictionBree tiene un plan. Debe hacerse amiga de una bonita chica de su clase llamada Paige y llevarla a su casa para que su hermano pueda conocerla al estar enamorado de ella. Se suponía que era un favor para ayudar a su hermano Caleb, aunque todo empie...