Capítulo 4: Un corazón virgen

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El amor es lindo, pero lo que muchas personas no saben es que dicho sentimiento viene acompañado de ego, el encargado de definir quién de ambas partes es más fuerte. Se tiene un ego bajo cuando una de las partes es la encargada de dar, dar y seguir dando, y nos conformamos con menos de lo que damos. La parte con ego alto, es la que recibe y eso crea una zona de seguridad, lo que hace que el ego aumente. El corazón es más complicado de lo que parece, lo aterrador de todo esto es que nadie se salva de sentir.

Luego de esa conversación con Danny me he sentido un poco incómodo con ella, pero no deja de agradarme. El sábado que trabajé como coach, ella estuvo como si nada en la clase, pero yo no estuve muy concentrado, siento que aún tenemos ese tema pendiente, yo no me permito dejar discusiones inconclusas, no es algo correcto, pero no puedo arriesgarme a hacer algo contraproducente, ella parece ser alguien de cuidado; alguien que es capaz de mirarte sin miedo a ser vista haciéndolo, es alguien peligroso, personas así te estudian a fondo para hacer su siguiente jugada. Hoy me encuentro esperando a Noah en el restaurante coreano. Mientras jugueteo con el salero, ella al igual que yo, no podemos evitar cruzar miradas, en cada una de ellas puedo sentir sed de información, tanto de Danny como por mí, en cada una de esas miradas puedo ver rivalidad, en sus ojos color café puedo notar lo decidida de que estas en encontrar algo de mí, en sus labios temblorosos e inquietos encuentro miedo, pero aún no eres tan fuerte para mantener tu mirada en alto.

Luego de un rato llegó Noah mostrando una actitud alegre, simplemente no puede ocultar el hecho de que le encanta este tipo de comida. Danny no paso por alto su llegada, pude observar como ella lo miraba desde el punto de pago.

—¡Oye amigo! ¿Aún no comes y ya estas feliz? —pregunté.

—Estoy feliz porque hoy oficialmente estoy libre de trabajo de la universidad —respondió Noah.

—Eso es genial amigo, ya podremos volver de nuevo a nuestras noches de videojuegos. —Levanté mi mano para llamar a uno de los meseros.

—De hecho, en unos días saldré de viaje. —Noah tomó el menú del restaurante—. Viajaré a Colombia a visitar mi familia.

—Entiendo ¿por cuánto tiempo estarás allá?

—No lo sé, unas 3 o 4 semanas —respondió

Pasado unos minutos, llegó Danny con una libreta, fingiendo una sonrisa. Se veía muy normal, se ha entrenado para mantener sus emociones controladas y camufladas.

—Hola ¿les puedo tomar su orden? —preguntó Danny.

—Sí, quiero una orden de Gomguk —respondió Noah.

—Yo quiero una orden de Kimchi y una botella de Soju —respondí, observándola, intentando desarmar su mirada con la mía, pero fue imposible.

—En 15 minutos estarán sus órdenes —respondió Lee Danny, terminando de escribir en su libreta—, si desean pedir algo más puede llamarme.

—Pero aun no nos has dicho tu nombre —dijo Noah.

—Tu amigo me conoce —respondió Danny, luego se marchó.

Noah me miró fijamente, yo sinceramente no supe que decir, simplemente encogí los hombros y luego él se puso a reír.

En la noche mientras iba camino a casa, la música que iba escuchando en mi teléfono se vio interrumpida, tenía una llamada entrante de Gianela.

—Si llamas para pedir consejos para elegir el hombre indicado, una vez más te sugiero que cierres esa app de citas en línea —contesté tomando una actitud burlona.

Eres un idiota, aunque tienes razón. Debes quererme como la amiga obstinada que tienes —respondió Gianela—, pero no te llamo para eso. Necesito que mañana a primera hora subas a mi oficina y llenes el formulario de inscripción al concurso de baile que habrá el próximo fin de semana.

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