Ha pasado una semana, tal vez la más rara y gris que he tenido en años. Las mañanas son nubladas y no siento capacidad de leer rostros mientras estoy trotando, mi respiración me traiciona y hace que me agote más rápido de lo normal, he necesitado más descansos de los normales durante mi rutina. En el trabajo mi corazón se acelera, no puedo pegar la vista a la pantalla de mi laptop por mas de diez minutos, he tardado mucho escribiendo, tabulando, enviando documentos, todo eso que debo hacer; a veces me he equivocado y Gianela me ha llamado la atención, no soporto estar sentado por mas tiempo aquí. Me ha costado conversar con Jessie, no me siento muy empático para conversar con ella ni con nadie, cuando ella pregunta cosas respondo de forma muy cortante, yo no quiero hacerlo, pero en este momento no soy dueño de mi cuerpo, creo que ella está preocupada. Noah no responde mis mensajes tan frecuentemente desde que está en Colombia, necesito hablar con él, pero no arruinaré sus vacaciones, seré fuerte, porque es lo que yo le enseñé alguna vez. Las noches son un infierno, cosas que creí haber abandonado hace mucho tiempo quieren regresar, como si estuvieran reclamando un territorio, a veces no queda más remedio que ponerme los audífonos y escuchar música, al final, es el mejor calmante natural que conozco y ha servido conmigo hasta el momento. He pensado en regresar a mis escaleras, pero tengo miedo de toparme con Danny, honestamente no sé el porqué, solo siento que no es la mejor opción ahora, no tengo idea de que hacer, las cosas no pueden seguir así.
Esta mañana mientras trabajaba, tocaron la puerta de forma muy fuerte, como estaba un poco distraído, los golpes me sorprendieron.
—Adelante —contesté a los golpes de la puerta.
Al abrir la puerta, me di cuenta de que la persona que llamaba del otro lado era Louis, se veía motivado, esta semana a progresado en su estilo de baile, ha seguido mis consejos y desde ya se está preparando para los próximos concursos.
—Hola, querido coach —saludó Louis.
—Que quieres Louis —contesté.
—¡Auch! Aun sigues de malas.
—Lo siendo amigo. —tomé mi laptop y comencé a teclear.
—Vine a saludar porque parece que algo te pasa, pero creo que quieres estar solo.
—He tenido una mala semana, pero estaré bien.
—Entonces supongo que tampoco querrás salir con nosotros esta noche, es viernes y pesamos ir al café de las Diez luego de trabajo.
—No lo creo Louis, tengo mucho trabajo y creo que me quedaré en la oficina.
—Entiendo —respondió Louis, se escuchó un poco desanimado—. Bueno, si cambias de opinión ya sabes donde estaremos.
—Gracias por la invitación amigo.
—Procura no quedarte hasta tan tarde.
—No te preocupes, no lo haré —dije mientras intentaba sonreír, no sabía lo mucho que costaba fingir algo así.
Luego de eso, Louis se marchó. Se me hace un poco extraño que sea tan amable conmigo, pero eso no me importa ahora, un café no me ayudará en nada.
Siendo casi las 20hrs aún continuaba en el trabajo, estaba próximo a terminar y sería libre para poder descansar todo el fin de semana. Pronto tocaron a mi puerta, pensé en Louis de nuevo por su invitación, pero era muy tarde para que estuviera aquí, la verdad es que nadie debería estar en el edificio en este momento. Volvieron a tocar la puerta, tenía curiosidad de saber quien tocaba, pero a la vez tampoco quería ser interrumpido, así que continúe trabajando sin prestar atención a quien tocaba. Por fin había terminado mi trabajo, luego de salir de mi oficina, al tomar el ascensor y bajar, mis ojos se sorprendieron al abrirse las puertas, Lee Danny estaba frente al ascensor.
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Latido-frecuencias
Novela JuvenilEvitando desvelar su pasado, Michael, un seductor bailarín con un talento peculiar, conocerá diversos corazones rotos mientras construye su futuro. Capaz de entender el lenguaje corporal, estará dispuesto a curar todo corazón dañado por aquel pasad...