Capítulo 9: El punto débil de los corazones

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Placer, satisfacción y calma, son algunas de las emociones que una persona siente al despertar junto a la persona que amas. La sensación de comodidad cubre nuestros cuerpos, intentando evitar que ese momento se rompa, la calidez de aquella persona que amamos nos hace tomar la decisión de querer quedarnos "otros 5 minutitos más" acostados, mientras el reloj puede contar 30 minutos o más. Dormir con alguien hace más placentero el sueño, hace que descansemos mucho mejor, nuestro cuerpo se relaja, mientras nuestras almas bailan al compás de nuestros corazones, en un sueño que quisiéramos nunca terminara. Había olvidado estas sensaciones, abrazar su cuerpo, juguetear con su cabello, poner mi pierna encima de ella, hacer todo esto mientras pienso en su sonrisa, en lo mucho que me divierto a su lado y en los besos que saben a felicidad, todo esto en un sueño. Parece ser el escenario perfecto, hasta que la realidad te baja de las nubes.

Era temprano, mi teléfono comenzó a sonar, la alarma marcaba las 7 de la mañana y mis ojos hacían ver que aquella acompañante esa noche era Olivia. Todo había sido un sueño, las sensaciones tan placenteras que tenía en ese momento desaparecieron, esperaba tener un bonito despertar, pero a cambio de eso, me sentía devastado. Olivia también despertó, estaba de muy buen ánimo, su cuerpo semidesnudo era acariciado por la luz del sol, ella si disfrutara la mañana.

—Buenos días, señor Michael.

—Hola Olivia —saludé un poco seco, mientras me levantaba de la cama.

—Parece que alguien no se levantó muy bien —dijo Olivia, tomando su teléfono y revisando su hora de vuelo—, creí que tendría resaca, pero al final parece que eres tú.

—No es eso, estoy bien.

—¿Estás seguro? —preguntó.

Dudé por un momento, entonces respiré profundo y me hice con la idea de que nada había soñado. —Si, estoy bien.

—Michael, puedes confiar en mí, no diré nada.

Sonreí, Olivia era muy sincera y eso me hacía sentir confianza por ella, pero no podía permitir que alguien supiera ciertas cosas sobre mí. —Estoy un poco preocupado por el trabajo, siento que no he descansado mucho por culpa de unos problemas ahí.

—¿Qué tipo de problemas?

—Es confidencial —respondí, utilizando su excusa para terminar el tema, intentando que no supiera que mentía.

—Está bien, me iré a duchar. —Olivia se levantó y entró al baño.

Olivia es una mujer hermosa, me atrae demasiado físicamente, pero había dos problemas por los que no terminamos lo que comenzamos: El primero era que tiene un pasado que superar, ayer noté al llegar al bar como observaba el perfil de su ex pareja mientras bebía, sería muy fácil seducirla y manipularla para que aceptara tener algo conmigo, pero con el pasar del tiempo, su pasado se hará cada vez más pesado y será más fácil que caiga en tentaciones si esa persona que alguna vez amó llegase de nuevo a su vida, como si habláramos de trampas. El segundo problema soy yo, no estoy preparado para tener una relación, pero eso no es lo único, creo que las imágenes que llegaron ayer a mi mente quieren decirme algo de lo que jamás he querido hablar, algo que debo resolver.

Pasada una hora, Olivia y yo nos encontrábamos fuera del hotel esperando un taxi que la llevara al aeropuerto. Me sentía apenado por lo de ayer mientras que Olivia se notaba despreocupada, como si sus problemas se hubieran esfumado, radiaba paz de su mirada y su cuerpo demostraba seguridad, algo en ella había cambiado y probablemente gracias a mí. Poco tiempo después, llegó un taxi, le ayude a subir sus maletas mientras ella entraba al taxi.

—Michael —gritó Olivia, llamando mi atención desde la parte trasera del vehículo. Pronto me acerqué a ella—, gracias por hablar conmigo anoche, necesitaba un consejo sobre mi problema.

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