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La omega caminaba por los pasillos de la preparatoria pensativa. Era la última semana de clases, después sería su graduación y sus compañeros y ella tomarían caminos separados. De manera inconsciente camino al salón de su actual novio. Cuando el chico la vio llegar le sonrió de lado haciendo que un sonrojo apareciera en sus mejillas.

Katsuki, su alfa, se despidió de ella con la mano antes de entrar a su salón de clase ya que su profesor había llegado. Camie se dio la vuelta y camino con la mirada baja. Conocía a Katsuki desde hace muchos años, sin embargo el verano pasado se dio cuenta que lo que sentía por él era más que solo una amistad. Suerte para ella fue saber que el diciembre sus sentimientos eran correspondidos y poco después comenzaron una relación. Katsuki la mayoría de las veces era malhumorado y pocas veces era dulce con ella – creé que solo lo era cuando de verdad nacía de el-. Y la omega estaba muy enamorada, estaba totalmente perdida. Fue hace unos dos meses atrás cuando supo que Katsuki quería irse lejos a la universidad. Ella había pensado tomarse un año libre y disfrutar de sus seres queridos un tiempo, pero saber que el rubio tenía planes de irse a una gran universidad hizo que los miedos e inseguridades florecieran dentro de ella.

Ese mismo día tuvo una cita con su alfa, caminaron un rato en la playa y cenaron juntos. Aun siente el hormigueo en su mano derecho cuando Katsuki la tomo y le dio un apretón. También hablaron sobre el futuro y el rubio volvió a mencionar su partida. La omega sintió una opresión en su pecho sintiéndose desplazada, sin embargo, Katsuki no lo noto.

Ahora estaba en casa, se había cubierto de pies a cabeza con su cobija. Y las palabras de sus amigas empezaron a taladrar sus pensamientos más profundos. "¿De verdad dejaras que Bakugo se vaya?", "Un alfa como el no esperara para tener otro omega", "He oído que la universidad a la que aplico hay cientos de omegas bonitas, llegan de todo Japón", "Bakugo ya es atractivo, ahora suma el que sea alfa y talentoso, tendrá a todos a sus pies Camie".

La omega se sentó abruptamente, respirando con irregularidad. Tenían razón, no podía dejar ir a su alfa. Tenía que hacer algo.

Y dos semanas después lo hizo. Hubo una fiesta por la graduación, había alcohol y sustancias que Camie ni siquiera podía identificar. Cuando ambos decidieron que era suficiente de todo ese ruido y del mar de feromonas que se mezclaban en el ambiente se marcharon. Esa noche fundieron sus cuerpos en un solo en la habitación de la omega, completamente consientes, con cero toxinas, solo sus esencias inundando sus sentidos. Si bien ambos se perdieron Katsuki fue lo suficientemente cuerdo como para no marcarla en cuanto el orgasmo los sacudió a ambos.

A la mañana siguiente cuando despidió a Katsuki a escondidas de sus padres se sintió culpable. Porque supo cómo mantenerlo a su lado, y si bien no estaba del todo lista para algo así; iba a arriesgar todo para tener a su alfa a su lado.

Ahí fue cuando vio a Katsuki casi renunciar a sus sueños, cuando lo vio decaído y distraído. Se sintió estúpida y que no merecía a alguien como él. Katsuki no merecía a alguien que lo mantuviera atada. Semanas después recibió la noticia de que tenía una gran oportunidad y que debía irse con él. Iba a tomar totalmente la responsabilidad. Camie tuvo miedo, no quería alejarse de sus padres aun, pero tampoco quería dejar a su alfa donde seguro encontraría otra omega.

Antes de darse cuenta ya estaba instalándose en lo que sería su nuevo hogar temporal. El embarazo paso rápido para Katsuki pero lento para ella. Era muy cansado, las patadas de su cachorro no la dejaban dormir a veces. Katsuki estaba cansado entre la universidad, el trabajo y sus tareas y por supuesto ella. A pesar de ello el alfa la trataba con suma delicadeza y cariño, se sorprendía a veces pero también suponía que se debían a sus instintos.

Falling for You - [KatsuDeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora