17.- Día

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Terminó de espabilarse cuando el latido bajo su oído dejó de sonar, a pesar de todo lo que ahora sabía era un hecho bastante terrorífico que ocurriera

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Terminó de espabilarse cuando el latido bajo su oído dejó de sonar, a pesar de todo lo que ahora sabía era un hecho bastante terrorífico que ocurriera.

Se desembarazó de los brazos de Top y se dedicó a observarlo algunos instantes. Sin saber muy bien qué mas hacer lo tapó por completo con la gruesa cobija de la cama; en realidad ni siquiera había ventanas en aquel cuarto pero quería estar seguro. Tampoco sabía a ciencia cierta si la luz de verdad lo lastimaba pero no quería correr el riesgo, era curioso pero al dejarlo así sentía que se quedaba desprotegido.

Pero no quería pasar otro día encerrado, así que recogió todas sus cosas y salió del lugar, incluso puso seguro a la puerta antes de salir para que quedara sellada con llave. Siguió el mismo camino que habían tomado la noche anterior, la casa era enorme pero no le costó trabajo seguir el camino directo hacia la salida.

Aunque no pudo resistir la tentación de volver a la cocina por una de aquellas apetitosas y muy jugosas manzanas. Sin embargo se arrepintió al entrar, pues se topó con dos chicos: una joven que lavaba algo en el fregadero y otro hombre no más grande que él con ropa de trabajo. Cuando lo vieron ambos hicieron una reverencia formal a modo de saludo.

—Oh, bue... buenos días, —tartamudeó JiYong algo sorprendido.

—Buenos días, —dijo con amabilidad la chica—, lo lamento, no sabíamos que el señor tenía visitas, ¿necesita algo?

—No, no, todo está bien, gracias. Yo ya me iba, —dijo medio tartamudeando.

Ambos volvieron a inclinarse, lo que JiYong aprovechó para salir de ahí. No se detuvo hasta que salió a la calle, solo ahí se permitió parar y respirar profundo. No, aquellos chicos no eran como SeungHyun, y tampoco parecía que se hubiera alimentado de ellos, no tenían ninguna marca en el cuello, se había fijado.

Estaba tan distraído en esto que no se dio cuenta cuando chocó con otro transeúnte que al parecer venía corriendo, por lo que terminó en el suelo.

—Lo lamento, no te vi, —dijo aquel mientras le tendía la mano para ayudarle.

Una vez que estuvo de pie de nuevo pudo ver mejor al otro, iba a reclamarle cuando se dio cuenta de quién era.

—¿Tú?

De inmediato el chico castaño dio un paso hacia atrás y se inclinó por la mitad.

—Lo lamento. Te ofrezco mis disculpas tanto por lo de anoche como ahorita.

—¿Me estás siguiendo?

—No, para nada. Solo una extraña y afortunada coincidencia.

—¿Afortunada?

—Sí, anoche ya no pude buscarte para disculparme y ahora puedo hacerlo. En verdad lamento mi comportamiento grosero contigo y con tu amigo, a veces el alcohol se sube muy rápido a mi cabeza y no me deja pensar bien.

Iba a volver a inclinarse pero JiYong lo detuvo con un gesto.

—Ya, ya. Olvídalo, está todo perdonado

—Gracias, por cierto puedes llamarme Seungri, —le tendió la mano—. Bueno, en realidad me llamo SeungHyun pero todos me dicen Seungri.

—G-Dragon, —contestó estrechándosela.

JiYong se quedó pensando entonces, Top le había dicho su verdadero nombre, que vaya coincidencia era el mismo de aquel joven, por no le había preguntado el suyo. Decidió que la próxima vez que lo viera le diría su verdadero nombre también.

—¿Vives aquí? —preguntó Seungri al notar que se quedaba viendo la elegante casa de la que acababa de salir.

—¿Qué? Ah, no, solo es casa de un... amigo.

—Ya veo... lo siento, no quiero sonar como un chismoso. —Le sonrió amigablemente—. ¡Ya sé! Permíteme invitarte alguna vez un café o algo, así podré compensar mi mal comportamiento y podremos platicar más.

JiYong lo observó por algunos momentos, no parecía ser un mal chico y él mismo ya había hecho muchas escenas caóticas en bares y antros como para ahora juzgarlo por una, así que decidió darle una oportunidad.

—De acuerdo, pásame tu número y nos ponemos de acuerdo. —Le dio su teléfono.

Seungri tecleó su propio número, lo guardó y luego le dio al botón de marcar. Sacó su propio celular y le mostró cómo entraba la llamada.

—Es un trato entonces. ¡Hasta luego G-Dragon! —se despidió con la mano y volvió a echar a correr.

Era bastante extraño pero no parecía ser un mal tipo, así que lo dejó por el momento. Caminó tranquilamente hasta el transporte público, disfrutando del sol cálido sobre su piel. Una vez arriba del transporte pudo dedicarse con mayor atención a revisar su celular.

Quiso sorprenderse al no encontrar ninguna llamada ni mensaje, ni siquiera de su madre, pero ya lo esperaba, tampoco podía sentirse dolido pues ni él mismo se hubiera interesado por sus "amigos", no era tan cercano a ninguno de ellos.

Por un momento la soledad quiso oprimir su corazón como tantas otras veces, pero en su lugar llegó el recuerdo de Top, de la sensación no solo de su mordida sino de estar entre sus brazos, de su piel contra sus labios.

Pensando en eso se quedó dormido hasta que llegó a su casa, donde de nuevo siguió su relajante rutina de las mañanas. aunque para entonces ya era bastante tarde, se dio un largo y relajante baño, luego dedicó varios minutos a limpiar y cuidar su piel sobre todo la de la cara.

Se puso ropa cómoda y, luego de comer un gran tazón de fideos instantáneos, se recostó para dormitar un poco y recuperar de las intensas experiencias que había vivido esos dos días.

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Supongo que ya suponían que Seungri era el chico castaño (era el único miembro que faltaba), pero si no, ahora lo saben XD

¿Creen que tenga otras sus intensiones?

Adicción feérica (Gtop)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora