04: Pájaro

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Jaula: Kago no Tori no Juin

Capítulo 4: Pájaro

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―No sellaré a nadie más. ― el tono en la voz de Sakura fue firme mientras se sentaba en una de las sillas de madera acolchonada que habían llevado a su cuarto esa misma mañana, la mesa a juego evitaba que tuviera que seguir comiendo en la cama, así que agradecía el gesto. Era lo menos que podía esperar si la pensaban tener recluida por más tiempo.

― ¿Qué diferencia hay entre esos niños y Hinata? ―preguntó el jefe del clan, tomando asiento frente a la kunoichi.

― Hinata estaba muriendo.

― Y esos niños irán por el mismo camino. ―explicó de forma simple, cruzando los brazos sobre el pecho.

―No... Ellos podrían no ser sellados. ― su voz ya no sonaba tan segura.

― Aún no has entendido cómo funciona el sello, Sakura-san. ― dijo, recargándose en el respaldo, ya había pensado mucho sobre ello y sabía que tenía que explicarle, al menos las cuestiones más superficiales.

Hiashi de verdad lamentaba la perdida de su hija menor, todo eso no estaría pasando si Hanabi estuviera viva. Las cosas estaban tensas entre los clanes desde que los Uchiha habían sido expulsados de los terrenos de la aldea, los rumores de un golpe de estado que empezaron a circular hace años todavía mantenían recelosos a los otros clanes, eran precisamente ellos, los Hyuuga, que respaldaron a Sarutobi en ese tiempo, los que inclinaron la balanza. Pero enemistarse con el otro clan tampoco era una idea buena. No podían irse a una guerrilla en ese momento.

― ¿Destrucción y control? ―tanteó Sakura, sabiendo que esos eran solo aspectos generales.

Kago no Tori no Juin, el sello del pájaro enjaulado. ―comenzó el castaño. ―A pesar de lo ruin que pueda parecer para los extraños, ese sello fue creado para proteger al Byakugan. Durante la primera guerra hubo demasiados ninjas caídos, los otros clanes querían hacerse del Byakugan, esperaban estudiarlo y saber los poderes que había detrás del él, lo querían poseer.

― El sello destruye el globo ocular una vez que la persona muere. ― entendió Sakura, ella ya lo había visto en acción. ― ¿Y el control para qué?

―Tu lo puedes ver como control, pero yo lo veo como protección. ―explicó, el recuerdo de su madre enseñándole el sello y su importancia vino a su mente. ―La familia principal somos los protectores del Byakugan, los encargados de sellar a la rama secundaria, cuidamos los secretos y así cuidamos a la familia.

―Pero Hinata se estaba muriendo porque no era sellada.

―Un sello como el Kago no Tori no Juin tiene precio.

― ¿Cuál fue ese precio? ¿Qué pagaron los Hyuuga para poder mantener el Byakugan para sí mismos? ―exigió Sakura, sin saber qué era lo que realmente le había hecho a su ex compañera de clases.

―En el momento en que Hanabi, a pesar de ser la hermana menor, fue más fuerte que Hinata, mi hija mayor estuvo condenada a ser parte de la rama secundaria. Hay una razón por la que los niños son sellados desde pequeños: el sello esta ligado a nuestra sangre, es un veneno, pero también es el antídoto. Hinata no nació para ser una líder, ni siquiera pudo sellar a un miembro de la rama secundaria, su sangre le exigía ser sellada.

―De esa forma los mantiene aquí. ―susurró con rencor Sakura, entendiendo hasta que punto ese clan estaba unido. ―No se pueden ir sin ser sellados porque eventualmente morirán, y no se pueden ir ya que fueron sellados porque simplemente los puede destruir.

―Yo no inventé las reglas, Sakura-san. Ya estaban aquí cuando yo llegué.

― ¿Por qué no selló usted mismo a Hinata? ―quiso saber, recordando las palabras del hombre. ― ¿Por qué acabaría con todos los Hyuuga?

―Soy el único Hyuuga mayor de tres años que no tiene el sello en su frente. Sellarla yo sería aceptar ante la sangre que no hay nadie más en el clan digno de seguir el legado de los Hyuuga, que no hay nadie capaz de proteger al Byakugan y sería arrebatado de todos, por eso es que el heredero es tan importante para nosotros, por eso se protege sobre todas las cosas y vidas.

― ¿Entonces por qué me pidió hacerlo a mí? ―exigió la pelirosa.

― Porque tenía que demostrarle a la sangre que aún había alguien que podía proteger al Byakugan.

― Pero yo no tengo su sangre, el sello no me reconoce.

― ¿De verdad no sentiste el reconocimiento del sello cuando lo hacías? ―le preguntó Hiashi, mil cosas vinieron a la mente de Sakura, la primera fue el sentimiento de nostalgia que ella atribuyó a las enseñanzas de Tsunade, pero eso sería imposible. ―Sé que lo sabes, Sakura-san, eres más lista de lo que muchos te atribuyen y eso ya es mucho decir. No fuiste seleccionada al azar. Una kunoichi poderosa, con un control de chakra perfecto pero una línea sanguínea débil.

― ¿Qué me hicieron? ― gritó, levantándose de la silla, queriéndose ver más fuerte de lo que se sentía.

― La sangre te aceptó. ― dijo, parándose también para dirigirse a la salida, sabía que tenía que dejarla sola para que digiriera todas las palabras. ―Por tus venas corre la sangre de mi hija, la sangre de Hanabi.

―Una transfusión de sangre no seria suficiente para engañar a un sello como ese. ― su voz fue fría y pudo sentir como una lagrima corría por sus mejillas, eso era peor de lo que imaginó.

―No, no lo es. Pero un trasplante de medula ósea si lo fue.

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Hiashi salió de la habitación, recorriendo los pasillos blancos, a suficiente distancia para que fuera imposible comunicarse entre las celdas, dos hombres resguardaban la puerta de la habitación de Hyuuga Neji. El jefe del clan no necesitó ninguna señal a sus hombres para que lo dejaran pasar, dentro del cuarto la luz era blanca al igual que las paredes, el único mueble que había era la cama metálica con un colchón plástico que facilitaba limpiar en caso de que sangre u otras sustancias cayeran sobre él.

Su sobrino estaba inconsciente, con una aguja en su brazo que se conectaba a un suero que lo mantenía dormido, al igual que con Sakura, Hiashi no le informó a su sobrino de sus planes, un sedante en el té fue suficiente para que cayera y fuera puesto en una de las habitaciones subterráneas del clan.

―Sakura-san estará lista en tres días. ― dijo el líder de los Hyuuga. ―Manténganlo inconsciente hasta que sea el momento.

―Como ordene, Hiashi-sama. ―aceptó el hombre en la sala. ―Hinata-sama despertó esta mañana, el sellado fue exitoso, aún está muy cansada así que la volvimos a sedar.

―Perfecto. ―sonrió el Hiashi, pasando la punta de su índice por el sello marcado en la frente de su sobrino, sintió como el chakra dentro de él respondía a su tacto y se lamentó por el futuro que vendría, definitivamente Neji era uno de los mejores ninjas que tenía bajo sus órdenes, lamentaría perder su obediencia. ―Una vez que despierte, muévanla a su habitación en la mansión y manténganla vigilada para que no salga.

Jaula (NejiSaku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora