Jaula (NejiSaku)

22: Furia

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Jaula: Kago no Tori no Juin

Capítulo 22: Furia

Aun antes de abrir los ojos, una de las manos del nuevo heredero de los Hyuuga se aferró al vaso de cristal que estaba al lado de su cama, lo llenó completamente de agua y sin pensarlo dos veces se lo tomó hasta el fondo buscando silenciar el zumbido que brotaba desde el fondo de su cerebro.

Podría echarle la culpa al hecho de haberse desvelado. La noche anterior aún estaba en su memoria y se reproducía una y otra vez, recordándole lo impotente que se sentía ante Sakura.

Porque algo dentro de él la entendía, conocía esa sensación de estar atado a un destino, de vivir en una jaula, y si para él, que había nacido dentro de ella, era asfixiante, no quería saber lo que era entrar después de haber aprendido a volar.

Se rindió con el agua, levantándose para ir hasta el tocador de su habitación donde alguien ya le había preparado la ropa que tendría que ponerse ese día y una banda ninja recién lavada. Aún era extraño ver su reflejo con la frente descubierta y no encontrar nada ahí.

Ya no había sello, ya nadie podría destruir su mente solo con un pensamiento ni estaba atado a las ideas de otras personas, ya no tendría que morir para proteger a otros como lo hizo su padre. Era libre... y también era cuando más atado se sentía.

Porque ganó su libertad a un precio que no estaba dispuesto a pagar, y lo peor es que no lo había pagado solo.

―¿Esta Hinata-sama en casa? ―preguntó cuando salió de su habitación ya completamente vestido.

―Hinata-sama y Hiashi-sama no están dentro del complejo. ―le susurró la mujer de mediana edad.

―¿Sakura-san esta aquí? ―cuestionó de nuevo, tratando de ampliar sus sentidos para buscar su presencia

―Sakura-sama salió temprano esta mañana.

―Gracias, puedes retirarte. ― despidió a la mujer.

Ignoró el desayuno servido frente a él en un intento de hacer un rastreo de la casa: No podía sentir nada.

Su tío solo lo había mencionado una vez, la habilidad de ser consciente de los terrenos Hyuuga y sus habitantes era algo propio del líder del clan, le dijo que muy probablemente él no lograría desarrollarla de forma tan eficiente como los lideres anteriores, pero la noche pasada estuvo ahí.

Fue muy consciente cuando la firma de chakra de Sakura cruzó las puertas del complejo, como si su Byakugan estuviera activado y cubriendo el radio de la propiedad.

Un quejido escapó de su garganta cuando el zumbido en su cerebro se intensificó, ya no era solo una molestia en el fondo de su cabeza sino cientos de alarmas sonando al mismo tiempo, muy parecido a ese reflejo que desarrollan los ninjas veteranos cuando sienten que algo no está bien.

Intentó relajarse, haciendo respiraciones pausadas que no funcionaron para nada.

―¿Va a salir, Neji-sama? ―alguien preguntó, no se dio cuenta quién fue y tampoco le importó. Necesitaba salir de ahí, él tenía que estar en otro lugar.

Un pánico que no había sentido en muchos años lo invadió, moviendo sus pies sin rumbo fijo, sin saber a dónde iba, pero con una determinación indiscutible.

Cruzó la mitad de la aldea, sintiendo cómo su corazón latía tan fuerte y tan rápido que podía escucharlo en sus oídos, corriendo a las afueras hasta que llegó a un edificio al que jamás había entrado, pero reconoció al instante: Las oficinas de a Policía Militar de Konoha. El sello de los Uchiha era indiscutible.

Serpenteó entre los pasillos hasta llegar al final y solo cuando la vio pudo calmarse, entendiendo que ella estaba en peligro y lo necesitaba, por eso todas sus alarmas se habían encendido, porque él debía de ayudarla.

Neji gruñó molesto cuando lo vio, frente a ella estaba Uchiha Sasuke, él no podía verlo a la cara, pero había algo raro en él. Un instinto al que no pudo ponerle nombre lo movió de su lugar, colocándose entre ambos para protegerla.

―Lárgate de aquí, Hyuuga. ―ladró Sasuke, aun sintiéndose incapaz de poder controlar todas las emociones que corrían por sus venas.

―No voy a dejar que la lastimes. ― dijo el castaño, tomando una posición de ataque, preparándose para cualquier respuesta que tuviera el Uchiha frente a ellos.

―¿No vas a dejar que la lastime? ―se burló el portador del Mangekyou Sharingan, su risa amarga llenó la habitación. ―¿Vas a protegerla de tu familia? ¿De todo lo que han estado haciendo con ella? ¿Vas impedir que la tengan encerrada y haciendo quien sabe qué tantas cosas?

―La voy a proteger de ti...

―Cálmate, Neji. ―pidió Sakura, aun no estaba emocionalmente estable para poder manejar esa situación que ni siquiera entendía del todo. ¿Qué hacia Neji ahí?

―No voy a dejar que te lastimen... ―repitió el Hyuuga cuando sintió un par de manos femeninas en sus hombros, intentando calmar todo.

―Sasuke jamás me lastimaría, Neji. ―le dijo en un intento de calmarlo.

―Entonces creo que soy el único que se ha equivocado aquí. ― susurró, sintiéndose como un imbécil.

Toda la situación parecía tan irreal cuando el Hyuuga salió del edificio, la pelirosa estaba desconcertada y Sasuke había logrado calmarse. Sus ojos se volvieron de un frio negro que Sakura no había visto mucho tiempo.

―Yo... no entiendo qué paso.

―Ese idiota está enamorado de ti, aunque creo que ni siquiera él lo sabe aún.