xSouhJaula: Kago no Tori no Juin
17: Nido
―No voy a perder... ―vociferó Hinata, entrecerrando los ojos para poder enfocar su perfecta vista en los números en las esquinas de los naipes, la combinación de negros y rojos era extraña, moviéndose en un vaivén suave que le revolvía el estomago.
¿O era ella la que se estaba columpiando en su eje?
Se rindió, tirando la primera carta que tenía del mazo, seguro no ganaría, pero aceptar la idea de Sakura de tomar sake cada que perdieran una ronda no era buena para nadie.
―Ni siquiera es del color, Hinata-san. ―le dijo su primo, con las mejillas sonrojadas debido a los ocho vasos que ya llevaba. No era bueno en el juego, pero al menos tenía mayor tolerancia al alcohol que la pelinegra.
―¡Ya perdiste, Hinata! ―se rio de la nada Sakura, una pequeña victoria para ella, pues era la peor, la pelinegra no podía entender como se veía igual que el resto si ya había tomado más del doble.
―¡Mhnn! ― se quejó la Hyuuga, mirando con odio al vaso de sake que ya la esperaba, si seguía dudando, eso iba a terminar mal, por lo que mejor suspiró, cerró los ojos y se empinó la bebida. ―¡Bluag!
―¡Que asco, Hinata! ―gritó la Haruno, moviéndose para quitarse del camino de la otra chica, que parecía haber llegado a su limite etílico y estaba a punto de vomitar. ―Corre al baño.
A pesar de sus palabras, las risas llenaron la habitación, y para cuando la pobre Hinata volvió, su primo y la pelirosa seguían riéndose de ella. Era extraño ver al castaño tirado en el suelo, con una sonrisa y el rostro sonrojado, pudo haber sido culpa del alcohol, pero la Hyuuga pudo ver claramente como los ojos de él no se despegaban de la ojijade.
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Solo tres litros de electrolitos orales y una hora de ninjutsu medico pudieron hacer que Sakura no se sintiera como si acabara de ser pisoteada por cinco elefantes después de cruzar el País del Viento de norte a sur y después de este a oeste.
Ni siquiera podía recordar cuantas botellas de sake se terminó esa noche, la pobre de Hinata incluso vomitó, lo que les ganó a los tres una mirada muy severa por parte de Hiashi al día siguiente.
―Te ves fatal. ―le dijo Sasuke, viéndola de reojo mientras brincaban entre los arboles rumbo al norte.
―¿Te han dicho que tienes mucho tacto? ―soltó acida la pelirosa, aunque su humor era realmente bueno esa mañana. ―Si me hubieras visto ayer, seguro me confundes con un cadáver móvil.
El Uchiha soltó una sonrisa de medio lado sin voltear a verla, fue suficiente para cerrar la platica y continuar su carrera. Esa noche descansaron en una posada barata a la orilla de un pequeño pueblo agricultor, reanudando a primera hora del día siguiente con el plan de poder llegar a la frontera por la noche y entrar a Takigakure al día siguiente.
―Estaremos cerca de Oto. ―dijo el pelinegro, extendiendo un mapa sobre la mesa. No había más muebles además de la cama y una puerta a un baño que parecía un mal chiste en miniatura.
―Lo suficiente para poder dar un pequeño desvió. ― mencionó la ojiplata, pasando la punta de sus dedos por el papel viejo que marcaba la frontera entre los dos países. ―Tendríamos que ser rápidos, siento la mirada de Kakashi en la nuca desde mi ultima misión.
―Entonces veremos si todo ese maldito entrenamiento que te están dado los Hyuuga ha servido de algo. ―respondió el Uchiha, reuniendo todo el coraje que tenia en su interior para poder llevar a cabo esa búsqueda interminable que parecía solo llevarlos a callejones sin salida.
―Sigue descuidando tus entrenamientos en esa oficina tuya y pronto te podre vencer. ―se burló, chocando sus puños con una sonrisa ladina en los labios.
―En tus sueños.
―Me daré una ducha primero, deberías ir a ver si este lugar ofrece una cena decente.
Eso dio por terminada la corta conversación, como prometió, Sakura tomó la mochila que dejó sobre la cama y entró al baño, el cual era tan espacioso como el resto del lugar. El cuatro de un metro cuadrado albergaba la regadera, una taza de baño y un lavabo, todo había visto mejores épocas, pero al menos estaba limpio.
Comenzó a sacar sus artículos de limpieza de la mochila y una muda de ropa, suspiró con alivio cuando soltó la liga que le sostenía el cabello en una coleta alta, el masaje en el cráneo fue un plus, liberando el estrés del viaje. El espejo frente a ella estaba quebrado, parecía que alguien desquitó su coraje estrellando su puño contra el inocente vidrio, devolviéndole un reflejo partido de su rostro, perfilado por un cabello que ahora estaba cerca de llegar a media espalda.
Un recuerdo vino a su mente, aquel día cuando el viejo ex jefe del clan Hyuuga le dijo que un cabello largo no era un impedimento para convertirse en un buen ninja, ¿Cuánto tiempo había pasado?
El sonido de la puerta de la habitación la devolvió a la realidad, sacándose toda la ropa en rápidos movimientos y se metió a la ducha.
Para cuando Sasuke regresó, ella ya estaba vestida con un conjunto ninja similar al que llevaba desde que salió del hospital para volver al que se convirtió en su nueva casa, el vestido rojo parecía ser mucho más cómodo para moverse en las misiones, sin interferir en su movilidad, serviría para dormir, tenían que estar listos para salir en cualquier momento.
―Solo conseguí takoyaki. ―
Realizar la misión no fue algo difícil, todo parecía estar en demasiado orden en el continente por esos días, lo cual era casi un mal augurio, esa silenciosa calma antes de la tormenta.
―Ahora mismo no siento que sea una muy buena idea entrar a Oto. ―susurró Sakura, manteniéndose lo más cerca posible del Uchiha.
El país del fuego se caracterizaba por terrenos boscosos, con arboles de copas altas y ramas fuertes para moverse entre ellas con seguridad, con suelos cubiertos por suaves pastizales y brechas limpias para que los civiles se movieran sin problemas, tan contrarios a los paisajes desérticos y con arenas escurridizas, con un horizonte lleno de dunas, y aun así no lograba esa sensación de ir caminando sobre aceite quemado y burbujas viscosas que era recorrer las tierras de Otogakure.
La vegetación era más espesa, teniendo que ir abriéndose paso entre los helechos de hojas grandes y tallos finos que dificultaban una visión completa del suelo que pisaban, Sakura solo esperaba no terminar con las botas llenas de insectos aplastados.
―Parece que Orochimaru o solo juntó la mejor escoria de los ninjas, sino también de los animales. ― dijo Sasuke, chasqueando los dientes mientras esquivaba una serpiente de un tamaño fuera de lo normal.
Los ojos color ambar del animal no los perdió de vista hasta que estuvieron lo suficientemente lejos, sacando la lengua en un seseo que casi parecía una sonrisa.
―Quizá sea mejor regresar, Sasuke.
―¿Porqué irse cuando esta a punto de comenzar lo más divertido? ―preguntó alguien, alargando las s más de lo normal, los dos dojutsus se activaron, buscando al dueño de aquella voz, pero ningún humano apareció ante ellos.
―Muestrate. ―ordenó el Uchiha.
―Interesante formación de equipo. ―volvió a hablar, era difícil definir el genero del dueño de la voz, mucho más cuando fue una serpiente la que apareció ante ellos. ―Pero Hiruzen siempre ha sabido formar equipos muy interesantes.
―¿Qué es lo que quieres, Orochimaru? ―interrogó Sakura, viendo como la serpiente soltaba una carcajada que se asemejaba más a un cascabel siendo agitado, la boca del animal se abrió mucho más de lo que seria físicamente posible y la lengua fue creciendo hasta convertirse en el hombre que varios años atrás los atacó durante sus primeros años chunnin.
―¿No debería ser esa mi pregunta, niña? ― siseó de nuevo, teniendo aun la mitad de su cuerpo convertido en animal y arrastrándose a su alrededor. ―Esta vez no tenemos a Itachi-kun que los defienda. Además, lo que dicen los rumores es cierto, tienes unos hermosos ojos, Sakura-chan.
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Jaula (NejiSaku)
Fiksi PenggemarSumary: El sello del pájaro enjaulado se otorga a todos los miembros de la rama secundaria, una forma de someterlos por parte de la familia principal, de mantener su supremacía sobre ellos, pero todo poder tiene un precio y Hiashi Hyuuga lo sabe, po...