Jaula (NejiSaku)

21: Suspiro

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Jaula: Kago no Tori no Juin

Capítulo 21: Suspiro

Se movió un poco, evitando que los músculos de su espalda se entumieran después de pasar toda la noche sobre una rama en los bosques circundantes al Distrito Uchiha, había logrado dormitar lo suficiente para considerarlo reparador, pero la impaciencia comenzaba a pintarse en las expresiones de su cara.

Sintió la presencia de su hermano menor minutos antes de que el sol comenzara a salir. Sus pasos eran descuidados, arrastrándose por el pasto y moviendo las hojas secas, su cadencia no estaba mejor, y si no hubiera tenido entrenamiento ninja, ya se hubiera estrellado con algún árbol.

Fue la primera vez que Itachi vio a Sasuke ebrio.

Llevaba la ropa mal acomodada, el cabello revuelto y una botella de algún licor barato en la mano. Intentó tomarle otro trago antes de llegar hasta él, pero lo solo consiguió vomitar la mitad del alcohol suficiente para llevar al coma a un humano promedio.

―Deplorable. ―fue lo único que dijo el hermano mayor, sin inmutarse en la mirada inyectada en sangre que recibió.

―¡Cállate! ―gritó, lanzando la botella a la cara del de coleta. Ojalá no la hubiera esquivado. ―¡No esperes que sea como tu! ¡Jamás lo seré! ¡Jamás podría haber hecho lo que tu hiciste!

―Ni tu ni muchos. ―estuvo de acuerdo Itachi. ―Pero esa no es la cuestión, Sasuke. Alguien tiene que tomar las decisiones difíciles, hacerlas y afrontar las consecuencias.

―Eres un monstruo.

―Pero tu no. ―dijo con una sonrisa que nunca llegó a sus ojos. ―Ya lo viste hace unas horas. Quizá no la amas, pero no le quitarías un futuro decente: una familia y bellos hijos para criar y malcriar; no la atarías a las cadenas de otro clan que va a terminarla de destruir.

―Yo podría ser su familia... yo la protegería.

―¿De padre? ¿De los ancianos? ¿De ser la comidilla de todo el clan cada que pierda un hijo porque no pudo formarse correctamente? ―rio con ironía. ―Parece que no conoces los grilletes con los que nacimos atados.

―¿Por qué no pudiste ser un hermano mayor normal? ― esas palabras le supieron mas amargas que todo el alcohol que se había tomado. ―ser simplemente Uchiha Itachi, el genio, el perfecto heredero del clan Uchiha.

―Le diré a padre que has aceptado la decisión de Los Ancianos. ―dijo el de coleta, sabiendo que ya no había nada más que decir.

―Hmnp...

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Sakura se levantó mucho más temprano de lo normal, apenas había conseguido mantener los ojos cerrados esa noche. Sentía como su corazón latía veloz bajo su pecho, aun cargado de adrenalina por las ultimas horas.

Salió del complejo Hyuuga antes que cualquiera, pero sus pies no supieron a donde llevarla. Naruto seguro seguiría dormido, Ino estaba en una misión y Hinata no parecía ser la mejor opción.

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Fue curioso para Sasuke encontrar una mata de cabello rosado durmiendo sobre su escritorio. No esperaba verla en su oficina esa mañana. Miró el reloj de pared, marcaba casi las once, y si no hubiera sido domingo, el ajetreo matutino hubiera terminado con su tranquila siesta.

―¿Estas bien, Sakura? ―preguntó el Uchiha, inseguro de tocarla.

―Hmmm... ―balbuceó la mujer, reacia a despertarse por completo.

―Sakura... ― volvió a llamarla, agitando su hombro.

―Dame café. ―pidió, aún sin abrir los ojos.

―¿Qué fue lo que pasó? ―preguntó Sasuke, ya había dos vasos de café entre ellos y unas galletas de empaque que uno de los chicos nuevos dejó en la nevera.

―No podía dormir bien. ―suspiró la ojiplata. ―Todo lo de ayer fue... demasiado.

―Me convertiré en el Jefe del Clan Uchiha. ― soltó Sasuke, entendiendo que no había anestesia para decirlo. ― Itachi me lo dijo ayer.

―Pensé que él era el heredero.

―Cuestiones del clan. ― dijo Sasuke, y eso parecía resumir tantas cosas.

―Últimamente también tengo mucho de ello. ― añadió Sakura, compadeciendo a Sasuke de haber crecido bajo todas esas reglas sociales que estaban impuestas para los miembros de familias importantes, si se parecía un poco a lo que ella tenia que vivir...

―Pero tu puedes escapar de ello. ―le dijo, aunque en su mente sonó más como una pregunta. No podía olvidar las palabras de Itachi.

―Yo... no puedo. ―susurró Sakura, sobrepasada por todo. ― Yo... yo...

―Sabes que si algo te esta pasando, puedes confiar en mi, ¿verdad?

―Es mucho más complicado de lo que parece... y si... ―sollozó ―y si Naruto o Kakashi, o incluso Tsunade lo supieran... lo que ellos podrían hacer nos traería problemas a todos, Sasuke.

―¿Qué fue lo que te pasó, Sakura? ―pidió saber el Uchiha.

Lo necesitaba... porque Itachi había ayudado. Porque su propio hermano fue parte de lo que sea que le hubieran hecho. Y eso lo enfurecía, haciendo hervir su sangre bajo su piel.

Sakura no estaba mejor, sus mejillas ya estaban llenas de lagrimas, y sus manos temblaban mientras buscaba las palabras correctas para describir todo aquello.

―La misión fue una trampa... desperté en una habitación. Los Hyuuga tienen muchos secretos, Sasuke. No son solo estos ojos... Creo que ahora la sangre de Hanabi corre por mis venas. Es una cirugía muy poco estudiada y sus efectos aún más. Yo no sé como lo sabían....

Oraciones no conectadas empezaron a fluir de su boca, no podía ponerles orden, no sabía que tanto debía medirse, sus labios se negaban a hablar del sello, porque ahora también era su secreto, pensó que Sasuke no le entendería nada, pero cuando volvió a verlo a los ojos, se detuvo.

―Sa-Sasuke... ―tanteó con miedo, porque frente a ella estaba su mejor amigo, su compañero de equipo, con los ojos inyectados en sangre. Su chakra fluía de una forma muy extraña, y no necesitaba el poder que el Byakugan le daba para darse cuenta que eso no era normal.

―Sakura. ―Chasqueó los dientes, cerrando los ojos, buscando reprimir todas las emociones que sentía, pero el dolor que parecía taladrarle la cabeza no ayudaba en nada.

―¿Te encuentras bien? ―preguntó la pelirosa, sin saber si acercarse o alejarse del Uchiha. ―¿Quieres que busque ayuda?

―No.

Dijo, y cuando abrió los ojos, el patrón en su sharingan era diferente.

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Feliz año nuevo.